
“Los tiranos se rodean de hombres malos porque les gusta ser adulados y ningún hombre de espíritu elevado les adulará”
(Aristóteles)
Por FerMan
El pasado 5 de febrero, celebración del 108º aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, fuimos testigos de un acto más de autoritarismo por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, al despreciar la presencia de la titular de uno de los Poderes que conforman el Estado Democrático en nuestro país. Hago referencia a la falta de invitación de la ministra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Este acto, en sí mismo, advierte el autoritarismo que el gobierno emanado de Morena ha venido realizando desde que llegó al Poder Ejecutivo, en contubernio con sus aliados del Poder Legislativo, ambos poderes sometidos a la ideología comunista.
Es muy lamentable que, como si se tratara de una celebración de un negocio privado, la titular del ejecutivo federal, Sheinbaum Pardo, haya decido no invitar a la presidenta de la Suprema Corte, solo porque no se ha sometido a los caprichos autoritarios de Morena y sus aliados, y lo vimos muy claro, pues sí invitó a las ministras que comparten su misma ideología, esto es, a Yasmín Esquivel Mossa, Lenia Batres Guadarrama y Loretta Ortiz Ahlf, mismas que dicho sea de paso, son las únicas ministras que han decido participar en la próximas elecciones judiciales de junio, siendo las primeras candidatas confirmadas para aparecer en las boletas electorales de tan maquiavélica elección.
Se le olvida a la presidenta Claudia Sheinbaum que la Constitución Mexicana fue resultado de la Revolución Mexicana, derivada de un periodo de autoritarismo, que al parecer, Morena y sus aliados, pretenden implantar de nuevo. Cuando se vive en un Estado de Derecho, se deben respetar las instituciones democráticas, entre ellas, a los tres poderes que conforman al Estado Mexicano, lo anterior, independientemente de que las determinaciones que cada poder emita sean de nuestro agrado o no, y más aún, con independencia de que, sus titulares o integrantes, nos sean agradables o no.
Por eso, en un Estado de Derecho, existen los mecanismos o recursos legales que correspondan para combatir o controvertir esas resoluciones que nos parecen desfavorables, pero siempre y cuando se realice con total respeto al marco jurídico que nos regula. Lo que hizo la presidenta Sheinbaum Pardo, refleja un desprecio por el Estado de Derecho que aún tenemos en México y por sus instituciones democráticas, y todavía peor, evidencia su falta de madurez, no solo política, sino también social, al menospreciar la presencia de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en tan relevante celebración de nuestra Carta Magna.
Que lamentable que los mexicanos tengamos que soportar a tales gobernantes, pero más lamentable es saber que, dichos gobernantes están en el poder porque una mayoría, tal vez sin advertir el peligro del comunismo, votó por Morena y sus aliados.
“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.