Jeanine Áñez, expresidenta interina de Bolivia, se declaró este miércoles en huelga de hambre contra su detención, a un día del juicio por su supuesta participación en un golpe de Estado, según una carta a la que accedió la AFP.
Tomo una de las decisiones más duras de mi vida. Hoy ingreso en huelga de hambre. Estoy desesperada de ver un país sin justicia ni ley», afirmó Áñez en la misiva, leída por su hija, Carolina Ribera, en la puerta de la cárcel de La Paz donde su madre está detenida desde hace 11 meses.
La derechista de 54 años será juzgada a partir del jueves junto a ocho exmilitares.
Se le imputa haber asumido la presidencia de forma inconstitucional en noviembre de 2019 tras la renuncia de Evo Morales (2006-2019) en medio de protestas multitudinarias por un supuesto fraude electoral denunciado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Veo que mi acción final podrá ayudar a que la comunidad internacional entienda que, en Bolivia, la justicia es de Evo Morales y Luis Arce», dijo Áñez en alusión a su predecesor y al actual presidente, ambos del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS).
La defensa de la exmandataria denunció varias irregularidades en el proceso.
Su abogado Luis Guillén afirmó que el documento de apertura del juicio es una «presentencia», pues califica a la expresidenta como «de facto» e «inconstitucional».
Además, destacó que «no puede ser un tribunal ordinario quien decida qué es constitucional».
Enfatizó que no corresponde juzgar por la vía ordinaria a una expresidenta y que en cambio debería realizarse un juicio de responsabilidades en el Congreso.
Los demandantes -el gobierno, la fiscalía y el Congreso- argumentan que se están juzgando acciones de Áñez previas a su gobierno, por lo que corresponde un juicio ordinario.