CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD “Una familia será fuerte e indestructible

“Una familia será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente y hermano complaciente”” (Confucio)
Por FerMan

 

La corrupción cultural queda en total impunidad. Por desgracia, quienes a través de ideologías, imponen dogmas, sin ningún fundamento científico, con el fin de destruir a la familia, quedan en total impunidad. No podemos negar que la familia es la base y fundamento de la sociedad; sin una familia sólida, con valores y buenos principios, la sociedad está destinada a desaparecer tal y como la conocemos hoy en día.

Pero veamos por qué, con toda razón y sentido común, se dice que la familia es la célula básica de la sociedad. En este caso, la familia tiene funciones vitales para que un individuo pueda desarrollarse en sociedad, pues en la familia aprendemos valores, normas, costumbres y principios que se ven reflejados a favor de la sociedad. Inclusive, en psicología, es sumamente importante tomar en cuenta los antecedentes familiares para determinar y dar solución a las enfermedades mentales que presentan las personas, pues son las relaciones familiares las que impactan, de manera positiva o negativa, a todo ser humano desde su nacimiento hasta la muerte.

El ser humano por naturaleza es sociable, por lo que la familia cumple esa función principal, esto es, lo moldea para que pueda, de manera adecuada, desarrollarse en la sociedad. Y en esto, la familia es fundamental, sobre todo en los primeros años de la existencia de todo individuo. De la relación del individuo con su familia, ya sea sana o nociva, así será su comportamiento en la sociedad, además de que la familia, también representa el pilar del bienestar económico de una sociedad, es por ello que el Estado debe, ante cualquier ataque contra la familia, poner más atención y legislar para su mayor protección.

En ese contexto, no se puede entender de dónde provienen tantos ataques en contra de la familia, si no desenmascaramos las ideologías que tienen como su principal objetivo destruirla, como lo son las ideologías del comunismo, del feminismo radical, del aborto y de la ideología de género, por mencionar algunas de ellas. ¿Y cómo, estas nefastas ideologías atacan a la familia?, en principio a través de la “deconstrucción” de la familia, esto es, estas ideologías enseñan que cualquier relación puede crear una familia, puede ser cualquier tipo de unión, por ejemplo, una familia puede crearse de la objetofilia, es decir, sentir amor por un objeto, con el cual se puede casar para formar una familia, como un edificio, un árbol o un animal, todas esas uniones también son enseñadas como modelos de familias por las ideologías antes mencionadas, inclusive las uniones de personas del mismo sexo.

Quienes enseñan estas ideologías, entre otras barbaridades, dicen que “amor es amor” y entonces cualquiera que sienta atracción sentimental hacia otra persona (sin importar su edad o sexo), o bien hacia un objeto o hacía un animal, por ese simple hecho pueden considerarse una familia. Asimismo, con la intención de destruir la familia, estas ideologías enseñan que la maternidad es una imposición que la sociedad le atribuye a la mujer para someterla al “patriarcado”, enseñan que “la mujer no nace, se hace”, dicen las feministas radicales, entre otras aberraciones que ofenden la sana razón y el sentido común.

Para aniquilar aún más a la familia, estas ideologías también promueven el aborto, justificando el asesinato de niños por nacer, con el absurdo pretexto de que, como la maternidad es una cosa que la sociedad le impone a la mujer, y que en muchas ocasiones esa maternidad no va con su proyecto de vida, en caso de que resulte embarazada, entonces pueda recurrir al aborto, porque el asesinar a su hijo en su vientre, emancipa a las mujeres del patriarcado y les permite realizarse como mujeres para que no se vean truncados sus proyectos de vida.

Como podemos advertir, todas estas ideologías, no sólo promueven la comisión de hechos que pueden ser constitutivos de delitos, sino que corrompen nuestra cultura, nuestros valores y principios que, durante miles de años nos han permitido vivir en una sociedad ordenada. Son en sí y per se, un peligro inminente, para la sociedad y en consecuencia, para el Estado, porque estas ideologías quieren destruir totalmente la civilización occidental tal y como hoy la conocemos.

Y lo más lamentable es que, quienes las promueven, quedan en total impunidad, por lo que es necesario que nuestras autoridades legislen para que quienes las enseñen sean perseguidos como lo que son, delincuentes, porque no únicamente están atentando en contra de las familias mexicanas, sino en contra del orden social, poniendo en peligro inclusive, la existencia del propio Estado. Pues si se destruye a la familia, que como ya vimos, es la célula básica de la sociedad, entonces no habrá sociedad que pueda subsistir y, si no hay sociedad, entonces el Estado no tendrá razón de ser.

“Fiat Justitia, Pereat Mundus”.

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