EL CASCABEL

Campañas políticas con 2 de azúcar
Por: Marco Antonio Gutiérrez Mendoza

Estimado lector espero esté teniendo un excelente fin de semana y como siempre le invito a la reflexión con esta sección. ¿Cómo se siente usted con un mes de campañas políticas rumbo a las elecciones de junio?, ¿se enteró que ya comenzaron?, ¿ha visto publicidad al respecto? Muy probablemente usted en sus redes sociales, en la radio, televisión o en la ciudad ha visto promoción de candidatos y candidatas de los diferentes frentes políticos que contienden por algún puesto de elección popular.

En este punto es conveniente preguntarle: ¿fuera de las fotos, spots de tele y radio, campañas de redes sociales usted ya tiene claras las propuestas de los y las postulantes? Especialistas en publicidad política y marketing aseguran que los nuestros son días inéditos ya que con la sobresaturación de anuncios estamos más enfocados en la inmediatez de las apariencias y es común perderse el fondo de los temas.

En lo personal me queda claro que los equipos de campaña de todos los partidos están muy preocupados en crear melodías, manejo de imagen y frases pegadoras para sus candidatos y candidatas, pero poco se ha ido más lejos en la transmisión de plataformas concretas, atractivas e incluyentes de los planes que se pondrán en marcha de ganar. La mente humana y por ende la opinión de los sujetos es manejable, nos encanta lo inmediato, lo que nos causa satisfacción al momento, sabores, colores, sensaciones que nos reconfortan, durante décadas equipos de marketing de empresas se enfocan en hacer atractivo un producto por medio de la publicidad, al final si el producto es bueno o malo pasa a segundo o tercer término, lo importante es vender. Hoy en la publicidad no se vende un café, se vende la experiencia inmediata que nos da ese café.

En política pasa lo mismo, desgraciadamente en muchos casos ya no importa si el candidato o candidata tiene preparación, trayectoria o experiencia, si tiene una plataforma ideológica o política, lo que importa es que sea atractivo que en pocos segundos cause una sensación agradable, que enganche y para ello se puede usar todo tipo de artilugios.

De está manera vemos que el influencer de las redes sociales, el ganador de un show de televisión o cualquier persona que cumpla con estándares de ser atractivo se lanza o lo lanzan a la política. Es aquí donde debemos cuestionarnos como cuando compramos un refresco, ¿esto es lo que realmente quiero para mí?, ¿es lo ideal que esta persona esté gobernando?, ¿tiene fondo o sólo es como un café azucarado que nos brindará satisfacción inmediata por los grados calóricos? Estas y otras consideraciones son pertinentes a la hora del consumo que hacemos en este caso como electores.

Nuestro sistema democrático en el papel ponen en la mesa los perfiles más preparados para ocupar puestos de gobernanza, lo preocupante es que la tendencia, como lo he querido expresar, no se tienen los perfiles idóneos para afrontar las problemáticas del colectivo y esto no es exclusivo de México, vemos casos como el de Argentina o Estados Unidos donde las alternativas políticas son personajes infumables que más que perfiles políticos son hombres espectáculo que sirven a intereses de mercado o sectarios que no reflejan las necesidades sociales de sus respectivos países.

Como siempre usted debe tener la mejor de las opiniones, sólo le invito a la revisión de las propuestas y el debate presidencial es un escenario perfecto, espero que las autoridades electorales busquen más que un formato atractivo, que es importante pero no lo más importante, un formato que lleve las propuestas para atender temas de seguridad, salud, educación, económica o política. México atraviesa un momento importantísimo y es frívolo perder el tiempo en comisión superfluos con promesas de opio que no atienden lo esencial.

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