LO QUE NO SOMOS TODOS LOS DÍAS

Cuchillo Parado, San Isidro, Puebla: Historias en el aire
Por Mario Alfredo González Rojas

La historia debe juzgarse, más por sus hechos que por sus detalles, dice el sentido común. En un momento dado, tendremos que guiarnos mejor por los resultados, los datos fríos, al margen de lo que pudo haber sido, pero que pertenece al mundo de las elucubraciones. Lo que es, es, o lo que fue, fue, y lo demás es puro cuento.
Es el caso por ejemplo, del inicio del movimiento armado de la Revolución Mexicana, sobre el que se mencionan algunos lugares como la cuna de ese proceso. Por años se ha dicho que fue en Cuchillo Parado, pequeña localidad del municipio de Coyame, donde comenzó la lucha armada, pero también hay quienes aseguran que no fue así y que le corresponde a San Isidro, del municipio de Guerrero, tal sitio en la historia. Y así, vemos que se enfrentan en una lucha sutil, sin armas, los que defienden una cosa u otra.
Para empezar, ya no viven veteranos de la Revolución, y toda contienda aunque sea verbal, pues suena como si estuviera en el aire. Eso sí cada año acude una representación del Gobierno estatal a Cuchillo Parado, a realizar una ceremonia alusiva al levantamiento armado; incluso el Congreso del Estado traslada su sede a esa población, y se aprovecha para desahogar los pendientes que a veces no son tan importantes, pero se cumple un acto protocolario, ante la atención curiosa del “respetable” público. El caso es, que la ceremonia vibre con el recuerdo de aquel 14 de noviembre de 1910.
Sin embargo, no falta quienes digan que el 14 de noviembre de 1910, no hubo ningún enfrentamiento en Cuchillo Parado, como se ha dicho, y que no es cierto que 70 campesinos se pelearon en los cerros con el ejército federal. Los que defienden a San Isidro como la cuna, aseveran que Toribio Ortega y miembros del Club Antirreeleccionista, salieron del pueblo el 14 de noviembre de 1910, al descubrirse que tomarían las armas el día 20, y que por lo tanto, serían fácil presa de la acción de la autoridad.
Recordemos que el Plan de San Luis, de Francisco I. Madero, convocaba al levantamiento armado para ese día en todo el país, a partir de las 6 de la tarde. En Puebla por ejemplo, se cuelgan el inicio de la Revolución, debido a que el 18 de noviembre, hubo un enfrentamiento en la casa de los hermanos Serdán, entre estos y las fuerzas armadas. Los poblanos -los descendientes desde luego- están más que convencidos de que ahí se inició la lucha, cuando las fuerzas del orden se fueron sobre la casa que ocupaban los hermanos Serdán y algunos amigos.
Este menda (o sea el que escribe), platicó vía telefónica con un encargado del museo donde fue la casa tiroteada, y me dijo plenamente convencido, que ese lugar es el altar del inicio de la desigual contienda que se desencadenó aquel 18 y 19 de noviembre. No falta el creyente de que así fue el origen de la lucha reivindicatoria de Madero; son menos en el país, los que defienden el 14 de noviembre y Cuchillo Parado, y menos todavía los que mencionan a San Isidro, como el origen de los balazos en la lucha contra la reelección, que era el esencial pregón de don Francisco I. Madero.
De lo que sí hay que estar seguros, es que en el estado de Chihuahua hubo brotes importantes en contra del gobierno de Porfirio Díaz, y que en Ciudad Juárez, el 10 de mayo de 1911, cayó el gobierno, con la consiguiente renuncia del presidente.
Se ganó, cayó el dictador, pero apenas empezaba el verdadero caos y desajuste social. Vino la contrarrevolución y se llegó a la negación del postulado principal que pregonó la Revolución, que era la no reelección.
Álvaro Obregón, después de ser presidente se las ingenió para incluir su reelección, con fundamento en la Carta Magna. Sólo la muerte truncó la artera traición a la Revolución.
Nos negamos a sí mismos, los mexicanos…como dijera un día Octavio Paz.

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