CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS

“El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a otros” (Jaime Balmes)
Por FerMan

 

Desde la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en el año de 1990, y posteriormente ya como un organismo autónomo a partir de 1992, este Organismo Nacional Derecho Humanista ha servido de contrapeso para los gobiernos federales que han gobernado con posterioridad a su creación.

Si bien, es un secreto a voces que tanto la CNDH como las comisiones estatales de los derechos humanos de las 32 entidades federativas, se coluden en muchas ocasiones con los titulares del Poder Ejecutivo, lo cierto es que, al menos respetan el marco jurídico que los regula y no comprometen a la institución como tal.

No obstante, desde que la señora Rosario Piedra Ibarra fue nombrada presidenta de la CNDH, ha utilizado dicho nombramiento, no sólo para favorecer, sino hasta defender las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, aún a pesar de las evidentes y graves violaciones a derechos humanos que sus acciones han generado.

Entre otras, una de estas acciones ilegales, fue señalar que, la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, no violentaba la Constitución Mexicana, cuando no únicamente vulnera el marco jurídico nacional, sino que se contrapone a los tratados internacionales que en materia de derechos humanos el Estado Mexicano está obligado a cumplir, en los que, México se obliga garantizar que la seguridad ciudadana se encuentre a cargo de instituciones policiales de carácter civil.

Pero la más clara y contundente violación a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por parte de la Mtra. Piedra Ibarra, es el reciente posicionamiento que hizo a favor de la Reforma Electoral para que los legisladores del Congreso de la Unión modifiquen el marco jurídico que regula el Instituto Nacional Electoral (INE), con la perversa intención de debilitarlo hasta cooptarlo, para manejarlo al antojo del titular del ejecutivo federal y de todos sus seguidores, tal y como sucede con la propia CNDH.

En principio, por mandato constitucional, a la CNDH y sus similares de las entidades federativas, les está prohibido conocer de asuntos jurisdiccionales y asuntos electorales, por lo que, de manera flagrante la titular de la CNDH violentó el artículo 102 de nuestra Carta Magna y no le importó que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se vea envuelta en una situación por demás ajena a su mandato constitucional.

Lo anterior manda un mensaje muy preocupante por la desconfianza que esto genera, tanto en la sociedad en general, como en las víctimas de violaciones de derechos humanos en específico, puesto que, si no le importa quebrantar el marco jurídico que regula dicho Organismo Nacional Derecho Humanista a fin de convertirse en paladín del Ejecutivo Federal, menos le va a importar la defensa autentica de quienes son víctimas de violaciones a sus derechos humanos cometidos por las autoridades federales, las que, desafortunadamente, también son afines a la ideología política que Piedra Ibarra profesa y defiende, esto es a MORENA, lo cual ofende a quienes, de manera genuina, luchan para que los auténticos derechos humanos sean garantizados por las autoridades mexicanas.

Es en dicho contexto que, la Mtra. Piedra Ibarra se ha corrompido, porque no defiende a los mexicanos de las arbitrariedades cometidas por las autoridades, sino todo lo contrario, las justifica en detrimento de los objetivos por lo que fue creada la CNDH. Es por ello que el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, atinadamente denunció públicamente que “la reforma electoral que promueve el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no pretende mejorar el sistema democrático, sino propiciar “la captura” del organismo, como ya ha ocurrido con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos”.

Por desgracia, cuando un organismo autónomo es cooptado por el gobierno en turno, deja de cumplir con los fines para los que fue creado y pasa al servicio de los intereses del gobierno capturador, lo que, sin duda alguna, va en contra de los principios democráticos de una nación, en el presente caso, con la intención de perpetuarse en el poder que para muestra, basta analizar lo que ha estado ocurriendo con las decisiones que ha tomado la CNDH desde que fue cooptada por AMLO, lo cual sin duda alguna, representa un gran peligro para México.

Es por ello que debemos defender las instituciones autónomas y democráticas que sirven para que nuestro querido México, continúe siendo un país democrático donde se respete el Estado de Derecho.

“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.

Mostrar más
Botón volver arriba