REFLEXIONES

Se despenalizó el aborto en México
Mario Gallardo Mendiolea/
Abogado, padre de familia y católico

 

Esta es la más grande tragedia que pudo ocurrir en nuestro país. Una tristeza enorme para mí, como nunca antes me siento avergonzado de nuestra mediocridad y nuestra doble moral como nación.

Señores Ministros serviles a López Obrador y a todo su séquito abortista, vendieron la sangre de los millones de niños mexicanos que serán sacrificados ofendiendo así no sólo a Dios Nuestro Señor sino a nuestra Madre Santísima que había echado de esta tierra los sacrificios humanos con sus apariciones y su morada entre nosotros. Hoy ustedes han regresado los sacrificios humanos a México y abierto las puertas del infierno para que los demonios tengan derechos sobre cada uno de nosotros.

Con la aprobación del aborto las consecuencias espirituales y en todos los sentidos serán terribles y devastadoras para todos los mexicanos, seas creyente o no, la despenalización del aborto inicia la etapa más oscura en la historia de México.

Señores Ministros de la SCJN, falsos e hipócritas luchadores pro-vida, pastores de nuestra Iglesia Católica y de las otras confesiones que guardaron silencio, políticos vendidos al poder y al dinero, intelectuales y medios de comunicación y a todos los que apoyaron y/o permitieron esta masacre que se avecina les digo:

¡No quisiera estar en sus zapatos el día de su juicio ante Dios!

Las abortistas y los grupos que lucharon arduamente para que este crimen fuera legal en México no saben lo que les espera, no escaparán a la justicia divina.

Aquí está también la responsabilidad de todos los idiotas que apoyan a este gobierno miserable y de muerte, así como de todos aquellos que prefieren quedarse sumidos en su ignorancia o mantenerse ajenos a esta matanza. La sangre de estos niños también caerá sobre ustedes.

Mucha gente no se imagina la maldición que a partir de hoy caerá sobre México.

Dios nos perdone.

Como abogado, padre de familia y evangelizador católico no puedo decir más que una cosa: pobre México, sumido en la apatía y la ignorancia, lejos de Dios y viviendo como enemigo de sus leyes.

Repito, aunque las consecuencias ya serán inevitables…Dios nos perdone.

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