
Por Paco Navarro
La sala estaba llena como siempre. Las manos alzadas y las voces que pedían una pregunta más. Del otro lado, el entrevistado no era ajeno a la efervescencia. Miraba todo con una sonrisilla burlona y para demostrar que sabía de lo que se trataba, se llevó las manos a las orejas e hizo un gesto para dar a entender que no; luego tomó el micrófono y dijo: -Me decía un amigo… me decía que le decía su esposa: “que me des 200 pesos para ir al mercado”. Se volvió a llevar la mano a la oreja, en este caso la derecha y dijo, interpretando al personaje de su chiste: – “No oigo”, luego se llevó la mano a la oreja izquierda: “por acá”, como dando a entender que ese era su oído bueno, con el que escuchaba mejor. La mujer ahora le dijo: “que me des 500 pesos para ir al mercado”; el hombre rápido se llevó la mano a la oreja derecha y contestó: “mejor los 200” y algunas risas aduladoras se hicieron presentes. Y con eso se despidió el entrevistado.
Este es un mal chiste. Es uno muy malo por cierto, pero lo peor es que, como todos sabemos, el hecho como tal ocurrió. El entrevistado era nuestro Presidente; la sala, su mañanera; y la pregunta que dejó sin respuesta el homicidio atroz de 5 jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco.
El crimen fue de una brutalidad terrible. Al día de hoy es inexplicable que haya sucedido como ocurrió y no queda claro, tampoco, el móvil. Las autoridades deberán explicar qué fue lo qué pasó y porqué pasó.
México atraviesa un periodo de violencia que, ciertamente no es nuevo, pero que ha alcanzado su grado máximo en este sexenio. Ningún otro ha acumulado tantas muertes violentas. El de Felipe Calderón, al que por cierto tanto acuden en Morena para ejemplificar la catástrofe en materia de seguridad, tuvo 121,613 homicidios dolosos; con Peña Nieto 157,158 y con el Presidente López Obrador ya van 163,260 homicidios, es decir, un homicidio cada 15 minutos, esto según información que la agencia TResearch publicó partir de los datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), así como del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De continuar la tendencia percibida, TResearch calcula que los asesinatos podrían llegar a 210 mil 955 al final del sexenio.
Lo más grave de todo esto es la normalización de criminalidad que como sociedad estamos viviendo, impuesta, hay que decirlo y reclamarlo, directamente desde el Gobierno Federal. Ante cualquier cuestionamiento o reclamo, el Presidente lo evade, lo politiza, lo niega o lo ignora. Lo de esta última ocasión, lo del chiste lamentable, es absolutamente indignante. Bajo ninguna circunstancia se justifica que haya actuado como actuó.
Ahora bien, no puedo dejar de mencionar que apenas en junio de este año el Presidente se refirió al número de homicidios que han sucedido en lo que va de su sexenio. Reconoció que es el sexenio con más homicidios, pero aprovechó para repartir culpas y referirse al pasado: “Ahora nos dicen ‘qué barbaridad, el gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios’, Sí, pero por qué no pones la lámina de homicidios, para que vean cómo nos dejaron el país, porque es una mala herencia en seguridad, pero así nos dejaron salud y así nos dejaron educación”.
Los pretextos de siempre, las mentiras de siempre, la incapacidad de siempre. Qué lamentable los hechos acontecidos en Lagos de Moreno. Pésima respuesta del Presidente ante el reclamo y ante la exigencia de justicia. Patético el silencio de Morena al respecto. Una verdadera pena. No debemos permitir que vuelva a suceder.