En 1921, Chihuahua asiste al primer Campeonato Nacional de Básquetbol
Por Mario Alfredo González Rojas
En el 2020 se recordó el primer juego de básquetbol que se efectuó en la ciudad de Chihuahua y que fue en las instalaciones de la YMCA. Hablando de los orígenes del llamado deporte ráfaga en la entidad, quiero hacer mención del primer campeonato nacional en que estuvo presente nuestra entidad, allá por el lejano 1921.
En la ciudad de Guadalajara, Jalisco, tuvo lugar en 1921 el segundo torneo nacional varonil de primera fuerza, asistiendo por primera vez el equipo de Chihuahua, el que quedó en tercer lugar. La primera posición correspondió al potente equipo de Medicina, de Jalisco, y el segundo al Distrito Federal.
La escuadra chihuahuense estuvo conformada por Leonardo “Nayo” Revilla, Reynaldo Horcasitas, Enrique Caballero, Alberto Muñoz Ledo, Ramiro López, Rafael Revilla, y Porfirio Muñoz Ledo. Cabe hacer mención que, Alberto y Porfirio Muñoz Ledo, no eran oriundos de nuestro estado, sino que llegaron allá por 1907 cuando los contrató la YMCA para que enseñaran a jugar básquetbol a varios de los afiliados a esta importante organización.
En 1907, a los pocos días de haber surgido en nuestra capital la YMCA, mejor conocida como la Guay, se instaló un tablero de básquetbol a un lado de lo que actualmente es el Monte de Piedad, asistiendo infinidad de muchachos a tirar bolas al aro, ante la curiosidad y el asombro de los capitalinos, que veían por primera vez practicar de esta manera el deporte apenas inventado por Naishmith en 1891.
El uniforme de estos jóvenes que representaban a nuestro estado en el nacional, constaba de camiseta amarilla y pantalón negro, con una franja; y en el pecho se destacaba con grandes caracteres, la palabra Chihuahua.
Al año siguiente, los norteños volvieron a acudir a un nacional, el que tuvo efecto otra vez en la ciudad de Guadalajara. En el conjunto alineó el mormón J. Turley, quien era un excelente encestador, además de un buen pasador de bola. Se recuerda con tristeza un hecho que ensombreció el desarrollo del torneo, y vino a decepcionar a la afición de gran parte del país.
En el primer partido de este tercer torneo nacional, que le tocó al Distrito Federal, enfrentar al equipo local, algunos aficionados en una demostración muy penosa de su conducta, estuvieron arrojando “pica-pica” y otros objetos al conjunto capitalino, lo que orilló a éstos a que ya no jugarán más partidos.
Se regresaron los muchachos defeños del torneo muy molestos y con justa razón. No hubo manera de sancionar a los groseros aficionados que así actuaron, contraviniendo las más elementales reglas de conducta y respeto a un equipo sobre la cancha. Así es que eso de los gritos homofóbicos y groserías por el estilo, que se presentan en canchas de fútbol en México, no es cosa reciente. Jalisco resultó campeón.
En sus comentarios deportivos, recordaría en alguna ocasión Raymundo Cordero “Casimiro” en El Fronterizo, periódico matutino de Ciudad Juárez, esa triste noche en que se injurió a un respetable equipo como el del Distrito Federal, con el ánimo de entorpecer sus jugadas y presionarlo para que en los subsiguientes duelos, no diera muestras de su calidad indiscutible. También Carlos González Fernández, el controvertido cronista de la Colonia Hidalgo -antes La Coyotera, de Ciudad Juárez-, recordó tan lamentable hecho y diría, en un tono contundente, en una entrevista de radio, allá por los años ochenta: “Indudablemente que eran trogloditas, esas fieras envidiosas que escupieron el veneno de su alma podrida, con los objetos que arrojaron a los brillantes muchachos del Distrito Federal”.