Reportaje| Otra guerra por el agua: Conflictos sociales y políticos en torno a La Boquilla

Por: Alan Martínez

Chihuahua, Chih.- La presa La Boquilla enfrenta en la actualidad una crisis hídrica que amenaza tanto a la población urbana como a los sectores agrícolas de la región. 

Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), entre el 1 de febrero y el 1 de marzo de 2025, la presa perdió 5.2 millones de metros cúbicos de agua, con una disminución de 13 centímetros en su nivel.

Además, las filtraciones de agua han llegado a 1.3 metros cúbicos por segundo, dejando a la presa con 435.763 millones de metros cúbicos, menos de la mitad del volumen registrado en el mismo periodo del año anterior.

Ante este panorama, habitantes de La Boquilla, han organizado una protesta desde el 2 de marzo, acampando en las inmediaciones de la presa para impedir que se realice la extracción de agua para el consumo público-urbano, como lo anunció Conagua. 

La extracción de 15 millones de metros cúbicos está prevista para el 15 de marzo, aunque los pobladores temen que esta medida se lleve a cabo antes, a raíz de varios rumores.

La alcaldesa de San Francisco de Conchos, Norma Pavía, argumentó que no sería necesario vaciar la presa, pues las filtraciones de agua exceden el volumen requerido para abastecer a la población urbana. 

A pesar de las tensiones, Javier Baltierra, presidente seccional de La Boquilla, aseguró que la manifestación continuará de manera pacífica mientras esperan una respuesta oficial de las autoridades.

Por su parte, Jorge Aldana, presidente municipal de Camargo, defendió la decisión de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) de extraer agua de la presa, señalando que es necesario garantizar el abastecimiento para la ciudad, especialmente ante el deterioro de las galerías filtrantes. 

Aldana destacó que el uso prioritario del agua debe ser para consumo humano, y respaldó las decisiones que tome la JMAS para asegurar el suministro en Camargo.

El conflicto se intensificó cuando el diputado local del PAN, Arturo Zubía, solicitó a Conagua intervenir de manera efectiva para resolver las diferencias entre los pobladores de Camargo y San Francisco de Conchos, quienes también enfrentan la escasez de agua. Zubía expresó su inconformidad con la falta de acción de Conagua, quien, según él, ha eludido sus responsabilidades en este conflicto. 

El legislador panista exigió que el agua extraída de La Boquilla denunció que las extracciones ilegales de agua están agravando la crisis y podrían desencadenar una mayor confrontación entre los municipios.

La situación es aún más crítica debido a la falta de infraestructura en Camargo. El municipio cuenta con solo dos galerías filtrantes, lo que genera una escasez de agua potable que afecta a miles de personas. Ante esto, Zubía propuso la sustitución de estas galerías por pozos nuevos para garantizar un suministro constante de agua para la población.

En respuesta, la Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS) aseguró que los habitantes de Camargo tienen garantizado el suministro de agua potable, ya que se ha asignado una cantidad de 15 millones de metros cúbicos para consumo humano, lo cual se obtiene a través de las galerías filtrantes y pozos incluidos en el Plan Hídrico.

Para esclarecer la situación sanitaria del agua de La Boquilla, el Comisionado Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coespris), Luis Carlos Tarín Villamar, informó que los análisis realizados al agua no han mostrado riesgos para la salud. 

A pesar de los rumores que vinculaban el agua con un aumento de padecimientos intestinales, Tarín Villamar aseguró que los resultados de los estudios bacteriológicos, físicos y químicos están dentro de los límites normales, aunque admitió que los bajos niveles de la presa podrían haber afectado la calidad del agua debido a la presencia de tierra y otros elementos.

A lo largo de los últimos años, especialmente en 2020, los agricultores de la región se han manifestado enérgicamente contra la extracción de agua de la presa. En ese entonces, los productores denunciaron que el agua destinada a cumplir los compromisos internacionales dejó a los agricultores sin recursos para sus cultivos, especialmente en un contexto de sequía prolongada. 

En septiembre de 2020, los productores bloquearon el acceso a la presa en un intento por evitar la extracción, lo que generó un aumento de tensiones sociales y políticas. La situación escaló a niveles de violencia cuando un enfrentamiento entre manifestantes y la Guardia Nacional dejó varios heridos.

Agricultores chocan con miembros de la Guardia Nacional mexicana durante una protesta contra la decisión del gobierno mexicano de desviar agua de la represa La Boquilla a Estados Unidos, como parte de un tratado bilateral de agua desde 1944 entre ambos países, en Camargo, del estado Chihuahua, Mexico. 8 de septiembre de 2020. REUTERS/Jose Luis Gonzalez

En octubre de 2021, después de más de un año de luchas por el acceso al agua para riego agrícola, las instalaciones de la presa La Boquilla fueron entregadas a las autoridades federales, marcando un hito en la historia de la región. 

En agosto de 2024, otro episodio de manifestaciones en Camargo, debido a la baja cantidad de agua en la presa, generó gran preocupación por las repercusiones en la agricultura y el abastecimiento urbano. 

La falta de acuerdos entre los actores involucrados ha exacerbado los intereses encontrados entre el sector agrícola y el abastecimiento urbano, llevando la situación a un punto crítico.

Con el inicio de la temporada de extracción de agua cada vez más cercano, las autoridades y los habitantes de la región deberán encontrar soluciones urgentes para evitar que la crisis se agrave.

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