El Papa permanecerá hospitalizado en el Policlinico Gemelli de Roma tras la operación a la que fue sometido este domingo para tratar una estenosis diverticular en el colón, salvo que se presenten complicaciones en su cuadro médico.
Así lo ha señalado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, que indica que Francisco está «en buenas condiciones generales, despierto y respira de forma autónoma» sin necesidad de ninguna maquinaria.
Francisco llegó al hospital a las 13:00 horas del pasado domingo para ingresar en el hospital y someterse a una intervención quirúrgica que ya estaba programada con anterioridad. Se encuentra ingresado en la 10º planta, la misma donde estuvo Juan Pablo II. La operación duró tres horas y le fue aplicada anestesia general.
Según informó el propio Bruni, el Papa «ha reaccionado bien a la operación en la que le han suministrado anestesia general». El médico encargado de la operación quirúrgica en fue el doctor jefe del departamento de cirugía digestiva del hospital Policlinico Gemelli, Sergio Alfieri.
Como cada domingo, a las 12 del mediodía, Francisco, de 84 años, rezó la oración del Ángelus asomado desde su ventana del estudio privado en el Palacio Apostólico. Su agenda para los próximos días se verá reducida, aunque tiene programado un viaje internacional del 12 al 15 de septiembre a Eslovaquia, según anunció él mismo.
Desde que empezó su papado, Francisco sólo había sido operado de cataratas en diciembre de 2019. En aquella ocasión, se trató de una simple intervención en la vista, de rutina, realizada con láser, que no hizo que el Papa tuviera que ser ingresado más allá de unas pocas horas que no influyo en su agenda.
El propio pontífice lo había avisado durante una visita a la cárcel romana de Regina Coeli. «Hace bien una renovación porque a mi edad, por ejemplo, vienen las cataratas y no se ve bien la realidad: el año que viene tendré que operarme», había comentado él mismo mientras conversaba con los detenidos de la prisión de Roma.