
7 de noviembre de 1907, la tragedia del Héroe de Nacozari
El 7 de noviembre es aniversario de la muerte de Jesús García, el llamado Héroe de Nacozari, quien en 1907 prefirió correr el riesgo de perder la vida, para evitar que el fuego llegara a dicho pueblo. Jesús García trabajaba en el ferrocarril en ese pueblo de Sonora; de su hazaña ha quedado el recuerdo en muy diversas formas, una de ellas, por ejemplo, las canciones que se han hecho en su honor.
Dicen que a esta persona, ese día no le tocaba conducir el tren, pero que ante la inasistencia de su compañero Alberto Biel, quien se reportó enfermo, tuvo que suplirlo; le correspondía efectuar tres viajes de Nacozari a la mina de Pilares. La distancia era de cuatro kilómetros, y al terminar el primer trayecto, de regreso a Nacozari, un mensajero abordó el tren a la altura de El Seis, que era un caserío familiar de trabajadores de las vías, para avisar a Jesús que había que llevar a la mina 10 toneladas de pólvora para realizar una ampliación.
Existía el antecedente, de que un contenedor de la locomotora, el que servía para sofocar las chispas encendido el carbón, por medio de mallas, en esa ocasión no se encontraba en buen estado. Al llegar a Nacozari, los ingenieros procedieron a acomodar los vagones entre los que se contaban dos cargados con el explosivo, los que por un error fueron colocados junto a la máquina. Lo más posible, es que por ese descuido se haya hecho el acomodo de tal forma, y no con mala fe, como se llegó a interpretar por algunos con el tiempo.
Cada año se hace un festejo en honor de este personaje ilustre en el municipio, que contaba con cerca de dos mil habitantes en 1907. El territorio de Nacozari pertenecía al municipio de Cumpas, pero en 1912 adquirió su autonomía municipal.
Mientras cargaban la máquina, García fue a visitar a su madre; al regresar a la estación ayudó, experto en la materia, a encender el fuego y lentamente la presión del vapor subió. Se empezaba a articular la mala jugada del destino, porque las chispas emanadas del contenedor, el que tenía una falla, volaron sobre el motor y la cabina; para llegar luego hasta los dos primeros furgones cargados con cajas de dinamita.
Y arrancó la marcha el tren, sin imaginar el conductor que éste ya se iba quemando, como dice la canción sobre el tema. Hubo quienes le gritaron que había fuego en la máquina, pero el fuerte ruido no permitía que se escucharan estos avisos. Se cuenta, que enfrente de Jesús un muchacho le pegó un grito de alerta, pero su voz era demasiado débil, que no se dio por advertido el joven, que contaba con tan sólo 26 años. Un poco más adelante, se percató de lo que le decían y optó por salir de la población, pidiendo firmemente a varios compañeros tripulantes que se arrojaran del tren, para enfrentar únicamente él su cita con la muerte.
Eran las 2 de la tarde con 20 minutos, cuando los nacozarenses se encontraron con la imagen dantesca de la explosión, volando Jesús García por los aires. Había tratado el héroe de alejarse lo más posible de Nacozari, y del caserío de El Seis, pero la tragedia se hizo sentir en este último lugar, del que no quedó casi nada. Trece personas perdieron la vida. El dolor se quedó mucho tiempo en Nacozari, que significa «abundancia de nopales». Ahora era un pueblo triste.