Va por México, una alianza destinada al fracaso
Por Armando Ruíz Acosta
En diciembre de 2020 se dio un hecho histórico, como juntar agua con aceite, una alianza electoral entre rivales antagónicos; una alianza multipartidista anti ideológica, que ni en sueños hubiésemos imaginado. La derrota propiciada por la coalición Juntos Haremos Historia en 2018 y una desdibujada oposición en los primeros tres años del sexenio, les hizo a las dirigencias nacionales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y de la Revolución Democrática (PRD), decidir dejar pasar sus diferencias ideológicas y se unieron en contra del partido que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Anunciaron una coalición electoral parcial para hacerle frente a MORENA.
Para la renovación de la Cámara de Diputados el denominado “Va por México” determinó postular 219 fórmulas de candidaturas a diputados para la Cámara de Diputados, de los 300 distritos electorales federales. Asimismo, determinaron ir juntos en 11 de las 15 gubernaturas en disputa, lo que resultó un fracaso rotundo, no obtuvieron la victoria en ninguna de las gubernaturas en las que iban juntos.
Una alianza que no salió como esperaban, los impresentables de Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, quienes sólo se han dedicado a enterrar a sus partidos, sólo velan por sus intereses personales y “llevar agua a su molino”. Sin consultar a las bases, sin querer entender que hay panistas a los que no les gusta el PRI, que hay priistas que no les gusta el PAN, que hay perredistas que no les gusta ni el PRI, ni el PAN.
Sin entender que entre los simpatizantes aún hay diferencias irreconciliables, remontándonos al fraude electoral en la elección de gobernador de Chihuahua del 86, denominado el “Verano Caliente”, donde Francisco Barrio aseguró que el PRI con Fernando Baeza como candidato le robó la elección y por ende la gubernatura, comenzando una serie de protestas sociales más grandes en la historia reciente del país; el fraude del 88 y la caída del sistema que trajo el triunfo de Carlos Salinas de Gortari frente a Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del entonces Frente Democrático Nacional, que podemos denominar como el principal antecedente al PRD; el triunfo de Vicente Fox y el fin de más de 70 años de gobiernos del denominado Partido Hegemónico, nombrado así por el politólogo italiano Giovanni Sartori, quien acuñó ese término específico para el PRI, el partido autoritario en el gobierno.
Sin importar los resultados de la elección del 2021, sin importar las diferencias entre los simpatizantes, el “Va por México” se dice listo para enfrentar las elecciones de 2022 nuevamente en coalición, lo que podemos augurar, citando al colombiano Gabriel García Márquez, es la “crónica de una muerte anunciada”. Con el afán de vencer a MORENA, las dirigencias nacionales de los partidos PRI, PAN, PRD, han anunciado que acordaron ir en coalición nuevamente, para contender por las gubernaturas de Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Tamaulipas; cuatro gubernaturas de las seis que se encontrarán en disputa en 2022, eso debido a que no se logró acordar ir en alianza también, por los gobiernos de Oaxaca y Quintana Roo.
Cabe a mencionar que en los estados en mención, las encuestas no los favorecen y todo parece indicar que tal como anticipó el dirigente del PAN en noviembre del presente, su partido y la alianza del “Va por México” sólo tiene posibilidades de competir en una de las seis gubernaturas en disputa en 2022. Ante las declaraciones de Marko o premonición, como queramos verlo, sólo podemos comentar como dicen coloquialmente: “ayúdame a ayudarte”; o quizás los dirigentes del PRI y PRD podrán comentar: “no me ayudes compadre”.
Eso sí, tanto “el Marko” como “el Alito” se dicen listos para competir en el 24 por la silla grande, primero lo primero señores, no queda duda que el “Va por México” es una alianza destinada al fracaso.