
“La corrupción de los gobiernos comienza casi siempre por la de sus normas y principios” (Montesquieu)
Por FerMan
Hablar de política en la mayoría de las veces levanta pasiones. En ocasiones con justa razón, pero en otras, sin razón alguna y más cuando nos encontramos frente a un proceso electoral. En este caso, hago referencia a las manifestaciones que ha hecho el Presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto a la “poca” o “nula” intervención del presidente consejero Lorenzo Córdova del Instituto Nacional Electoral en algunas irregularidades presentadas por candidatos a puestos de elección.
Lo lamentable es que López Obrador señaló, en una de sus acostumbradas mañaneras, que “Es ilegal la compra del voto de manera directa o simulada, acuérdense de las tarjetas que se daban de Soriana, la de Monex. Eso no se puede permitir y si no le gusta al director del INE, es su problema porque él no es demócrata, ya lo ha demostrado lo suficiente. Un demócrata no puede permitir que se compren los votos, no se puede hacer de la vista gorda ante un fraude”; lo anterior es sumamente grave, primero por las acusaciones que hace en contra del presidente consejero del Instituto Nacional Electoral y segundo porque habla de un supuesto “fraude”.
Tal vez el Sr. Presidente no ha entendido que constitucionalmente, durante un proceso electoral, su función es atender de manera institucional y no política, todas las situaciones que se puedan presentar con respecto a dicho proceso electoral.
Pero en este caso, pareciera que López Obrador quiere sacar provecho para su partido, aprovechando las instituciones públicas que por ley, únicamente deben servir para que se lleve a cabo un proceso electoral pacífico y seguro.
Y no estoy diciendo que no se deba de investigar todas aquellas conductas de candidatos o cualquier otra autoridad que intervenga de manera ilegal en el proceso electoral realizando campañas que atentan contra la democracia, sino que precisamente existen los mecanismos legales para realizar las denuncias y exigir las investigaciones que correspondan ante las autoridades competentes, en este caso ante la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (FEPADE) y sus similares en las Entidades Federativas, pues para eso fueron creadas.
Pero con respecto a las manifestaciones irresponsables de AMLO, además de atentar contra la autonomía de un Instituto que le ha costado a los mexicanos años de lucha para instaurar una verdadera democracia en nuestro país, ahora con la mano en la cintura, el Titular del Ejecutivo Federal viene a decir que no le importa la existencia de dicho Instituto, que no es democrático, olvidando que precisamente ese mismo presidente consejero e Instituto, fueron quienes avalaron su triunfo en las elecciones del 2018.
Es por eso que es muy grave que la máxima autoridad de nuestra Nación esté hablando de que el INE no es democrático y en consecuencia se está gestando un posible “fraude”, definitivamente, es un señalamiento irracional, incoherente, absurdo y a todas luces ilegal.
López Obrador no debe hacer esas manifestaciones tan irresponsables, porque debilitan nuestra democracia, anticipando sin ningún fundamento un posible fraude electoral, el cual por supuesto, sus secuaces de la 4T, lo pregonarán a los cuatro vientos en caso de que los resultados de las próximas elecciones no les favorezcan.
Es en ese contexto que, para evitar que sigan debilitando nuestras instituciones democráticas, invito a todos los ciudadanos a salir a votar este 6 de junio, de manera informada, libre, pacífica y secreta, emitiendo el sufragio para aquellos candidatos que estén a favor de la vida, la familia y la libertad.
“Fiat Justitiae, Pereat Mundus”.