SE TIENE QUE DECIR

Muestra Morena su ADN… pero el PRIAN defraudó más
Por CACHO

Acarreo descarado por parte de la poderosa fuerza coercitiva de la Secretaría de Bienestar, condicionamiento (mediante engaño), a los adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, sembradores de vida y un largo etcétera, todo para que surgieran como consejeros los familiares, amigos y elegidos de los que ostentan el poder dentro del mal llamado Movimiento de Regeneración Nacional.
Así es, habiéndose ido el PRI de Los Pinos y de ostentar el poder casi casi monopólicamente durante décadas, pensamos que la política cambiaría en este país para bien.
Pero yo, lo reconozco, me equivoqué.
Morena representa lo peor del PRI y el PRD aderezado con algunas malas prácticas panistas, eso lo constatamos de manera muy clara y también real, en la elección interna que realizó el movimiento del ente que preside este país, Andrés Manuel López Obrador.
Atestiguamos, y no como casos aislados, sino como una regla general, el cochinero desplegado por quienes tienen la sartén por el mango dentro del partido de López: llegaron a los puños ante los abusos cometidos contra sus correligionarios, enlodando un proceso en el seno de la presunción eterna de AMLO, “adalid de la democracia y del no somos iguales”.
Efectivamente… son peores.
Se dicen demócratas, defensores del voto y no son más que mapaches desvergonzados, peores que los que han criticado toda su vida.
Los golpes, riñas, mentadas de madre y quema de boletas y material electoral alejan claramente la duda del hipócrita discurso de López.
No pudo negarlo en sus mañaneras, la elección interna en Morena no fue democrática, pues no son demócratas, pero López, en su país imaginario les dictó la idea que debe quedar grabada con fuego en la mente de sus ciegos y fieles seguidores: no hubo tantas irregularidades.
En otras palabras, hubo fraude, pero nomás poquito, parodiando a Layín, aquel candidato que fue alcalde panista en Sinaloa y ganó como independiente reconociendo que como jefe del Ayuntamiento robó, “pero nomás poquito”.
Sólo habría que recordar, como señala el analista José Antonio Crespo que López Obrador al fundar Morena declaró: “Debemos evitar… caer en los vicios de la mayoría de los partidos políticos, a los cuales sólo los mueve las ambiciones personales y no el interés general… (Morena) deberá ser diferente a los (partidos) existentes; si no, ¿para qué hacerlo? … Morena debe convertirse en un referente moral” (2012).
Un engaño más de AMLO.
Y una vez que el líder (in)moral del partido con su palabra lo dejó impoluto, las huestes corrieron a justificar los golpes, quema de material electoral, acarreos, condicionamiento de votos, indicaciones de por quién votar en específico y otras marrullerías más.
Los pretextos infantiles de los responsables de la antidemocracia en ese movimiento contra los que denunciaron las anomalías, López de inmediato estigmatizó como traidores a quienes señalaron el fraude, además advirtió que quienes aluden fraude cuando pierden y sólo declaran democracia cuando ganan, no son demócratas.
Auto golazo del inquilino de Palacio Nacional.
El líder del partido, Mario Delgado con notoria ausencia de inteligencia atribuyó esos ilícitos a personas ajenas al partido, burda forma de evadir los hechos, pero luego se anuncia su probable expulsión de un partido al que, según el dirigente, no pertenecen.
Ni siquiera es digna de comentario alguno la estupidez de este tipo.
Luego están los que para no verse ciegos o idiotas, reconocen que hubo ilícitos cometidos por los obradoristas, pero fueron poquitos y como diría la titular de “las mentiras de la semana” Elizabeth García Vilchis, que “las acusaciones son ciertas, pero se exageran”.
Lo que sí es una realidad es que Morena encarna lo peor de los tres partidos que debido a sus torpezas y malas direcciones dieron la oportunidad a López de llegar al poder, que ahora no quiere soltar.
Y lo más relevante no son los pleitos, quizá aislados, sino el acarreo, compra y coacción de votos, la inducción de por quién votar. Eso no son hechos aislados ni fuera de control, sino claramente orquestados desde arriba.
Y habrá que recordarlo, son delitos electorales que, a partir de esta administración, son graves.
Pero nada va a suceder en el ámbito legal, hemos atestiguado varios casos en que Morena desprecia la legalidad, afirma que se vale pasarla por alto, incluyendo a la Constitución, por una causa suprema, que resulta siempre ser la suya.
Pero el PRIAN defraudó más…
Ahí se los dejo estimados lectores, pero sobre todo a los dirigentes de oposición, y como reza la sabiduría popular: por las vísperas se conocen los días santos.
¿Qué nos espera en las elecciones del 2023 y sobre todo la del 2024?
Me recuerda el dicho aquel de “si no gano, arrebato”.
Pues… se tenía que decir y se dijo.

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