EL HILO DE ARIADNA

Jazzteño y el Chihuahua de antaño
(Entre Nueva Orleans y Parral o el eslabón que faltaba)

Heriberto Ramírez

Los historiadores suelen ser de las personas más apasionadas por más que apelen a la objetividad de sus juicios, la crónica de los llamados hechos históricos suele tener una carga intensa de juicios y sesgos casi inevitables, y a la vez tiene una rotunda flaqueza, la imposibilidad de repetir los hechos a los que se alude. Esta limitante puede encontrar atajos que la mitiguen, una vía se encuentra en la historia de la música.
La música escrita en cualquier tiempo y lugar puede ser reproducida y traída de nuevo a la vida. Un ejemplo de ello es la recuperación y revitalización de la música de antes que se tocaba en la región de Chihuahua realizada por el grupo de Jazzteño de Mario Montes, quienes en su última grabación Chihuahua de antaño nos han entregado un puñado de piezas sustraídas del olvido para el disfrute de las nuevas generaciones.
Se trata de su tercer disco, antes produjeron Polka al medio día (2015) y Sacramento (2022). Chihuahua de antaño recoge nueve piezas musicales de autores ya reconocidos en la historia de la música regional, Jesús Martínez González con “Bajo el cielo de Chihuahua”, de Arturo Tolentino Enríquez “Alma parralense”, Fortino Contreras y “Ámame vals”, Ventura Romero “Un madrigal”, Francisco Moure Holguín y la muy conocida “Julia”, Isidro Gómez con “Chupitos”, de Jesús Ignacio Perches Enríquez “La pájara vaciladora”, de Jesús Farfán Orozco “El parque de los niños” y “Por mí y por mi novia” de un compositor anónimo. Son creaciones fechadas entre 1923 y 1940.
Si bien está la posibilidad latente de reproducir cada pieza siendo fiel las partituras, Mario Montes renunció a ella, pues lo convenció el espíritu del jazz que siempre lo acompaña de darle a cada interpretación sus propios toques y pinceladas, pues así suele ocurrir, en especial en el jazz, cada interprete se ubica en su propio tiempo, así que todas las piezas se grabaron con los atinados y sabios arreglos de Mario Montes.
En cada disco se evocan las atmósferas que envolvían estas ejecuciones y sus audiencias. Muchas de ellas debieron ser oídas una y otra vez en bailes, bodas o banquetes. Y algunas de ellas corrieron con la suerte de ser difundidas por la radio de entonces. La música de esto no tan lejanos tiempos cumplía una función más festiva y de una mayor significancia, pues eran tiempos donde la música, sobre toda cuando se escuchaba en vivo dejaba hondos recuerdos.
Chihuahua de antaño es una grabación de la cual pueden desprenderse varias reflexiones, una de ellas para los interesados en la historia de la música es que abre el horizonte a los cánones estéticos de ese entonces y a partir de los cuales puede establecer elementos de juicio para comprender y valorar el proceso evolutivo de nuestra música e ir encadenando los distintos eslabones que la han conformado. Al mismo historiador también le deja la interrogante de cómo es que llegaron los distintos instrumentos musicales hasta estas latitudes, cuál fue la ruta que siguieron. Para los escuchas es una invitación seductora de imaginar los espacios, las personas, los paisajes en torno a los cuales convergían todas estas sonoridades.
El formato de la alineación de Jazzteño para esta producción es la de sexteto, Mario Montes en el saxofón, Marisol Vázquez Barrera en la flauta transversa, Hugo Antonio Pérez Conteras con el clarinete, José Alejandro Rascón Venegas en la batería, Ariel Esaú Solís Garibay con el banjo y Héctor Gerardo Villa Robles con la tuba.
De acuerdo a los créditos del disco contaron con el respaldo invaluable del historiador de música Raúl Balderrama Montes.
Este tercer trabajo le da a la banda una consistencia mayor en el ámbito del jazz, sumándose a esta tradición cada vez más vigorosa del jazz mexicano de fusionar el jazz en cuanto tal con otras tradiciones musicales de México, tal es el caso del son jarocho y la música y la tradicional michoacana con raíces purépechas. Algo de lo cual pudimos apreciar en el festival de jazz Armando Núñez en la edición de este año.
Esto le ha valido al grupo ser invitado a una buena cantidad de festivales, manteniendo una importante presencia en el mundo del jazz nacional. Con un panorama prometedor abierto y un legado tangible al alcance de quien se interese por la antigua música chihuahuense recreada con el sofisticado aliento del jazz.
Su música también está disponible en las distintas plataformas digitales.

 

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