EL HILO DE ARIADNA

El presente y futuro del litio en México

Conversatorio con Alfredo Ornelas

Heriberto Ramírez

 

La evolución humana ha transcurrido en paralelo con la búsqueda y adquisición de fuentes de energía, el fuego, la fuerza humana, las que provienen del viento, del agua, los combustibles fósiles, o la atómica. Y recientemente, sobre todo en México, se habla del litio como una alternativa energética, aunque como sabemos actualmente se utiliza para el almacenamiento de energía, para ser usado en las baterías de teléfonos móviles y de automóviles eléctricos.

Presuponemos que en México existen grandes yacimientos de este mineral, pero ¿cuáles su perspectiva? ¿contamos con formas de aprovechamiento adecuadas? ¿al ser un bien público, cuál y cómo puede ser el beneficio para la sociedad? Para responder a estas preguntas un pequeño y entusiasta grupo de académicos de la Facultad de Filosofía y Letras nos dimos a la tarea de realizar hace días un conversatorio con el ingeniero en minería Alfredo Ornelas Hernández, reconocido catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chihuahua para que nos ayudara a despejar algunas de estas inquietudes.

En la primera parte de sus comentarios hizo una exposición acerca de las características físicas del mineral, descubierto en 1817, antes de que la tabla periódica fuera conformada. Destacó que este elemento no se presenta libre, es decir que en la naturaleza se presenta en las salmueras continentales, rocas volcánicas o carbonatadas. Parte de sus características constitutivas son su ligereza, pues casi no pesa, así como su poca dureza y su alta conductividad eléctrica y térmica. Además, señaló que su explotación data de hace 30 o 50 años en países como Australia, Chile, Eslovenia, Brasil y Perú.

Luego hizo un ejercicio comparativo en relación con los precios internacionales, situando al lito en 28.5 dólares el kilo, frente al carbón con 45 dólares por toneladas, y al oro con 57 mil dólares el kilogramo. Lo que le llevó a decir que frente a otras materias primas “el litio no pinta”. Si bien genera divisas, empleos y derrama económica como cualquier otro proyecto minero. 

Para darnos una idea del uso y rendimiento del litio ejemplificó que una batería de teléfono celular utiliza menos de dos gramos, y una batería de automóvil alrededor de 8 y 10 kilogramos.

Hizo referencia al proyecto minero de Bacadéhuachi en Sonora, puntualizando que la ley lo permite, tal y como ocurre con los bancos y otras empresas, pues son actividades propias de la inversión extranjera. Cualquier compañía minera puede operar en México si cumple con las condiciones que la ley de inversión extranjera exige. Entre ellas que pruebe el origen lícito de su capital, que cumpla, principalmente, con la Norma 41-101. Que en este caso se trata de un proyecto ya con más de 20 años de operación.

Sin embargo, anotó, todavía no se determina la factibilidad de la explotación de las arcillas, de cómo pueden ser recuperadas, de este importante yacimiento mineral que se extiende hasta la región de Janos, en Chihuahua. Pues, asegura, falta todavía mucha investigación.

En relación con la nacionalización del litio el pasado 20 de marzo, nos comentó, que paso lo miso hace 40 0 50 años con el hierro, el azufre, el cobre y el manganeso. Que su explotación y usufructo paso a empresas del gobierno pero que no llegaron a ser rentables, como fue el caso de Altos Hornos de México y Uramex. Que luego de ser vendidas alcanzaron su deseada rentabilidad. Consideró que estas medidas tomadas por el gobierno federal inhiben la inversión extranjera, pues muestran a “un país falto de apetito en cuanto a inversión extranjera”. Más cuando la balanza comercial del litio en México es negativa: se importa más de lo que se exporta.

Acerca de las posibilidades futuras sobre el litio fue enfático en el sentido de que un proyecto minero, para hacerlo factible, puede tardar hasta diez años, pues “no se da de un viernes a un lunes”; igualmente lo fue en cuanto a que nadie habla hasta el momento de la industrialización del litio. Al considerar que en la producción de sus aleaciones como el ferromanganeso es donde se genera la ganancia. Nadie, siquiera, subrayó, habla de la producción de pilas y demás derivados.

Para Alfredo Ornelas, se dio a entender que el litio era una alternativa energética al déficit de energía eléctrica sobre todo en el norte de México, pero, anotó, “el lito no es la solución, no es una energía para la vivienda o la industria”. Sin embargo, dijo, tenemos los derivados del carbón, o el uranio, de los cuales contamos con varios yacimientos, de ellos se puede generar energía como para la industria. En el caso del uso del uranio que se utiliza en la planta generadora de energía en Veracruz, sugiere debería haber diez o más plantas de este tipo, pues es la más barata y es recurrentemente utilizada por otros países: “no se explica uno porque no se le entra”, sentenció.

La nacionalización, piensa, puede generar implicaciones negativas como la minería ilegal, realizada al margen de ley ambiental, de aguas, agraria, o de la inversión extranjera. Lamentó la falta de investigación y el énfasis puesto en proyectos para el aprovechamiento solo de la materia prima. Entre sus conclusiones hizo hincapié sobre el caso de los minerales nacionalizados y como se tuvieron que liberar de nueva cuenta.

Este conversatorio se realizó bajo los auspicios de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, dentro del proyecto “Los búhos: observatorio de las políticas científicas y tecnológicas”. Orientado a crear espacios de análisis y reflexión entre los expertos y los ciudadanos interesados en estos temas. Para mayor información puede consultarse en https://web.facebook.com/filosofiayletrasuach

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