SE TIENE QUE DECIR

Son enormes las evidencias de corrupción ¿y qué?
Por Cacho

El nivel de cinismo al que ha escalado el ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador, sobrepasa por mucho el desprecio y la ofensa a ese pueblo del que tanto habla y dice velar por él.
A estas alturas de su gobierno, solamente quienes son beneficiarios a gran escala de las políticas de la administración federal, los clásicos que porque “en 2018 ganamos al votar por López Obrador” no quieren reconocer la realidad, que ganaron más de lo mismo, ya es difícil, por no decir imposible defenderlo.
Son corruptos a más sí poder.
Obviamente, López se aprovecha del agradecimiento del mexicano pobre, aquel que recibe dádivas del gobierno, incluyendo la pensión universal (merecida, sostengo, para los adultos mayores que en lo general viven abandonados, pero que se queda corta, por eso la menciono como dádiva) para pensar que está gobernando bien.
Quiero ser muy claro: López desapareció programas bien establecidos, fiscalizables y comprobables “para favorecer al pueblo”.
Me remito al ejemplo del Seguro Popular, brindaba atención médica a millones de personas que no tenían acceso a la seguridad social. Lo destruyó desde sus raíces, borraron la base de datos en la que se encontraban los historiales clínicos de millones de mexicanos que eran atendidos por esa instancia.
¿Para qué?
Para crear el Insabi, como supongo que pocos o casi nadie recuerda qué significa eso, lo enuncio: Instituto de Salud para el Bienestar. Un ente que jamás funcionó, dejó morir a miles, (aunque probablemente a casi cinco años del fallido gobierno de López puedan contarse por millones de personas), y terminó por convertirlo en IMSS-Bienestar.
Dejar en primera instancia sin acceso a la salud a millones de mexicanos, aunado al desabasto de medicamentos es corrupción ¿Y qué?
Otro fallo que se deberá corregir pues las cuotas obrero-patronales no alcanzarán, como lo evidencia la realidad que hoy en día vivimos, para atender clínicamente y otorgar medicamentos a quienes están afiliando a ese sistema.
O sea, parece una estrategia dirigida a darle la puntilla al Instituto Mexicano del Seguir Social.
Eso, también es corrupción ¿Y qué?
Pero pasemos a lo evidente.
El caso de Segalmex (Seguridad Alimenticia Mexicana), en sólo los primeros tres años se detectó un desfalco de 15 mil 151 millones de pesos, este dato, basado en las denuncias de la FGR por dichos faltantes.
Es el doble de lo que “desapareció” con la llamada estafa maestra, pérdidas calculadas en la que se detectaron contratos ilegales por 7 mil 670 millones de pesos y de este dinero no se sabe dónde quedaron 3 mil 433 millones.
Cabe mencionar que la ex secretaria de estado, Rosario Robles Berlanga, pasó encarcelada alrededor de tres años, por acusaciones sobre la estafa maestra, pero que nunca fueron demostradas por lo que tuvieron que liberarla.
Aunque en estricto sentido de la legalidad, nunca debió estar tras las rejas, pues violaron la constitucional presunción de inocencia.
Eso, es corrupción de jueces allegados a la pandilla del vividor de Palacio Nacional, quien ordenó encarcelar a Robles es sobrino de Dolores Padierna, esposa del “señor de las ligas” Rogelio Bejarano, hombre de toda la confianza de López, por ello se ganó el mote, por pedir ligas para atar fajos de efectivo destinados a AMLO.
¿Y qué?
Volvamos al caso Segalmex, son más de 15 mil millones de pesos desaparecidos a media administración y hay nueve detenidos, pero son ex funcionarios menores, seis, y tres empleados de empresas vinculadas a los desvíos.
Pero Ignacio Ovalle, el titular del organismo, el responsable de lo que sucede en él o deja de suceder, está feliz, feliz, feliz. Emprendió la graciosa huida de Segalmex y el fuego que le estaba llegando a los aparejos, para ser cobijado por López al nombrarlo Coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal.
Eso, a todas luces, es corrupción ¿Y qué?
Lo más reciente:
Documentos revelados en Guacamaya Leaks, señalan que el general Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, utilizó recursos públicos para viajar en privado con su familia a destinos alrededor del mundo.
Dichas evidencias documentales obtenidas por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad dan cuenta de que Sandoval usó aeronaves del Ejército y al menos a diez militares para atenderlo junto con su familia durante viajes privados.
Sandoval gastó cientos de miles de pesos con cargo al erario (de acuerdo con reportes de la ayudantía del general secretario) para pagar vuelos comerciales en categoría premier, hoteles de lujo, viáticos e incluso un partido de basquetbol en el Madison Square Garden.
También se agrega en las revelaciones que personal militar organizó y vigiló viajes privados del general secretario y su familia en Nueva York, Roma, Venecia, Florencia, Santo Domingo y Denver.
Ante esta evidencia, los viajes realizados por el secretario Luis Crescencio Sandoval, arrasan con el discurso de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El presidente ha hecho énfasis en que su administración terminó con una época de privilegios en la alta burocracia.
Pero quién sabe cuál alta burocracia, porque la que se ve en el entorno político, es aún más privilegiada que la de administraciones anteriores.
Por lo tanto, se podría inferir que el pensamiento de López, ante su respuesta en la mañanera cuando fue cuestionado por una reportera sobre los viajes del general es:
Podemos ser cínica y desvergonzada y abiertamente corruptos ¿Y qué?
La historia juzgará a López y esperemos que la justicia lo alcance para que pague por lo que le está haciendo al país y a nosotros los mexicanos.
Esperan mis ojos ver a López tras las rejas para poder hablar en voz muy alta igual que como respondió a la reportera:
La justicia existe, las leyes se respetan ¿Y qué?
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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