APUNTES UNIVERSITARIOS

Cromatografía de Pfeiffer, Técnica Alternativa para el Análisis de Suelos
M.A. Lucía Socorro Gutiérrez González/
Facultad de Ciencias Agrotecnológicas

 

El suelo es un sistema vivo y dinámico que promueve el mantenimiento de la vida como un todo, a través de varias funciones y procesos vitales. Un suelo fértil tiene la capacidad de proporcionar el agua y nutrientes necesarios para las plantas que en él habitan (EOS, 2021).
En un sentido amplio, la fertilidad del suelo se integra con las características físicas, químicas y biológicas, las cuales son utilizadas como indicadores para estimar su calidad, ya que permiten medir, interpretar y analizar el estado en que se encuentra (Heger et al., 2012).
Las propiedades físicas están relacionadas con el equilibrio que tiene el suelo para almacenar y drenar agua, así como la capacidad de facilitar el crecimiento de las raíces de la planta. Entre ellas se encuentran la textura, estructura, permeabilidad, porosidad y drenaje del suelo (Bautista et al., 2004).
Se relacionan, las propiedades químicas, con la capacidad que tiene el suelo para que el suministro de los nutrientes esté en equilibrio y disponibles para la planta. Entre estas propiedades se pueden mencionar la capacidad de intercambio catiónico, el rango de acidez y alcalinidad del suelo, y el contenido de nutrientes (Bautista et al., 2004).
La parte biología del suelo muestra la gran actividad de seres vivos que lo componen, estos microorganismos edáficos desempeñan un papel fundamental en la descomposición y transformación de la materia orgánica, impactando de forma positiva en la salud química y física del suelo, mejorando su estructura, aportando nutrientes a las plantas, incrementando la infiltración del agua y la disminución de pérdidas por erosión (Bautista et al., 2004).
El nivel de fertilidad del suelo es un aspecto fundamental en la productividad agrícola, por ello, el productor requiere conocer las condiciones del suelo y el contenido de nutrientes, para de esta manera, definir el manejo agronómico que implementará con el objetivo de obtener mejores resultados en sus cultivos (Medina, 2018).
Así, el análisis de suelo representa una herramienta muy importante para el productor agrícola, ya que le permite conocer las condiciones y el estado nutrimental de su suelo. Sin embargo, la realización del análisis convencional de suelos requiere de personal capacitado y equipo especializado, convirtiéndose en un proceso costoso y lento (Khemani, 2008).
Existe una alternativa al alcance del productor para la realización del análisis de calidad del suelo, llamada “Cromatografía circular de Pfeiffer”. Trata de una técnica de análisis que puede actuar como indicador cualitativo de las características del suelo, al revelar sus cualidades y sus condiciones (Restrepo y Pinheiro, 2011). La Cromatografía de Pfeiffer es una herramienta de análisis sencilla, rápida, versátil y de bajo costo, que puede ser aplicada en suelo, compostas y biofertilizantes, permitiendo identificar rápidamente la relación entre los microorganismos, la materia orgánica y los minerales (Medina, 2018).
Dicha técnica utiliza un papel filtro circular que previamente es impregnado con una solución de nitrato de plata la cual, al entrar en contacto con la solución del suelo previamente preparada, revela una fotografía llamada cromatograma. Es así como, a través del cromatograma, es posible describir por medio de sus componentes, tamaño, forma y colores, el estado nutrimental del suelo (Restrepo y Pinheiro, 2011).
Entre las características que se puede identificar a través de los colores revelados están la presencia o ausencia de materia orgánica, si el suelo ha recibido excesivas dosis de abonos nitrogenados o sometido a frecuentes aplicaciones de herbicidas. También se identifica la presencia de minerales tales como nitrógeno, sodio, potasio y fósforo, así como el humus derivado del proceso de descomposición orgánica (Partida-Aguilar et al., 2021.).
Respecto a las formas que se pueden apreciar en el cromatograma, la ausencia de radiales, líneas que parten del centro del croma, revelan un suelo compactado y con falta de estructura. A lo largo de los radiales también se pueden observar lunares en tono café relacionados con la actividad biológica y la descomposición de materia orgánica (Restrepo y Pinheiro, 2011).
Otro aspecto importante es la manera en que termina el croma, siendo lo ideal, la formación de picos que indican la descomposición de materia orgánica. A su vez, para la identificación de las características del suelo, el cromatograma se divide en cuatro zonas de forma circular denominadas, zona central que indica el contenido de oxígeno, zona interna identifica la presencia de minerales, zona intermedia también llamada zona proteica o de materia orgánica y zona externa, también denominada zona enzimática o nutricional (Restrepo y Pinheiro, 2011).
Al ser la Cromatografía Circular de Pfeiffer un método de diagnóstico sencillo, que no requiere de una alta capacitación ni equipo costoso de laboratorio, puede ser realizada por el mismo agricultor, permitiéndole monitorear y registrar, con la frecuencia deseada, las condiciones de su suelo (Aguirre et al., 2019), representándole la alternativa para valorar los cambios ocurridos a través del tiempo en su sistema de producción agrícola, tanto por el efecto de las diversas prácticas de manejo aplicadas, como por la variación natural del suelo (Méndez y Bertsch, 2012).

Literatura Citada:
Aguirre, S. E., Piraneque, N. V., & Díaz, C. J. (2019). Valoración del estado del suelo en zona de bosque seco tropical mediante técnicas analíticas y cromatogramas. Información tecnológica, 30(6), 337-350.
Bautista A, Etchevers J, Del Castillo RF, Gutiérrez C. (2004). La Calidad del Suelo y sus Indicadores. Revista Científica y Técnica de Ecología y Medio Ambiente. Ecosistemas. 13(2):90-97.
Earth Observing System (EOS).( 2021) “Fertilidad del suelo, como mantenerla y recuperarla” Earth Observing Sistem. Obtenido de https://eos.com/es/blog/fertilidad-del-suelo/ Recuperado el 6 de Marzo 2021.
Heger, T.J., Imfeld, G. y Mitchell, E. (2012). Número especial sobre “Bioindicación en ecosistemas edáficos”. Nota editorial. Revista Europea de Biología del Suelo, 49,1-4.
Khemani, D., Joseph, M.M., Variganti, S. (2008). Case Based Interpretation of Soil Chromatograms. In: Althoff, KD., Bergmann, R., Minor, M., Hanft, A. (eds) Advances in Case-Based Reasoning. ECCBR 2008. Lecture Notes in Computer Science(), vol 5239. Springer, Berlin, Heidelberg. https://doi.org/10.1007/978-3-540-85502-6_40.
Medina, M.S., Arroyo G.F., Peña V.C.(2018). Cromatografía de Pfaiffer en el análisisde suelos de sistemas productivos. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. (9) 3:665-673.
Méndez, J. C., & Bertsch, F. (2012). El uso de bases de datos en el estudio de la fertilidad de los suelos agrícolas de Costa Rica: Estado actual y principales cambios en el tiempo. Informaciones Agronómicas de Hispanoamérica, 8(1), 27-33.
Partida-Aguilar, L. E., Fajardo-Delgado, D., Sánchez, M. G., Ochoa-Ornelas, R., Ávila-George, H., & Molinar-Solis, J. E. (2021). Uso del aprendizaje máquina para el análisis de suelos. Difu100ci@, Revista de difusión científica, ingeniería y tecnologías, 15(3), 116-123.
Restrepo Rivera, J., Pinheiro, S. (2011). Cromatografía. Imágenes de vida y destrucción del suelo.

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