(2) Una variante menor: asunto de alma
Por Jorge Villalobos
‘Alma’ es una de esas palabras abstractas, difíciles de definir pero fáciles de entender. El término es de género femenino, aunque víctima de la lingüística acomodaticia, pues decimos “el alma” y no “la alma”, solamente para evitar el diptongo y separar el artículo del sustantivo, igual que en el caso de “el agua” o “el águila”.
Una definición breve y generalmente aceptada describe al alma como la parte inmaterial, intangible, que junto con el cuerpo —la parte material— constituye al ser humano; algunos la conciben como la sustancia espiritual e inmortal del ser humano que se separa del cuerpo tras la muerte de la persona, y otros la limitan al ‘ánima’, lo animado o viviente, la fuerza que da a los seres la cualidad de semovientes —que se mueven por sí mismos—, por lo cual se aceptaría que los animales, las plantas, los cuerpos celestes y ciertos elementos naturales como el agua, el aire y el fuego poseen, en distintas proporciones, ‘alma’. Esto implica una dualidad que se extiende de lo inmaterial a lo tangible.
En la práctica del lenguaje es posible también referirse al alma como simple sinónimo de ‘vida’, ‘persona’ o hasta ‘sostén’, ejemplos: cuando decimos “la enfermedad acabó con su alma”, “casi un millón de almas residen en Chihuahua”, “en el mástil de la guitarra se incrusta un alma de hierro para darle firmeza”.
Generalmente se refiere a la universidad como ‘alma mater’ (“madre nutricia”) para dar a entender que de ahí emanan los conocimientos que alimentan el saber de sus pupilos. En las relaciones personales se habla también de un ‘alma gemela’ cuando se da una afinidad excepcional entre dos individuos.
La iglesia tiene sus propias definiciones dogmáticas, lo mismo que la filosofía. Tocan a ellos las definiciones en extenso que debaten el origen etimológico de la palabra (las acepciones latinas ‘anima’ [soplo (de vida)] y ‘almus, almum’ [que nutre o alimenta]) y su aplicación en el ámbito espiritual o terrenal para distinguir ‘alma’ de ‘espíritu’, ‘vida’ o ‘alimento’, pues el fondo de este escrito no está dirigido al lingüista, al teólogo o al filósofo, sino al lego que se puede dar la licencia de confundir unas y otras palabras sin más protocolos.
Así pues, por medio de una canción de Billy Joel me permito interpretar la palabra “Alma” con un significado dual: de espíritu y de persona.
“Se trata del alma” (“All About Soul”)
(Billy Joel, 1993)
Ella me espera en la noche, ella me espera en silencio
Ella me da toda su ternura y se lleva mi dolor
Y hasta ahora no ha huido, aunque te juro que ha tenido sus ratos
Ella todavía cree en los milagros mientras otros lloran en vano
Es asunto del Alma
Es asunto de fe y de una devoción más profunda
Se trata de Alma
Porque bajo el amor hay una emoción más fuerte
Ella tiene que ser fuerte
Porque tantas cosas que se salen de control
Deberían alejarla
Entonces, ¿por qué se queda?
Se trata de Alma
A veces se vuelve hacia mí y me pregunta qué estoy soñando
Y me doy cuenta de que debo haberme ido a un millón de millas de distancia
Y le pregunto cómo supo llegar a mí en ese momento
Y ella sonríe porque se sobreentiende, no hay palabras que decir
Es cosa de Alma
Es cosa de saber lo que alguien está sintiendo
La mujer tiene alma
El poder del amor y el poder de curar
Esta vida no es justa
Va a oscurecer, va a hacer frío
Tienes que ser duro, pero eso no es suficiente
Es cosa de Alma
Hay personas que han perdido todo rastro de bondad humana
Hay muchos que han caído, hay algunos que aún sobreviven
Y ella viene a mí en la noche y me cuenta sus deseos
Y ella me da todo el amor que necesito para mantener viva mi fe
Se trata del alma
Se trata de la alegría que surge del dolor
Se trata de Alma
Quién queda de pie ahora y quién quedará mañana
Tienes que ser duro
Duro como la roca en ese viejo rock and roll
Pero eso es solo una parte, en tu corazón lo sabes
Se trata de Alma
Confío en que mis amables lectoras y lectores me disculparán por haberme desviado un poco de la vida y milagros del ‘Hombre del Piano’ y aprovechar una de sus canciones para permitirme esta autocomplaciente digresión. Pero la ocasión lo amerita. No todos los días se cumplen 25 años de que comenzaste a vivir con toda tu alma. Felicidades a mí. Gracias, Alma.
* [10 jul. 2022] Fotos: Christie Brinkley y su hija Alexa (https://www.billyjoel.com/photo/19706/). villalobos7@gmail.com.