CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto” ( H.K. Chesterton)
Por FerMan

En días pasados, en específico el lunes 8 de abril, El Vaticano sorprendió con una noticia al declarar que las operaciones de confirmación de género, esto es, de cambio de sexo, así como la gestación o maternidad subrogada, atentan gravemente la dignidad del ser humano. Estas conductas aberrantes, a dicho del Vaticano, son igual de perniciosas que el aborto y la eutanasia, prácticas que se contraponen al plan de Dios.

Lo anterior me parece muy acertado, debido a que no solamente, dichas prácticas aberrantes, atentan en contra del plan de Dios, sino que, además van en contra de la naturaleza del ser humano. Tanto las operaciones de confirmación de género o de cambio de sexo, la gestación subrogada, el aborto, así como la eutanasia, van en contra de la naturaleza del ser humano, pues si aplicamos los principios de la bioética realista, entonces se advierte la violación de todos ellos.

Esto es así debido a que, dichas prácticas se contraponen con la ley natural, pues filosóficamente se ha demostrado que existe una ley natural que todos los seres humanos cumplimos de manera innata, incluso las civilizaciones antiguas así lo atestiguaban, como la romana y la griega, al advertir que la gente cumplía o seguía conductas como si cumplieran una ley que no se encontraba escrita en ningún documento, a lo cual, acertadamente le denominaban, ley natural.

Derivado de la ley natural tenemos los principios como el de sindéresis, consistente en hacer el bien y evitar el mal, así mismo, se hacen evidentes los principios de sobrevivencia, de procreación de la especie humana, de búsqueda de la verdad, así como de Dios y de la convivencia en sociedad. De estos principios generales derivados de la ley natural que todo ser humano de manera natural obedece, se derivan todas las leyes escritas, incluyendo, entre ellas, la civil, familiar, penal y social.

Es con base en estos principios que se deben analizar todas las leyes para determinar si efectivamente se encuentran acordes a la ley natural o bien, van en contra de esta ley. Por lo tanto, todo aquello que ordena, legisla o promueve las operaciones de cambio de género o de sexo, la maternidad subrogada, el aborto y la eutanasia, entre otras, sin duda alguna, se contrapone a los principios de hacer el bien y evitar el mal, de sobrevivencia, de perpetuidad de la especie, de la búsqueda de la verdad y de Dios y de convivir en sociedad, además de ir en contra del plan de Dios.

Es por ello que no se debe permitir dichas prácticas y que acertadamente, al menos en este asunto, El Vaticano se pronunció en contra de todas ellas.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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