
Condena a García Luna, material de propaganda para otros seis años
Por CACHO
El ex secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón fue juzgado y condenado en una corte de los Estados Unidos, por crímenes relacionados con el narcotráfico, en un proceso basado en testimonios de criminales confesos convertidos en testigos protegidos… material de propaganda de la 4t para otros seis años.
Y es material propagandístico porque en eso basa el gobierno de Morena, hoy representado por Claudia Sheinbaum y antes por Andrés Manuel López Obrador, su tránsito por el poder, eludiendo la altísima responsabilidad del Estado de brindar seguridad a los ciudadanos que gobierna.
Y que somos todos, no sólo quienes votaron por el partido guinda.
Esto viene a colación pues Sheinbaum anunció la semana anterior que en el combate a la delincuencia organizada se basará en empleo de inteligencia y disminución de la impunidad.
Tuvieron seis años ya para que disminuyera la impunidad, y sin embargo, creció, tan es así que grupos criminales controlan amplios espacios territoriales en diversas zonas del país. Si no cree usted, estimado lector, lo que está leyendo, pregúntele a los zacatecanos cómo les va en el tránsito por sus carreteras, los mismo a los michoacanos, a los guerrerenses, a los sinaloenses…
Y no nos olvidemos de nosotros, los mismos chihuahuenses que la pensamos más de una vez para circular en la Parral-Jiménez o en la vía corta Chihuahua- Parral, rutas en las que los criminales roban vehículos y desatan tiroteos.
Ni que hablar de caminos rurales enclavados en la Sierra Tarahumara.
Volviendo al ex zar contra la delincuencia, su condena le cayó “como anillo al dedo” al régimen morenista.
Pese a que el sistema penal estadounidense goza de fama por ser uno de los más cercanos a la verdadera impartición de justicia, no podemos olvidar que en el proceso contra Genaro García Luna nunca se presentó una sola prueba material que evidenciara su colusión con el crimen organizado.
El ex titular de seguridad pública calderonista fue condenado con base en testimonios de criminales presos en Estados Unidos y que acceden a beneficios por declarar – como en este caso lo hicieron –, contra el ex funcionario federal mexicano.
Así es, las palabras vertidas por los criminales confesos Sergio Villarreal “El Grande”, Edgar Veytia “El Diablo” y Óscar Nava Valencia, fueron suficientes para condenar a García Luna. Y esto no es una defensa del exfuncionario, simplemente es poner en contexto lo que sucede en el supuesto mejor sistema de justicia penal del orbe.
Tan es así que, como ejemplo, Erubiel Tirado, especialista en seguridad y académico de la Universidad Iberoamericana, entrevistado por la cadena norteamericana Telemundo dijo que “Aunque haya muchas irregularidades en las acciones de García Luna, darles un valor determinado y un peso tan grande a los testimonios de criminales confesos, sin incluir pruebas concretas, es algo que desvaloriza o demerita el resultado del juicio”.
O bien, la opinión también vertida a periodistas de la cadena hispana en Estados Unidos, Guadalupe Correa-Cabrera, un experto en narcotráfico y migración de la Universidad George Mason, quien dijo que:
“Esto es histórico, un juicio muy importante, pero hay que decir que no hay pruebas materiales que avalen la sentencia. Es la culminación de un proceso accidentado donde se declara culpable al hombre más fuerte en la guerra contra el narco, lo que sigue teniendo efectos en México donde siguen muriendo cientos de miles de personas cada sexenio”.
Por lo que ahora pasamos al asunto de la propaganda.
Fueron seis años de culpar al expresidente Felipe Calderón por la violencia que hoy se vive en el país, podremos aceptar que como fue en su sexenio cuando se inició abiertamente el combate al crimen organizado, con la torpeza de llamarlo “guerra contra el narco” y que después se matizó la acepción, pues lógico que se desataría la violencia al enfrentar al crimen.
Pero lo mismo sucedió en el sexenio de Enrique Peña Nieto, en el que si bien, no se le denominó guerra, al menos fueron arrestados varios personajes importantes dentro del organigrama del crimen organizado, incluido Joaquín “El Chapo” Guzmán (el señor Guzmán, en palabras de López Obrador) quien fue extraditado a EU y cumple cadena perpetua allá.
Pero las muertes a causa de la inseguridad en el país aumentaron con EPN, es innegable, y al menos el priista tuvo la decencia de respetar el dolor de los deudos y no hizo propaganda con esos decesos, como continuamente lo hizo AMLO.
Pero en el sexenio de López, quien prometió que acabaría con la inseguridad, la cifra de asesinatos dolosos creció hasta rebasar los 196 mil.
Buenos resultados de la política de “abrazos, no balazos”.
Lo preocupante, volviendo a las declaraciones de la mandataria Sheinbaum, es que, de acuerdo con su estrategia nacional, presentada el martes ocho del presente se basará en cuatro ejes: atención a las causas; consolidación de la Guardia Nacional; fortalecimiento de la inteligencia e investigación y coordinación con las entidades federativas.
Se supone que López atendió las causas durante sus seis años de gobierno y, sin embargo, aumentó la presencia del crimen organizado.
Consolidar a la Guardia Nacional es un paso muy importante, pero preocupa que estando bajo las órdenes y supervisión de la Secretaría de la Defensa Nacional, se den episodios vergonzosos de violación a los derechos humanos.
Como botón de muestra, soldados y elementos de la Guardia Nacional mataron a la enfermera Yuricie Rivera Elizalde y a la niña Iris “Y” en dos hechos distintos ocurridos el viernes 11 y sábado 12 del presente mes en Nuevo Laredo, de acuerdo con denuncias de los familiares de las víctimas.
Así las cosas.
Pero lo peor, Sheinbaum prometió continuar con el Legado de López Obrador, por lo que todos los mexicanos estamos advertidos y la condena de García Luna servirá de combustible para seguir alimentando durante seis años las febriles mentes de los seguidores de la 4t en su onírica realidad alterna.
Luego no digamos que nos sorprendieron.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.