Una mirada hacia la comunicación personal masiva desde la academia
Dra. Ana María Arras Vota/
ITESO-UACH-UNAM
Esta época donde las circunstancias han llevado a las universidades y centros académicos a transformarse desde la educación presencial a la virtual derivada de la pandemia que se vive a raíz de la presencia de la Covid-19, lleva a reflexionar sobre el impacto de la tecnología en las formas de comunicación entre las personas.
Este tránsito entre un formato de educación y otro se pudo realizar gracias a la revolución tecnológica que se vive en el presente y que ha hecho posible que los seres humanos se encuentren tan cerca uno del otro como la distancia que tienen de su vista a la palma de su mano, debido a que a través de un dispositivo móvil se puede establecer contacto y una conversación con personas que físicamente se encuentran ubicadas a kilómetros de distancia en otros lugares del planeta.
Mc Luhan planteó en el Siglo XX que el mundo se había reducido al tamaño de una aldea, a través de los medios de comunicación del momento, como lo fueron en ese entonces la televisión, el radio, el cine, el telégrafo, el teléfono, entre otros; pues aún no se vislumbraba el impacto del Internet y de los medios cada vez más sofisticados que habrían de manifestarse en la década comprendida entre 1990 y el 2000, entre los que destacan las computadoras portátiles y los aparatos móviles, a través de los cuales las personas tienen la posibilidad de entablar una conversación con presencia virtual de uno a uno en un intercambio mutuo, con opciones muy amplias (segunda generación), permitiendo enviar stickers y mensajes de audio o video para llegar incluso a ofrecer conversaciones en directo (videoconferencias) y realizar encuentros vía zoom y google meet, por mencionar unos medios. Actualmente, se puede decir que el mundo es, haciendo referencia a la aldea de Mc Luhan, una unidad habitacional gracias a las tecnologías, mismas que se consideran más una necesidad que un lujo.
La vida se ha transformado, las distancias se han difuminado y los conceptos se han modificado, ya que al proceso de intercambio de mensajes de cara a cara se le suma el de comunicación personal masiva, que se refiere a las interacciones que se gestan a través de las diversas plataformas virtuales, espacio donde se pueden dar relaciones más personales a partir de los patrones de respuesta de los receptores y de las formas en que las personas se relacionan y manifiestan. En este intercambio interpersonal que se genera a través de palabras, conversaciones, historias, metáforas, imágenes y otras más, los participantes negocian el significado que tienen las relaciones y qué es lo que se quiere de ellas. Así mismo, a través de las redes que se generan se reorganizan los flujos de información y las formas en que las personas interactúan y deciden cómo utilizan las tecnologías y con quién o quiénes intercambian mensajes, los cuales manifiestan amabilidad, expresan emociones, cercanía y disponibilidad que combina elementos de comunicación cara a cara con elementos de escritura e imágenes, así como expresiones de lenguaje no verbal y a través de estos se pueden potencialmente educar, formar y remodelar las identidades sociales que trascienden los medios de comunicación, incluyendo el género y la cultura.
La reflexión que hacemos nos lleva a considerar que en la actualidad las formas de comunicación y los medios para llevarla a cabo se han incrementado, la existencia de recursos virtuales para las interacciones ha aumentado la cantidad y variedad de personas con quienes se comunica y, con ello, los procesos interactivos de las personas que los utilizan. La creación de las redes sociales ha abierto espacios virtuales donde se encuentran los seres humanos y se ponen en contacto entre sí, se encuentran, platican, acuerdan, comparten sus vivencias, recuerdan y se identifican entre sí.
En México, cada vez son más las personas que utilizan el celular. INEGI reportó que en el 2020 se cuenta con 88.2 millones de usuarios de telefonía celular 75.5% de la población de 6 años o más, cifra que incrementó en 2 puntos porcentuales de 2018 a 2020. En 2018 ocho de cada diez usuarios contaba con un celular inteligente que les permitía conectarse a Internet y un alto porcentaje contaba con aplicaciones de mensajería instantánea y con herramientas para acceso a redes sociales, así como aplicaciones de contenido de audio y video. En 2020 INEGI publicó que 93% de los usuarios de Internet la utilizan para comunicarse, 91% para buscar información y 89% para acceder a redes sociales. Todo lo cual, va de la mano con la comunicación personal masiva misma que gracias a las tecnologías fue de gran apoyo para dar continuidad a la educación en la época de la pandemia Covid-19 y que será elemento que permita extender los lazos y las relaciones entre las personas y los grupos al acercar a los seres humanos a través de la virtualidad, espacio en el cual ningún lugar está lejos, se accede a él y a las personas tan allá como la palma de la mano.