La vida
Por Violeta Rivera Ayala
Hola, lindo domingo de #viajeencarretera, la sección editorial en la que cada semana charlamos de temas relacionados con el arte, la cultura, lo cotidiano, la espiritualidad, lo que nos apasiona y algunas reflexiones existenciales. En esta ocasión quiero compartirles tal cual una carta que escribió una querida amiguita, esperando sea de su interés, tengan la amabilidad de enviarle buenas vibras y sobre todo sirva para profundizar en lo más importante que tenemos: nuestra salud y nuestra vida, pues es a partir de uno mismo que podemos apreciar y aprender sobre la otredad, la empatía, quiénes somos, qué significado tienen las cosas que nos rodean, la naturaleza y todo aquello que nos permite conocer más acerca de nuestro andar por este mundo como seres humanos.
“En esos días donde ninguna técnica de sanación y meditación o estudios varios me ayudaban a sentirme mejor, me rendí (que rico fue por cierto) y al soltarme solo pregunté “¿Qué requieres de mí? ¿Qué debo ver en mí que aún no he reconocido? o ¿cuál es mi contribución con esto? Y más allá de buscar una respuesta con la mente, porque la mente se limita a lo que conoce, me abrí a recibir y entré en permisión… Me permití ser vulnerable y no tener respuestas, me permití enojarme como tantas veces me he permitido gozar, me permití llorar hasta sentir un vacío de libertad en el pecho. Amo la vida y todas sus tonalidades porque cada etapa requiere vivirse a conciencia.
Podría poner frases de lucha contra el cáncer, pero yo no estoy en lucha, yo solo estoy aprendiendo. Quien lucha, se resiste y a lo que resistes persiste por ahí dicen.
Tomemos la vida tal cual es, sin apodos, sin modificaciones ni flores. Elijo evolucionar, romper creencias, abrir la conciencia y sobre todo REconocerme cada día dispuesta a tocar la creatividad para siempre, elegir diferente y crear mi vida.
Y bueno después de la permisión y sentirme perdida, pedí una señal clara y así solo escuché una voz dentro de mi diciendo “Ana Karen ¿Cómo vas a despedir a alguien (al cáncer) si aún no lo has recibido?” Entonces ahí abrace al cáncer con todo y miedo y sobre todo con mucha humildad permitiéndole expresar el mensaje que trajo.
Esa madrugada de la nada se me fue el sueño a las 3:33 de la mañana y abrir redes y lo primero que me encuentro es el siguiente mensaje:
Yo: Hola Dios.
Dios: Hola…
Yo: Me estoy desmoronando. ¿Me puedes volver a armar?
Dios: Preferiría no hacerlo.
Yo: ¿Por qué?
Dios: Porque no eres un rompecabezas.
Yo: ¿Qué pasa con todas las piezas de mi vida que se caen al suelo?
Dios: Déjalos allí por un tiempo. Se cayeron por una razón. Déjalas estar allí un rato y luego decide si necesitas recuperar alguna de esas piezas.
Yo: ¡No lo entiendes! ¡Me estoy rompiendo!
Dios: No, tú no entiendes. Estás trascendiendo, evolucionando. Lo que sientes son dolores de crecimiento. Estás desprendiéndote de las cosas y las personas en tu vida que te están reteniendo. No se están cayendo las piezas. Las piezas se están poniendo en su lugar. Relájate. Respira profundamente y deja que esas cosas que ya no necesitas se caigan. Deja de aferrarte a las piezas que ya no son para ti. Deja que se caigan. Déjalas ir.
Yo: Una vez que empiece a hacer eso, ¿qué me quedará?
Dios: Sólo las mejores piezas tuyas.
Yo: Tengo miedo de cambiar.
Dios: Te sigo diciendo: ¡NO ESTÁS CAMBIANDO! ¡ESTÁS CONVIRTIÉNDOTE!
Yo: ¿Convirtiéndome, en quién?
Dios: ¡Convirtiéndote en quien yo creé para que fueras! Una persona de luz, amor, caridad, esperanza, coraje, alegría, misericordia, gracia y compasión. Te hice para mucho más que esas piezas superficiales con las que has decidido adornarte y a las que te aferras con tanta codicia y miedo. Deja que esas cosas se te caigan. ¡Te amo! ¡No cambies! ¡Conviértete! ¡No cambies! ¡Conviértete! Conviértete en quien quiero que seas, en quien creé. Voy a seguir diciéndote esto hasta que lo recuerdes.
Yo: Ahí va otra pieza.
Dios: Sí. Deja que sea así.
Yo: Entonces… ¿No estoy roto?
Dios: No, pero estás rompiendo la oscuridad, como el amanecer. Es un nuevo día.
Autor Desconocido.
No importa en qué o en quién creas, la vida se comunica y los mensajes llegan de miles de formas en el tiempo perfecto, cuando te abres a recibir.
Mi sugerencia es, permítete TODO, permítete gritar, enojarte, reclamar, incluso odiar, llorar, sonreír, sentir abrazar y AMAR. Pero en cada una de esas emociones y acciones o situaciones cuestiónate: ¿realmente estoy siendo congruente?, ¿Cuál es el origen de esto? ¿Qué me trajo hasta aquí? O ¿Qué me trajo a sentir, hacer, vivir esto? ¿Qué estoy evadiendo? ¿Qué cambio requiere mi vida? ¿Es momento de perdonar o pedir perdón? ¿Cómo lo puedo transformar?
Vive con sentido, TODO se requiere, todo vale, la luz, la sombra, el movimiento, la quietud, la soledad y la compañía, porque todo eso es parte de nosotros. Solo es energía en movimiento. (e-motion).
Nunca dejes de preguntarte eso, te abrirá a conectar con las infinitas posibilidades y el único responsable de abrir o cerrar esa puerta eres tú. Déjate de juicios que te limitan saber más de ti y lo que puedes ser y hacer.
Gracias por permitirte estar y darme tu amor. Estoy segura de que en equipo aprenderemos algo.
Bienvenida la nueva vida. En un rato regreso voy al taller de remodelación.
¡Besos familia!
Ana Karen”.