El ‘Fast Fashion’ tiene efectos negativos
Dra. Martha Irma Balandrán Valladares/
Facultad de Ciencias Agrotecnológicas
Debemos tomar conciencia del costo ecológico que implica la nueva modalidad del “Fast Fashion”, el cual se considera como un riesgo para el medio ambiente debido a la cantidad de productos químicos que se utilizan para la producción de diversas prendas y emisión de gases de efecto invernadero.
Si se habla de moda generalmente se piensa en tendencias, accesorios, marcas, tonos, telas y texturas de prendas de vestir. Se sabe que cada temporada todos esos artículos o productos son representados por colores y diseños de vestuario nuevos que se adaptan a las necesidades de cada periodo, que posteriormente se convertían en tendencias de primavera-verano y otoño-invierno, por lo tanto, son lanzadas dos colecciones totalmente distintas anualmente por las grandes marcas de moda.
Estas tendencias empiezan a desaparecer ante el ingreso del nuevo modelo llamado “Fast Fashion” o “moda rápida”, el cual consiste en elaborar prendas copiadas de los diseños creados por las marcas más reconocidas, para producirlos a mayor escala, de manera rápida y de menor calidad con poca vida útil, con la finalidad de ser ofertadas a bajo costo y en periodos de tiempo muy cortos. Esto significa que este modelo lanza al mercado de 6 a 8 colecciones al año.
El auge de este modelo está aumentando debido a las ventajas que presenta a los consumidores, principalmente el sentimiento de pertenecer a un grupo selecto capaz de usar diseños de tendencia a bajo costo, el fácil acceso a los lugares de compra, la rápida fabricación de prendas según los gustos del cliente y el pensamiento de oportunidad que crea la tienda bajo la premisa: “si no aprovecho hoy, mañana no estará disponible”.
De acuerdo a diversas investigaciones, se sabe que la industria textil ocupa el segundo lugar en la lista de consumo de agua a nivel mundial, genera el 20% de aguas residuales que contienen diferentes variedades de químicos utilizados durante todo el proceso de fabricación, además de liberar alrededor de medio millón de toneladas de microfibras sintéticas como nylon y poliéster, entre otros derivados del petróleo y de muy largo tiempo de degradación.
Si a esto se le suma que las prendas que son desechadas, ya que sólo son utilizadas unas cuantas veces para después cambiarlas por unas nuevas o simplemente porque la prenda no se puede seguir usando por su poca calidad, se enfrenta la problemática de un alto consumo de estos artículos y a las afectaciones que esto provoca al medio ambiente.
Por tal motivo, para contribuir a la disminución del impacto ecológico se han considerado alternativas como la adquisición de ropa de segunda mano que son de mejor calidad que las prendas ofertadas por “Fast Fashion”. Dicha práctica está tomando relevancia principalmente en la venta en bazares, aplicaciones especializadas y en tianguis.
Aunque, para seleccionar y adquirir prendas en estos lugares, se tienen que tomar en cuenta lo siguiente: primero, revisar la condición de la prenda, en este caso si tiene alguna mancha o desperfecto; segundo, revisar la zona de codos, rodillas, cuello, ingle, para verificar el desgaste; tercero, tener claro la talla y de ser posible probarla antes de comprarla; cuarto, que sean prendas atemporales, además que se puedan combinar con accesorios que ya tengas y, finalmente, lavar tu compra antes de usarla.
Siempre se debe tomar en cuenta que es importante comprar con conocimiento y responsabilidad, razonando que cualquiera de esas decisiones pueden influir de forma positiva o negativa a nuestro entorno. Recuerda, lo que siempre va a lucir bien es una buena actitud.
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