SE TIENE QUE DECIR

El Legislativo tiene de todo, desafortunadamente pocos legisladores
Por CACHO

A lo largo de los últimos cuatro años hemos visto un desfile de personajes en el Poder Legislativo, específicamente en la Cámara de Diputados, que verdaderamente deja mucho que desear en lo referente a su verdadera capacidad para legislar, sobre todo los de Morena.
En la primera mitad del sexenio, una pléyade de ignorantes entre los cuales había algunos que batallaban para leer de corrido, pero estaban prestos a levantar el dedo, al purísimo estilo del PRI que pensamos ya había superado este México, en cuanto se los ordenara el tlatoani, así consideraban muchos de aquellos diputados y no pocos de los actuales, al ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador.
Iniciativas, realmente muchos de ellos ni sabían qué son, mucho menos las presentaron, sólo apoyaban con su voto las órdenes surgidas desde Palacio Nacional, con la consigna de “no cambiar siquiera una coma”, fácil, así ni siquiera tendrían que leerla.
Vino la elección intermedia y con el apoyo y operación, como fue documentado, del crimen organizado en favor de Morena, resultaron electos nuevos morenistas pero siguieron los viejos vicios, no cambian una coma.
El colmo ha sido el escándalo que la legisladora transgénero, María Clemente García, y que, por ser tan polémico, trataré muy breve pero sustancialmente.
La legisladora publicó en su cuenta de Twitter videos sexuales sin censura, lo que provocó una andanada de críticas tanto de sus compañeros en la Cámara de Diputado como el colectivo feminista Marea Verde.
Las críticas apuntaban hacia el comportamiento que no es el que debería tener como congresista, sino que debería ocuparse por los derechos de su comunidad promoviendo legislaciones, en vez de compartir grabaciones que deberían quedarse en la intimidad.
Esto centraría en general el sentir de muchas personas, incluido un servidor. No critico por supuesto su orientación sexual, pero flaco favor le hace a su comunidad, evidenciándose de esa forma, es más evidente que no todas las personas transgénero actúan como ella… pero matas un perro y ya eres mata perros, desafortunadamente así continúa percibiéndose lo negativo en este país.
Se etiqueta a todos, por las acciones de unos. Y no debe ser.
Sin embargo, María Clemente, lejos de bajar la temperatura al asunto, quizás admitiendo que se excedió, porque no fue un video, son varios, pero no, como reza la sabiduría popular, “se montó en su macho”.
Lo peor es que rebajó el debate de una manera brutal, dijo ante la prensa que en la Cámara hay abogados, contadores y siguen trabajando en sus actividades, y perdón por la expresión que reproduciré textualmente, pero así lo dijo: “Si ellos pueden trabajar en sus oficios y profesiones, lo siento, mi oficio es ser puta y tengo derecho a ser puta”.
Tiene todo el derecho a serlo y si es su gusto o necesidad, puede hacerlo en la privacidad, recordemos que nuestro derecho se limita en el principio del derecho de los demás.
Y sólo por mencionar alguno, el derecho de las prostitutas a no ser estigmatizadas por un acto personal de exhibicionismo, como claramente se exhibió la legisladora.
Tampoco la comunidad transgénero es, en esencia como la diputada Clemente García, también hay gente que se dedica a la contaduría, abogacía u otras actividades, sin necesidad de hacerlo público y evidente de una manera que hasta puede calificarse de grotesca.
En fin, que su comunidad se lo demande, que es a quien más lastima con esa actitud.
Y que el Comité de Ética de la Cámara de Diputados haga su trabajo como corresponde.
Si hay lugar a sanción, que la sancione.
El fuero no es sino para que se respete su opinión en el ámbito de su trabajo legislativo. No para infringir normas conductuales.
Pero así está el nivel de muchos de los que cobran como legisladores.
… Y no lo son.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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