SE TIENE QUE DECIR

Degrada la 4t la Constitución y la usa como si fuera papel higiénico
Por CACHO

En las últimas semanas hemos sido testigos de cómo el tipo que juró guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, ha faltado (por enésima ocasión) a su palabra (que dice Andrés Manuel López Obrador que es lo más valioso que tiene) en ese rubro.
Me explico.
El pasado día siete, el hasta entonces ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presentó al ente que preside este país, una carta renunciando a su cargo por considerar que su ciclo en la Suprema Corte había terminado y que, cito: “las aportaciones que puedo realizar desde esta posición en la consolidación de un mejor país se han vuelto marginales”.
Continúa la misiva.
“Estimo que es de la mayor importancia sumarme a la consolidación de la transformación de México, desde los espacios que me brinden la oportunidad de tener incidencia en la construcción de un país más justo y más igualitario, en el que sean prioridad quienes menos tienen y más lo necesitan. Espero poder seguir colaborando hacia el México que todas y todos soñamos”.
“Por lo anterior, con fundamento en el artículo 98, tercer párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, le solicito respetuosamente acepte mi renuncia al cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que, en su caso, se sirva turnarla al Senado de la República para su aprobación”, escribe Zaldívar en la comunicación a López Obrador, quien por supuesto, aceptó la dimisión.
Pero qué cree mi estimado lector, el Art. 98, reformado el 31 de diciembre de 1994, dice así:
Art. 98.- Cuando la falta de un Ministro excediere de un mes, el Presidente de la República someterá el nombramiento de un Ministro interino a la aprobación del Senado, observándose lo dispuesto en el artículo 96 de esta Constitución.
Si faltare un Ministro por defunción o por cualquier causa de separación definitiva, el Presidente someterá un nuevo nombramiento a la aprobación del Senado, en los términos del artículo 96 de esta Constitución.
Y el tercer párrafo, adicionado el 22 de agosto de 1996 a la letra dice:
Las renuncias de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia solamente procederán por causas graves; serán sometidas al Ejecutivo y, si éste las acepta, las enviará para su aprobación al Senado.
Conste que en su carta Zaldívar escribe “con fundamento en el artículo 98, tercer párrafo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, le solicito respetuosamente acepte mi renuncia al cargo de ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.
¿Irse a las campañas de Morena es una causa grave como para renunciar? O bien ¿Se cansó, igual que Murillo Karam en el asunto de la verdad histórica de Ayotzinapa? ¿Se le hizo coqueto dejar la Corte, cuando ya no estaba sirviendo de tapete a López?
Pero no acaba ahí el asunto.
La renuncia le fue aceptada por AMLO y turnada al Senado en donde la mayoría Morenista aliada con sus mezquinos y serviles satélites (PT y PVEM) le dieron el sí a Zaldívar Lelo de Larrea, para que dejara su cargo y se fuera a tomar rápidamente una foto junto a Claudia Sheinbaum.
Y lanzaron la Constitución al inodoro.
AMLO, Zaldívar y los senadores que avalaron esta anticonstitucional dimisión, deberían enfrentar consecuencias, ya sea administrativas o penales, o ambas.
Para colmo, el inquilino de Palacio Nacional aventó otra carta sacada del nepotismo y el amiguismo.
Envió al Senado de la República una terna conformada por tres mujeres (aplaudo que se busque impulsar a las féminas en los poderes de la Nación) pero, siempre hay un pero, la terna se conforma de María Estela Ríos, que es la consejera jurídica del presidente, Bertha María Alcalde, hija de la cofundadora de Morena, la chihuahuense Bertha Luján Caraveo, quien además fue contralora en el gobierno del DF y presidenta del Consejo Nacional de Morena (además, la hermana de Bertha, Luisa María, es la actual secretaria de Gobernación), y Lenia Batres, consejera de legislación, quien además es hermana de Martí Batres, actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Esa es la terna que el mandatario ha mandado al Senado.
Nepotismo, amiguismo y corrupción, son vocablos que conforman otra terna que se puede empatar con la enviada por López a sus súbditos del Senado.
Como esta designación requiere (de acuerdo con el Art. 96 Constitucional, reformado también el 31 de diciembre de 1994) el voto a favor de dos terceras partes de quienes estén presentes en la sesión del cuerpo legislativo, caben algunos escenarios muy interesantes:
a) – Le madrugan a la oposición y hacen una sesión de amigos.
b) – No logran la mayoría calificada por darse votación muy cerrada y hacen el truquito patentado por Ricardo Monreal de contar mal los votos y ponerse de más, quitándole algunos a la oposición.
c) – De plano batean al oficialismo y la terna no pasa, o tardan más de 30 días en someterla a votación.
Sin embargo, si éste último escenario fuera el resultante, ¿qué cree mi estimado lector? Aquí sí van a respetar la Constitución, pues el segundo párrafo del citado Art. 96 dice a la letra:
“En caso de que la Cámara de Senadores rechace la totalidad de la terna propuesta, el Presidente de la República someterá una nueva, en los términos del párrafo anterior. Si esta segunda terna fuera rechazada, ocupará el cargo la persona que, dentro de dicha terna, designe el Presidente de la República”.
Así que, de que impondrá López en la Corte a una de sus seguidoras, al puro estilo de Loreta y Yasmín, no cabe la menor duda.
La pregunta que debemos hacernos todos es:
¿La elegirán interina para concluir el periodo que le restaba por cumplir a Zaldívar? O ¿están haciendo la trampota (que no se duda para nada) para que la nueva ministra dure 15 años en el cargo?
Porque donde algo huele mal, es que se está pudriendo.
Y la 4t ya apesta.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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