Se tiene que decir

 

El crítico que se muerde la lengua

Por Cacho

 

“Más pronto cae un hablador que un cojo” y “de lengua me como un taco” reza la sabiduría popular. Aplican ambos refranes al presidente Andrés Manuel López Obrador, por su forma de hacer campaña diaria – que no gobernar –, y al juzgar a los asistentes a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima COP26.

El ente que preside este país criticó este miércoles que las potencias mundiales estén aumentando la extracción de petróleo al tiempo que acuden a la cumbre del clima en Glasgow, Escocia, con la pretensión de detener la crisis climática.

“Están los países más poderosos aumentando la producción de petróleo al mismo tiempo que se llevan a cabo estas cumbres para la protección del medioambiente, para el cambio climático. Están planteando incrementar la extracción de petróleo”, dijo en su mañanera del 3 de noviembre.

¿Será resabio de su incapacidad y la de sus fieles seguidores, Rocío Nahle, secretaria de Energía (la que dijo que le aplaudieron los líderes de la OPEP cuando en realidad se burlaban de ella) y el ingeniero agrónomo, Octavio Romero Oropeza, flamante director de Petróleos Mexicanos (Pemex)?

Habrá que recordar que cuando López arribó a la Presidencia de la República en 2018 prometió aumentar la producción petrolera de México hasta los 2.6 millones de barriles diarios, cosa que no ha logrado en casi tres años de gobierno, debido a la incapacidad, ineficacia e ineficiencia de este gobierno.

De acuerdo con los datos oficiales más recientes, en septiembre pasado, la producción de Pemex fue de mil 665 millones de barriles diarios de crudo, que se vio apuntalada por asignaciones y contratos; el rendimiento de los bloques bajo control de privados mantiene crecimiento, aunque la participación aún es limitada.

Con el apoyo de esos vituperados (por López) empresarios privados, es el repunte la producción.

Pero qué se puede esperar si, se recuerda por ejemplo al candidato, hoy presidente, que de la manera más simplista e ignorante se atrevió a decir que no había ciencia en la explotación del petróleo, que sólo había que hacer un hoyo en la tierra.

Por eso no está yendo como nos va.

Pero la desaprobación de López no paró ahí: las cumbres del clima “ya parecen” el Foro de Davos, en el que cada año se reúnen “los tecnócratas y neoliberales”, dijo.

También criticó que los mandatarios llegaran “en avión” a la cumbre de Glasgow, donde negocian reducir las emisiones.

A lo mejor, si él hubiera asistido, hubiera cruzado el Atlántico en bicicleta.

Tamaño ignorante, ¿o habría que decirlo abiertamente, cretino?

Luego, en un ataque de soberbia y a manera de regaño, espetó: Ya basta de hipocresía y de modas. Lo que hay que hacer es combatir la desigualdad monstruosa que hay en el mundo.

Seguro cree que los gobernantes mundiales se apellidan Sheinbaum, Nahle, López Gatell… y le harán caso sin detenerse a analizar dicha “orden”.

A final de cuentas, México se sumó a última hora a la declaración que fue firmada por 105 países para detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030.

Y pese a la demora de México para firmar el texto, López aseguró que dicha declaración se inspiró en su plan “Sembrando Vida”.

“¿De dónde creen que salió esa idea? De Sembrando Vida”, dijo, para luego añadir que “no hay ningún país en el mundo que esté invirtiendo mil 300 millones de dólares al año para reforestar”, como hace México.

Tamaña desfachatez.

Sería bueno que se diera a conocer el desglose de la inversión de esa milmillonaria suma – en dólares – para conocer el real destino de los fondos.

Cabe resaltar que, de acuerdo con la Unidad de Investigación Aplicada de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, (MCCI)  “Sembrando Vida” fue señalado por irregularidades en el periodo 2019-2020.

Durante una conferencia de prensa, María Luisa Albores – quien entonces se desempeñaba como secretaria de Bienestar –  reconoció que de los 575 millones de plantas y árboles que deberían haber sido plantados, ni siquiera la mitad pudieron ser adquiridos y sólo 40 millones fueron viables (7% del objetivo).

Aun así, el programa en 2020 recibió el mismo presupuesto que la Secretaría del Medio Ambiente o el 59% de todo el presupuesto de la Secretaría de Agricultura.

Salen caras las plantitas.

¿Se estarán inspirando los mandatarios mundiales en ese modelo de corrupción?

Difícil creerlo.

Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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