Amó su trabajo, pero se enfermó y se fue: Nora

La Paradoja/Ana Juárez

Chihuahua.- El alma de la señora Nora Angélica se dividió el 05 de julio de 2024, su esposo, Hilario Domínguez Mendoza, alias “El Cholo”, policía municipal de formación y jefe de escoltas de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, perdió la vida tras 27 años de servicio a su comunidad.

“A la ciudadanía que comprendan y respeten al policía, porque se pierden días festivos con su familia, cumpleaños. Agradecer, por su labor, ellos siempre se pusieron la placa, dieron la cara por su corporación y fueron muy agradecidos por su trabajo”, expresó.

La señora Nora Angélica fue testigo semanas atrás de como el nombre de su esposo, se puso en una plaquita de aluminio, la cual, fue insertada junto con 84 que resguardan la memoria de los policías caídos en la capital.

“Mi esposo estuvo de escolta, duró muchos años con el jefe Gil Loya, 11 años boxeó, fue 11 años invicto y se retiró así. Siempre trabajó, su trabajo fue su prioridad, amó su trabajo, con muchas ganas de vivir, pero se enfermó y se fue”, comentó.

“El Cholo” fue velado con la presencia de ambas corporaciones, su muerte convocó a policías de todos los rangos, que le admiraron en vida y quienes lo describieron como una persona accesible, apasionado por la justicia y con profundo sentido del deber.


El trabajo policial, una profesión de alto estrés

En 2010, la tasa de mortalidad de homicidios por niños de 5 a 14 años era la más alta del país, así como el índice más alto de asesinatos de adolescentes y hombres jóvenes de 15 a 29 años; siendo uno de los ocho estados con más denuncias presentadas por maltrato infantil.

Por otro lado, el estado presentaba la quinta tasa más elevada en mortandad masculina por suicidios, mientras que los índices de fallecimientos por asesinato eran de 16 hombres y dos mujeres por semana y 1.5 violaciones sexuales diarias.

Estas cifras llevaban a la corporación a la reflexión ¿podrán alguna vez en realidad cambiar las instituciones policiales?, donde se castigaban a los elementos corruptos para mejorar la base policial, pero hasta ese momento, no se abordaba de forma integral la salud mental y física.

Para esa década, la Escuela de Investigación Criminal junto con la Universidad Católica de Colombia, analizaban el trabajo policial considerado una profesión de alto estrés con funcionariado expuesto a situaciones violentas, nocivas y exigentes.

Cuya condición de estrés excesivo presentaba manifestaciones a nivel físico y psicológico que afectan directamente su quehacer policial y su vida personal y familia, somatizando su preocupación, angustia e incluso miedo con dolor en alguna parte del cuerpo, menos vitalidad, agotamiento, cansancio, desánimo y depresión.

También identificaron que los elementos experimentaban decepción por un trabajo realizado y no recompensado por parte de la sociedad, de los mandos superiores, los problemas con los ascensos, lo que detonaban la apatía e idea de que su trabajo no aporta nada y que no servía para nada.

Finalmente, los investigadores de Colombia concluyeron que hacer cumplir la ley, mantener el orden y ofrecer un servicio orientado a la comunidad son tareas que generan alta incompatibilidad de expectativas de conducta, y que sus protectores a la salud, fueron tener una idea de un Dios o de un ser superior y buscar en él o en otros, apoyo y orientación pertinente a sus dificultades; tener familia y dedicarle tiempo a esta; no consumir licor y estudiar o hacer deporte.


La tendencia mindfullness en la policía de América

En Chihuahua, la ola de violencia registrada en esos años, generó que el foco primario de las agencias policiales fuera en términos profesionales, hacer cumplir la ley, mantener el orden y garantizar la seguridad de las personas, lo que derivó en generar elementos entrenados física y emocionalmente hacia la autoridad, pero con distanciamiento físico y emocional a su alrededor.

De acuerdo, a la Encuesta de  Prevalencia global y factores de riesgo de problemas de salud mental en personal policial: una revisión sistemática y metanálisis, en 2020, uno de cada siete oficiales de policía en todo el mundo sufría de trastorno de estrés postraumático o depresión, y uno de cada diez luchaba con otras enfermedades mentales.

Para este 2024, un diagnóstico en materia de salud mental y bienestar por parte de la asociación civil “Causa en Común” apoyada por el Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana a la Policía Municipal de Chihuahua, donde se reveló que  4 de cada 10 policías mencionó que no se cuidaba su salud mental.

6 de cada 10 elementos carecían de apoyo para manejar problemas legales derivados de su trabajo; además  de identificar que, si bien existía una ruta para la atención en estos temas, no se contaba con una estructura que favoreciera al buen funcionamiento de un Sistema de Atención Temprana.

Por lo que se diseñó el Sistema Integral de Bienestar Policial y se propuso la modificación a 5 instrumentos normativos que ayudaran a esta área, donde dijeron se logró que 9 de cada 10 policías reconocieran la importancia de la salud mental y los mandos policiacos conocieran el protocolo para la prevención de riesgos psicosociales.

Hoy en día, tanto Estados Unidos como Canadá aplican  “mindfullness policial”, pidiendo a sus elementos la meditación de los pensamientos y las emociones, la escucha y el habla conscientes, la alimentación consciente y la práctica de la empatía, presentando de acuerdo a los estudios mejoras en la agitación emocional, el funcionamiento cognitivo y el sueño.

Mostrar más
Botón volver arriba