Alejandra Moreno.
Como cada año desde el 2010, integrantes de la comunidad de Baquéachi, municipio de Carichí, acudieron a la Plaza Hidalgo para pedir justicia por el asesinato de Ernesto Rábago, quien defendió hasta el último momento el territorio de su comunidad indígena.
Estela Ángeles Mondrágon, esposa de Rábago y defensora de las comunidades indígenas, expresó que son cuatro administraciones las que han pasado desde entonces y no se presenta un avance en la investigación de este asesinato, que dijo, se dio tras una amenaza a ella misma, para que dejara de luchar por la recuperación de las tierras de la comunidad Baquéachi.
Al frente del Palacio de Gobierno de la ciudad de Chihuahua, recordó que se entregaron en aquel momento, todos los elementos para que pudieran hacer una investigación seria y el año pasado que se hizo en el despacho de Bowerasa A. C., la reconversión de los hechos, observó que se «movieron» algunos aspectos importantes, por lo que este crimen sigue impune.
«Después de 12 años aquí seguimos (…) nosotros les decimos que vamos a estar aquí recordándoles que la justicia no la debemos mendigar, debemos exigirles y estar aquí porque vamos a ser su piedrita en el zapato», mencionó Ángeles Mondragón.
Cabe mencionar que Rábago fue un abogado y defensor de derechos humanos que, junto a su esposa , a través de la asociación Bowerasa A.C., acompañó a diferentes comunidades indígenas en la defensa de su territorio, entre las que se encuentra la del ejido rarámuri de Baquéachi, y fue asesinado el primero de marzo del 2010.
Desde 1927, la comunidad indígena emprendió la lucha por la defensa de su territorio, mismo que abarca una extensión de 44 mil 784 hectáreas y que, a lo largo de los años, ha sufrido una serie de invasiones, hasta el despojo de más de 32 mil hectáreas.