A DECIR VERDAD

No hubo fraude, pero sí una elección de estado
Por Rubén Iñiguez/
La Voz de Jalisco

El resultado electoral a favor de Claudia Sheinbaum, ganadora del proceso presidencial en México, fue un golpe de realidad durísimo para la oposición. La diferencia apabullante en el resultado genera muchas dudas y sospechas sobre la legalidad del voto, pero es casi imposible que se hayan podido manipular 31 millones de sufragios a favor de la ex jefa de Gobierno capitalino.

La oposición creo que se está equivocando al centrar sus esfuerzos en evidenciar los errores cometidos durante la elección. Pues un millón y medio de personas participaron voluntariamente como funcionarios de casilla. Aunque en algunos casos hubo excesos y errores graves, esto se va a subsanar para garantizar la certeza y legalidad del proceso.

Lo que realmente importa es lo que ocurrió antes de la elección. El presidente no dejó de intervenir a favor de su candidata, y los “siervos de la Nación” aprovecharon cada oportunidad para condicionar el apoyo social a cambio del voto para Morena. Además, los gobernadores emanados de ese partido debían aportar diezmos para los estados que renovarían gobernador.

Veinticinco millones de familias reciben algún tipo de apoyo del gobierno. Para el ciudadano común, es más importante seguir recibiendo su beca que resolver temas urgentes como la seguridad o el desabasto de medicamentos.

El elector prefirió conservar su apoyo mensual o bimestral, en lugar de aceptar el discurso de la oposición, que nunca les proporcionó dinero de manera universal cuando ellos gobernaban.

Los mexicanos prefirieron su apoyo económico antes que el respeto a la autonomía de sus instituciones. La evidente corrupción de los hijos, hermanos y demás familiares de AMLO no les importó, ya que esto había ocurrido antes con los gobiernos anteriores.

La refinería que no refina ni un solo litro de petróleo tampoco les causó molestia porque algún día, creen que lo hará.

El ecocidio del Tren Maya tampoco les generó conflicto porque los políticos de la oposición, también tienen grandes propiedades en zonas naturales protegidas dañando manglares y siendo agresivos e invasivos con el medio ambiente.

La narrativa de AMLO de victimizarse en cada mañanera funcionó y logró convencer a millones de mexicanos de que él era uno de ellos, enfrentando a poderes fácticos imaginarios. Sin embargo, él representa a la nueva mafia del poder.

Lo increíble es que todos los estratos sociales (clase baja, media y alta) votaron a favor de la candidata de Morena.

El voto oculto, aquel que no quería responder encuestas, pues sabía que su voto era libre pero secreto, nunca se reflejó en ninguna medición. Estas personas apostaron a conservar la ayuda que les ha permitido completar el gasto mensual o bimestral de sus hogares.

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