Un total de 49 adultos mayores que forman parte del asilo “Bocado del Pobre” son atendidos por estudiantes de las facultades de Ciencias de la Cultura Física y de Enfermería de la UACH, quienes realizan sus estadías y a la vez brindan su apoyo y entusiasmo para aportar a la mejora de la calidad de vida de los abuelitos, que se suma a todo el trabajo realizado por las religiosas y demás personal que forma parte de esa institución.
Bertha Medel Pérez, maestra de la Facultad de Enfermería de la Universidad desde hace 23 años y actualmente encargada de la Estancia del Cuidado Humano del Adulto Mayor, señaló que durante tres semanas se encargan de brindar cuidados generales de enfermería, valoraciones físicas y psicológicas que representa un cuidado específico a cada una de las personas.
Las valoraciones hechas incluyen el tema cognitivo, para ver su estado de alerta, además de la prueba “Yesavage” que evalúa si existe depresión en la persona y finalmente, otra que permite precisar los riesgos de caídas. Información que es entregada a las hermanas encargadas del lugar.
“Se trata de una etapa estudiantil de gran valor para las alumnas, en donde entienden que su profesión se basará siempre privilegiando un cuidado humanizado”, expuso la docente.
Todas las actividades realizadas están supervisadas por la maestra Medel Pérez, quien señaló que este tipo de cuidados son muy importantes para los estudiantes de enfermería, pues destacó que en México la escala poblacional se está invirtiendo y cada vez es mayor el número de adultos mayores, asilos e instituciones que atienden a este sector de la población.
“Se esmeran en el cuidado humano, de escuchar, de facilitar que expresen sus sentimientos y de que los propios alumnos se den cuenta de lo mucho que hay que hacer aquí”, agregó.
Los estudiantes de la licenciatura en Motricidad Humana, de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física, también aplican sus conocimientos adquiridos en las aulas y prácticas de la Universidad. Ellos se encargan de aplicar técnicas de movilidad en uno de los patios de las instalaciones y asisten de manera personal a los adultos mayores que tienen dificultad para moverse.
Ana Viera Ponce es parte del equipo que está presente actualmente en el asilo y junto a sus compañeros busca que los adultos mayores mejoren su calidad de vida a través del movimiento.
“Venir al asilo es algo que me llena de entusiasmo y responsabilidad, que a todos nos sirve, pero que además provoca que los adultos mayores tengan una mejor calidad de vida. Muchas veces con sólo escucharlos se ponen felices”, dijo.
Detalló que el primer paso es la valoración de las personas, para después pasar a la planeación y al tipo de ejercicio que habrán de aplicarles, siempre con la idea de que su cuerpo esté en movimiento el mayor tiempo posible y de acuerdo a sus capacidades.
“Buscamos que sus actividades diarias como bañarse, comer, cambiarse o hasta sacudirse la nariz, sea de una manera más sencilla para ellos, por eso es importante que, en la medida de sus posibilidades, su cuerpo se encuentre en constante movimiento por medio del ejercicio”.
Consideró que la Universidad Autónoma de Chihuahua cumple con un papel social importante, ya que además de enviar a sus estudiantes a aprender en campo muchas cosas que se ven en teoría en las aulas, también se busca regresar algo a la sociedad por medio de acciones positivas y de atención a quienes más los necesitan.
Michel, Rocío, Julio y Karely, son los estudiantes de Motricidad que actualmente prestan su servicio en el asilo. Coincidieron en que se trata de una actividad en la que la sociedad puede involucrarse para ayudar a mejorar la vida de las personas que lo necesitan, pero garantizaron que el resultado también se verá reflejado en la paz interior que obtendrán.