CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

“La verdad siempre será la verdad, independientemente de la falta de comprensión, la incredulidad y la ignorancia” (Anónimo)
Por FerMan

 

En el pasado mes de noviembre de este 2021, la empresa Mitofsky llevó a cabo una encuesta nacional sobre la “Percepción de la Corrupción en México”, donde tomaron en cuenta la opinión y los puntos de vista de la ciudadanía en cuestiones importantes para nuestro país, entre ellas, por supuesto, el combate a la corrupción.

De los resultados de dicha encuesta, el 45.9 por ciento considera que ahora hay más corrupción que en las anteriores administraciones federales, percepción que se dividió entre el 34.6 por ciento que piensa que aumentó la corrupción y el 11.3 por ciento que opina que todo sigue igual que antes de la administración de AMLO.

En cuanto a la pregunta de qué funcionarios consideraban los más corruptos, los mexicanos encuestados señalaron que los funcionarios más corruptos son los gobernadores, los diputados, los funcionarios públicos del gobierno federal, estatal y municipal, así como los alcaldes. Sobre la interrogante referente a qué tanto se ha hecho para combatir la corrupción en el actual sexenio, el 28.4 por ciento piensa que no se ha hecho nada por combatir la corrupción, el 15.7 por ciento que algo se ha hecho y el 5.7 por ciento que muy poco.

La anterior información revela cifras preocupantes, o al menos deberían ser muy preocupantes para nuestras autoridades federales, estatales y municipales, pues precisamente son a ellas a las que se evaluaron y la verdad, tanto las autoridades federales, como estatales y municipales, salieron reprobadas.

El que la ciudadanía, a la que los gobiernos actuales le deben su mandato, no confíen en ellas, sino al contrario, manifiesten que son corruptas, considero que, además de darles vergüenza, debería moverlos a realizar acciones que verdaderamente impacten en el combate a la corrupción y no sólo realicen discursos del supuesto combate a dicho flagelo, pues como ya vimos, por desgracia, en la realidad, los mexicanos continúan siendo víctimas de los actos de corrupción de sus gobernantes.

Dicho tema, del combate a la corrupción, llevó al poder al presidente Andrés Manuel López Obrador, pues supuestamente, su gobierno acabaría con la corrupción y no permitiría actos de corrupción, pero como bien dice el refrán mexicano y con el debido respeto, “más pronto cae un hablador que un cojo”, pues ya vimos cómo la ciudadanía, a pesar de haber transcurrido tres años de la administración de AMLO, aún siguen siendo víctimas de la corrupción de su gobierno.

Esto, sin lugar a dudas, refleja la falsedad de los discursos de López Obrador en cuanto al supuesto combate a los actos de corrupción, asimismo, evidencia que sus políticas públicas son erróneas y no favorecen realmente a dicho combate. De hecho, ha realizado acciones que abonan a los actos de corrupción, por citar algunas de ellas, lo es el caso de permitir que las fuerzas castrenses dirijan las acciones de seguridad pública, a través de la Guardia Nacional, poniendo en riesgo los derechos humanos de los mexicanos, sin omitir asimismo, el Acuerdo firmado por López Obrador, el cual fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 22 de noviembre del presente año, donde considera con carácter de “seguridad nacional” las obras de gran impacto que está realizando, para evitar con ello informar a los mexicanos sobre las cantidades de los recursos públicos que se han destinadas a dichas obras, lo cual por supuesto, atentan contra la obligación del gobierno de transparentar el destino de los recursos públicos.

AMLO debería entender, si realmente quiere erradicar la corrupción en México, que “el buen juez por su casa empieza”, esto es, primero debería cumplir con los estándares internacionales en materia de seguridad pública y de transparencia, para con ello respetar los derechos humanos de los mexicanos y no sólo quedarse en el pronunciamiento de discursos anacrónicos del supuesto combate a la corrupción.

“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.

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