Autores de atentado contra Iván Duque, socios de narcos mexicanos: Policía de Colombia

Un grupo del narcotráfico de origen guerrillero que ejecutó el mes pasado atentados contra el presidente colombiano, Iván Duque, y contra una base militar, tiene estrechas relaciones de negocios con dos cárteles mexicanos de la droga, según una investigación de la Policía Nacional de Colombia (PNC).

Fuentes de la PNC consultadas por Proceso indicaron que la organización armada responsable de los atentados –una disidencia de la desaparecida guerrilla de las FARC que se hace llamar Frente 33— es un “abastecedor de cocaína a gran escala” de la organización de Fausto Isidro Meza Flores, el “Chapo Isidro”, y del Cártel del Noreste (CDN), que encabeza Juan Gerardo Treviño, “El Huevo”.

Las autoridades colombianas identifican al “Chapo Isidro” como el jefe del “Cártel de los Beltrán Leyva”, una estructura delictiva que se atomizó con la muerte en un operativo de Arturo Beltrán Leyva, en 2009, y las capturas de Edgar Valdez Villareal, “La Barbie”, y Héctor Beltrán Leyva, ocurridas en 2010 y 2014, respectivamente.

Antes, en 2008, fue capturado en Culiacán Alfredo Beltrán Leyva, el “Mochomo”, cuyo principal operador era el “Chapo Isidro”.

Las disidencias del Frente 33, que operan en una zona nororiental de Colombia conocida como el Catatumbo, en la frontera con Venezuela, son uno los principales proveedores de cocaína del “Chapo Isidro”, quien en el pasado creó los grupos de sicarios conocidos como “La Oficina” y “Los Mazatlecos”.

El director de la policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, señaló esta semana en una rueda de prensa que el cabecilla del Frente 33 que planeó el atentado contra Duque y contra la base militar fue Javier Alonso Veloza, alias “Jhon Mechas”, quien tiene relaciones con el “Cártel de los Beltrán Leyva”.

Las fuentes de la policía que fueron consultadas indicaron que “Jhon Mechas” opera para el Frente 33 una red de narcotráfico que se encarga de procesar la hoja de coca producida en la región colombiana del Catatumbo y de organizar los envíos para la organización del “Chapo Isidro” en vuelos que salen de Venezuela.

Otro “cliente” mexicano de esa organización exguerrillera que decidió no desmovilizarse cuando las FARC firmaron un acuerdo de paz con el gobierno, en 2016, es el Cártel del Noreste.

El atentado contra Duque se produjo el pasado 25 de junio en la región noroccidental de Colombia donde tiene influencia el Frente 33.

El atentado

Ese día, un helicóptero Black Hawk en el que viajaban el presidente y los ministros de Defensa, Diego Molano, y del Interior, Daniel Palacios, fue atacado con disparos de fusil cuando se aproximaba al aeropuerto de Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela.

La aeronave recibió seis impactos de AK-47 y de fusil FAL, calibre 7,62, de fabricación belga y ensamblado en Venezuela, pero pudo aterrizar sin problemas en el aeropuerto de Cúcuta pues las balas no alcanzaron la turbina del helicóptero El 15 de junio, 10 días antes de ese ataque, se registró otro atentado con un coche bomba en la base militar de Cúcuta, con un saldo de 36 heridos. En las instalaciones se encontraba una decena de militares estadunidenses.

De acuerdo con las investigaciones, los dos atentados son responsabilidad del Frente 33 y ambos fueron planeados por “Jhon Mechas”.

Las autoridades colombianas señalan que “Jhon Mechas” es “comandante” de las disidencias de las FARC que encabezan Gentil Duarte e “Iván Mordisco”, dos antiguos jefes guerrilleros que se han fortalecido en la región nororiental de Colombia y en los estados de Venezuela que hacen frontera con este país.

“Es un grupo armado organizado residual que se mueve a nivel binacional; trafica grandes cantidades de cocaína y se dedica también al secuestro, a la extorsión y a la minería ilegal”, dice una de las fuentes consultadas.

Según las investigaciones de la policía colombiana, las disidencias del Frente 33 tienen una alianza con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, la única guerrilla colombiana tras la desmovilización de las FARC) en el Catatumbo para controlar los cultivos de hoja de coca y producir cocaína.

El Frente 33 hace los envíos de cocaína a sus socios mexicanos en avionetas que salen con rumbo a Centroamérica y el sureste mexicano desde los estados venezolanos de Zulia, El Táchira y Apure, donde operan varias pistas clandestinas, indican las fuentes consultadas.

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