CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“¡Ay de los pueblos gobernados por un poder que ha de pensar en la conservación propia!” (Jaime Balmes)
Por FerMan

En los últimos días hemos sido testigos de cómo se va debilitando el estado de derecho en México, violentando los principios democráticos que rigen nuestro sistema de gobierno. Lo anterior derivado de la polémica exacerbada que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador en contra del Poder Judicial de la Federación, específicamente con respecto al tema de la extinción de sus 13 fideicomisos. En este tema, vale la pena hacer una breve explicación de la importancia de los fideicomisos.

De manera sintetizada, un fideicomiso es un contrato que se realiza entre tres participantes: el fideicomitente, el fiduciario y el fideicomisario, en donde el fideicomitente puede ser cualquier persona física o moral que se acerca a una institución bancaria y contrata un fideicomiso para que el banco, es decir, el fiduciario, se dedique a administrar los bienes o activos que este quiere entregar bajo las condiciones y acuerdos que se establezcan para su operación, a efecto de que el fideicomisario, quien es el beneficiario, al cumplirse el objetivo de la creación del fideicomiso, reciba la cantidad de dinero o de bienes establecidos en el fideicomiso.

Es así que, cuando se crea un fideicomiso es para solventar en el futuro posibles gastos que, si no se previene de esa manera, sería difícil hacerles frente, haciendo la semejanza a un fondo de ahorro. Pues bien, el Poder Judicial Federal, contaba con 14 fideicomisos para tales fines, sin embargo, después de que López Obrador solicitara su desaparición, la Cámara de Diputados y posteriormente, la de Senadores, por supuesto con mayoría de Morena, aprobaron la desaparición de 13 de los 14 fideicomisos del Poder Judicial Federal. Ese acto, en sí mismo, es un atentado a la división de poderes, una intromisión a la independencia judicial y una violación a los derechos humanos adquiridos por el personal del Poder Judicial Federal.

La Organización de las Naciones Unidas, en ese sentido, a través del portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos se manifestó al indicar que: “Como lo hemos señalado reiteradamente, un poder judicial independiente es clave para defender la Constitución, garantizar los derechos humanos, proteger a las minorías y salvaguardar la separación y el equilibrio de los poderes”, solicitando así mismo, a López Obrador, “proteger los derechos humanos del personal del Poder Judicial Federal, pues la eliminación de los 13 fideicomisos afectan los apoyos a la vivienda, a los servicios de salud y de pensiones de más de 42,000 trabajadores del Poder Judicial de la Federación”.

Por supuesto, nada le importó a López Obrador, debido a que su perversa intención no es otra que desaparecer la división de poderes, debilitar la democracia y aniquilar el estado de derecho de nuestro querido México. Y lo antes señalado se hace evidente puesto que, si AMLO realmente quisiera ayudar a los más pobres, quitando privilegios de unos cuantos, entonces ¿Por qué no elimina el fideicomiso de la Secretaría de la Defensa Nacional, el cual cuenta con más de 40 mil millones de pesos? o bien, ¿Por qué ha creado otros fideicomisos, entre ellos, el que tiene como finalidad la operación del Tren Maya? La respuesta a estas y otras interrogantes sin duda alguna contradicen el falso discurso de López Obrador.

En ese contexto, el problema de la eliminación de estos 13 fideicomisos, así como de los 109 que fueron de igual manera eliminados el pasado 21 de octubre de 2021 por los mismos lacayos de AMLO, se convierte en consecuencias fatales, como ya lo estamos viviendo con los lamentables desastres ocasionados por el huracán Otis en el hermoso puerto de Acapulco, pues dentro de los 109 fideicomisos eliminados en el 2021 se encontraba el del Fondo para los Desastres Naturales (Fonden), creado en 1996 y cuyo funcionamiento inició en 1999, mismo que servía para ayudar de manera inmediata a quienes habían padecido un desastre natural como el acontecido recientemente en Guerrero, pero por desgracia, actualmente no existen fondos inmediatos para hacer frente a tan difícil situación.

Pero lo más sorprendente es cómo, de manera maquiavélica, Andrés Manuel López Obrador justifica su proceder señalando que, la eliminación de dichos fideicomisos, además de destinarse el dinero para los más pobres, servía para evitar supuestos actos de corrupción, sin embargo, la realidad se hace evidente, puesto que vemos cómo un desastre natural desenmascara las absurdas decisiones de López Obrador y pone a vista de todos su incapacidad para prevenir y hacer frente a este tipo de fenómenos naturales.

Nadie más que Andrés Manuel López Obrador y todos sus secuaces son responsables de la pérdida de vidas ocasionadas por el huracán Otis, puesto que, habiéndose podido evitar, por la incapacidad y negligencia de las autoridades en turno, tanto estatales como federales, no se evitaron, debido a que no se tomaron las debidas precauciones y así mismo, es evidente que no han tenido la capacidad de atender de forma inmediata y con la debida diligencia, las funestas consecuencias dejadas por el huracán Otis. No debemos olvidar que, Dios siempre perdona, el hombre a veces, pero la naturaleza nunca.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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