SE TIENE QUE DECIR

Apología del crimen desde donde se supone deben combatirlo
Por CACHO

Si había dudas de la colusión de políticos con el crimen organizado, los mismos políticos se están encargando de despejarlas. O al menos, así lo parece con las declaraciones de José Paz López Elenes, presidente municipal de Badiraguato, Sinaloa, la cuna de varios de los más célebres líderes narcotraficantes.
López Elenes propuso construir un Museo del Narco en su tierra, como un atractivo turístico que permita atraer visitas nacionales y extranjeras.
Así de distorsionado está el pensamiento del joven político, que arribó a su puesto cobijado por las siglas de Morena y supuestamente, apoyado por el crimen organizado.
De acuerdo con el sitio Infobae, López Elenes es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Sinaloa, cuenta con una maestría en Amparo por la Universidad Autónoma de Durango y es doctor en Derecho, con orientación Constitucional, Penal y Derechos Humanos, por el Instituto de Estudios Superiores de Derecho Penal.
Otro aspecto que detalla Infobae, se refiere a que “llegó al cargo en medio de una gran polémica y la presunta intervención del crimen en los procesos electorales, en donde su principal contrincante al puesto, la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD, “Va por Sinaloa” -Guadalupe Iribe Gascón- declinó en último momento por una cuestión de seguridad”.
De hecho, y de acuerdo con la misma publicación, fue el día de las elecciones que el hermano de la candidata fue “levantado” por un grupo criminal, por lo que ella declinó en último momento. “Les exijo a las autoridades todo el peso de la ley contra los responsables de todo lo que no está pasando, y principalmente al candidato municipal de Morena, José Paz López Elenes, culpable de todo lo que nos está pasando”, acusó Iribe Gascón en aquel entonces.
O sea ¿es manito de los malos?
De otra manera no se explica cómo un doctorado en Derecho Constitucional, Penal y Derechos Humanos quiera hacer apología del crimen, siendo autoridad electa por voto popular, y conociendo al dedillo los pormenores de la Constitución y del Código Penal, porque si no lo sabe, dirían en mi rancho ¿pa´qué estudió?
¿O es una exigencia de quienes supuestamente le dieron una ayudadita para ganar la elección?
Además, no se puede ser tan bruto, de proponer que, para fomentar el turismo nacional y extranjero, recalco extranjero, se quiera hacer un museo del narco, en la tierra que vio nacer a personajes como Amado “El Señor de los Cielos” y Vicente Carrillo, Rafael Caro Quintero, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza, alias “El Azul”, cuando en el extranjero boletinan a México para que sus turistas no vengan.
Seguro que con ese museo habrá oleadas de ciudadanos de todo el mundo que vengan a arriesgar el pellejo, contraviniendo la instrucción de sus autoridades.
Volviendo al museo, la “brillante idea” del munícipe José Paz es como lo dijo en un video divulgado en redes sociales, que no pueden negar la historia de su municipio, se la tiene que reconocer, por lo que va a consultar a especialistas en el tema, para ver con claridad, si es posible abrir un Museo del Narco.
Y pensar que el ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador dice que la historia de Badiraguato es de gente buena y trabajadora, por eso quiere llamar ahora el triángulo de la gente buena y trabajadora al mundialmente conocido “Triángulo Dorado”.
¿Se aventará el edil sinaloense “un tiro” con el dueño de las mañaneras que quiere borrar el pasado que se empeña en apologizar?
O será que quiere quedar bien con el único presidente de México que ha visitado Badiraguato, una comunidad enclavada en lo más recóndito de Sinaloa, en seis ocasiones dicen unos, cinco dicen otros, pero cuatro, lo menos, sí.
¿Por qué tanto interés de uno por enaltecer la figura del narco? Y ¿qué puede mover a un mandatario a visitar en cuatro años de su gobierno, seis veces una comunidad con tan poca influencia en el ámbito económico, turístico, industrial o comercial del país?
El tiempo lo dará a conocer… y los Guacamaya Leaks, ¿quién sabe?
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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