Al menos 150 personas murieron como resultado de la violencia armada en más de 400 tiroteos registrados en todo Estados Unidos durante el fin de semana del 4 de julio, día que se conmemora la independencia de la nación norteamericana.
Los datos recogidos por el Gun Violence Archive y publicados este martes por la cadena de televisión CNN se refieren concretamente al período entre el viernes y el domingo. Aún están siendo analizados y serán actualizados en las próximas horas.
Las grandes ciudades de Estados Unidos están experimentando un repunte de los crímenes violentos, según los datos recopilados.
En Nueva York, donde las tasas de violencia armada se han elevado hasta niveles no vistos en años, fallecieron 26 personas en 21 tiroteos entre el viernes y el domingo. La cifra, no obstante, es menor que la constatada en el mismo período de 2020, cuando fallecieron 30 personas en 25 tiroteos, según los datos del Departamento de Policía.
Entre otros incidentes, en Chicago, después de que el superintendente de la Policía, David Brown, se refiriera al «fin de semana más complicado del año» para el cuerpo, 83 personas resultaron heridas de bala y 14 fallecieron. Entre los heridos figuran dos niñas de cinco y seis años.
Tras un aumento de los incidentes de este tipo durante los últimos meses, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció una batería de medidas enfocadas a reducir la violencia con armas de fuego, particularmente centradas en las «armas fantasma», aquellas vendidas sin número de serie ni información de identificación. Biden ya había prometido una serie de medidas en este sentido en campaña electoral.