Estados Unidos enviará un navío y aviones de combate a Emiratos Árabes

Emiratos Árabes Unidos afirmó haber destruido este miércoles tres drones en su territorio, después de que Estados Unidos informara que enviará un navío de guerra y aviones de combate para ayudar a defenderse a su aliado del Golfo contra los rebeldes yemeníes.

Emiratos Árabes Unidos, que forma parte de la coalición militar liderada por Arabia Saudita contra los rebeldes hutíes de Yemen desde hace siete años, anunció la «intercepción y destrucción» de tres drones «hostiles» este miércoles, el cuarto incidente similar en tres semanas, en momentos de tensiones crecientes con los rebeldes de Yemen.

Aunque el ataque de este miércoles no fue reivindicado, sigue a varios asaltos con misiles y drones que los hutíes afirmaron haber cometido en el último año y que dejaron tres muertos.

El despliegue estadounidense, cuya fecha no fue precisada, está orientado a «ayudar a Emiratos contra la amenaza actual» y fue decidido tras una conversación telefónica entre el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y el príncipe heredero de Emiratos, Mohamed bin Zayed Al Nahyan, informó en un comunicado la embajada estadounidense.

El «USS Cole», un destructor dotado con misiles guiados que está actualmente en Baréin, trabajará con la marina de Emiratos y hará una escala en el puerto de Abu Dabi.

Estados Unidos también enviará aviones de combate de quinta generación, al tiempo que continuará «aportando información de alerta temprana», agregó.

Una señal clara

Washington busca que el envío sea «una señal clara de que Estados Unidos respalda a Emiratos como un socio estratégico».

Poco después de su llegada al poder, en febrero de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retiró su apoyo a la coalición liderada por Riad que interviene en Yemen, revirtiendo la política instaurada por su predecesor, el republicano Donald Trump, de dar una ayuda logística.

Sin embargo, Washington siguió vendiendo armamento y aprobó en noviembre la entrega de misiles aire-aire por cerca de 650 millones de dólares (574,6 millones de euros) para Arabia Saudita.

La venta de material militar estadounidense a Emiratos, aprobada en las últimas semanas del gobierno de Trump, que incluye una partida de 50 cazas F-35, por 23.000 millones de dólares, sigue en negociación.

Determinación

La multiplicación de los ataques de los rebeldes contra este rico Emirato del Gofo,conocido como un remanso de paz en Oriente Medio, marca una nueva etapa en la guerra en Yemen, que comenzó en 2014 cuando los hutíes tomaron la capital, Saná.

El mes pasado, el país sufrió tres ataques con misiles, el primero el 17 de enero, que dejó tres muertos en una instalación petrolera.

El segundo ataque, una semana después, apuntó contra la base aérea Al Dhafra, donde se ubican las fuerzas estadounidenses, que lanzaron interceptores Patriot para derribar los misiles.

El tercero, el del lunes pasado, coincidió con la visita del presidente israelí, Isaac Herzog, la primera desde que ambos países normalizaron sus relaciones en 2020.

En este contexto, Emiratos advirtió que está listo para enfrentar «cualquier amenaza» y tomar todas las medidas necesarias «para proteger» a su territorio.

Esta semana, los rebeldes afirmaron que sus operaciones muestran su «habilidad y determinación» en cumplir con sus amenazas hasta cesen la agresión y el asedio de Emiratos.

A principios de enero, los rebeldes secuestraron un buque emiratí en el Mar Rojo afirmando que la nave transportaba armamentos, una versión que Emiratos negó.

En enero, la coalición liderada por Riad lanzó varios bombardeos aéreos contra los hutíes, en represalia por los ataques contra Emiratos.

Abu Dabi instó a Washington en varias ocasiones a volver a colocar a los hutíes en la lista negra de terroristas, de la cual fueron retirados para facilitar el trabajo humanitario en el país.

En los más de siete años de conflicto yemení, todos los actores han sido acusados de «crímenes de guerra» por la ONU. La coalición reconoció «errores», pero acusó a los rebeldes de utilizar a los civiles como escudos humanos.

Según la ONU, la guerra ha provocado 377 mil muertos y ha llevado a 30 millones de personas al borde de la hambruna, en lo que constituye la peor crisis humanitaria del mundo.

Los ataques rebeldes aumentaron las tensiones en el Golfo, en momentos que tambalean las conversaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní, lo que contribuyó con el aumento en los precios del petróleo.

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