Un triste dato: Desde 1976 México no envía equipo de basquetbol a unos Juegos Olímpicos
Por Mario Alfredo González Rojas
En vísperas de los Juegos Olímpicos de Montreal, que fueron los XXI de la historia, se procuró que el equipo de baloncesto tuviera las giras necesarias para garantizar un buen papel. Como se sabe, después de los juegos de México, se estuvo a un paso de calificar para ir a Münich 72, en las eliminatorias que tuvieron lugar en Augsburgo.
Teníamos que ir en las mejores condiciones posibles a Canadá, existían razones de mucho peso para creer en lograr un buen resultado; detrás estaban el quinto lugar de México 68, así como la pelea ofrecida en Augsburgo hacía cuatro años, en que por milésimas no se obtuvo el pase olímpico.
Por un lado se participó “religiosamente” en el ciclo olímpico, y además se visitaron varios países en giras amistosas, con el objetivo de llegar al 100 por ciento a Hamilton, sede del Preolímpico. No se quería repetir la triste historia de Augsburgo, en que se dejó ir la victoria en los últimos minutos ante España y Polonia, para quedar fuera.
Como es sabido, Montreal había intentado organizar unos Juegos Olímpicos desde 1944, en que perdió frente a Londres la oportunidad de hacerlo, evento que por cierto nunca se efectuó debido al conflicto armado de esos días. Luego buscó la sede para 1956, misma que recayó en Melbourne, Australia. En 1972 volvió a luchar por el mismo objetivo, pero Münich se quedó con la sede. Para los juegos de 1976, le ganó en la votación a Los Ángeles y Moscú.
La reina Isabel II fue la encargada de hacer la declaratoria inaugural en el Estadio Olímpico de Montreal, el día 17 de julio. La justa olímpica congregó a más de 6 mil atletas provenientes de 92 países, siendo clausurada el 1 de agosto. Se había hecho un boicot por parte de 28 estados africanos, inconformes con la participación de Nueva Zelanda, porque meses antes su selección de rugby jugó con un equipo de Sudáfrica, país que estaba excluido del Comité Olímpico, por su política racista del Apartheid. Además de esas naciones africanas, China optó por no concurrir a los juegos.
Estos juegos contaron con una novedad muy importante, la inclusión por primera vez en la historia, del baloncesto femenil. Un anhelo por fin hecho realidad por muchas jugadoras de distintas partes del mundo, a partir de que se presentó por primera vez el básquetbol en la rama varonil, como deporte olímpico en la Olimpiada de Berlín en 1936. Pronto surgiría otra modalidad interesante, como la relativa al tiro de los tres puntos, el cual ya lo empezó a usar la NBA en la temporada de 1979-1980, y luego hizo lo propio la NCAA en la de 1986-1987. Por su parte, la FIBA estableció en 1984 este tiro como válido.
El equipo femenil que se llevó la medalla de oro en Montreal fue la URSS, seguido del conjunto de Estados Unidos. Fructificó finalmente el sueño de Senda Berenson, la maestra de educación física que hizo jugar por primera vez a las mujeres, el deporte inventado por el señor Naismith. Ese sueño había sido, el que un día llegaran a competir las mujeres basquetbolistas en un torneo de reconocimiento mundial, y ahora fue el caso de unos Juegos Olímpicos. El 22 de marzo de 1893, se había organizado ante 800 espectadoras, gracias a Senda Berenson, el primer partido entre mujeres de primero y segundo curso del Smith College de Northampton, Massachusetts; aunque con algunas modificaciones a las reglas establecidas por Naismith, para adaptarlo a la mujer, había puesto esta maestra de educación física la semilla en el camino de la historia deportiva.
Para empezar, hay que recordar que en 1976, en los tradicionales y siempre concurridos y festejados torneos nacionales, el campeón resultó ser el representativo del estado de Veracruz, en el torneo llevado a cabo en dicha entidad. Le correspondió en tal circunstancia, tomar el timón del seleccionado nacional a Carlos Bru, quien fue el coach del cuadro vencedor. Gustavo Saggiante fue nombrado como su asistente principal, aunque la realidad es que este experimentado entrenador fue quien a la mera hora y en los momentos más decisivos, se hizo cargo de tomar las decisiones más importantes sobre la duela.
EN DÉCIMO LUGAR EN MONTREAL ¿RAZONES? ¿CULPABLES?
Se alcanzó el décimo lugar en la Olimpiada. Ha habido muchos análisis sobre la actuación del equipo, y la mayoría han coincidido en que sucedió lo que sucedió, porque faltando 15 días para que dieran inicio los Juegos Olímpicos, se decidió tomar un asueto después de tantos meses de arduo trabajo y de una comprometida y afinada labor de conjunto, que debería dejar excelentes frutos. Me contó, a propósito de este hecho, Rubén “Ruby” Alcalá, uno de los integrantes del conjunto, que esta fue una medida a todas luces inadecuada, la que le costó, sin exagerar, a México no estar entre los primeros lugares del torneo. Se ha sabido, que Carlos Bru les dijo a los jugadores, que en forma “democrática” decidieran si tomaban unos días de descanso o no, y de esta manera se desbarrancó el conjunto, irremediablemente. Y es que a veces, la democracia no está cimentada en el criterio y en la realidad, y falla, como fue en el caso de la selección, la fortísima selección que envió nuestro país a una justa de carácter universal. Llegaron a México los jugadores y “tomó cada quien para su santo”, y ahí están las consecuencias que han quedado registradas para la historia, con letras llenas de tristeza, aunque suene romántico y cursi decirlo de esta forma.
Los partidos que perdieron los nuestros, se pelearon de principio a fin, hay que reconocerlo. Ante la URSS, en el primer partido jugado, no había la más mínima posibilidad de ganar, y se sucumbió por el abultado marcador de 120 a 77.