SE TIENE QUE DECIR

Una participación ante líderes mundiales para dar vergüenza
Por Cacho

 

Una cosa es que aquí en su país, ante su público aplaudidor (que no todos los mexicanos), Andrés Manuel López Obrador diga en promedio 80 mentiras diarias o verdades a medias durante lo que él llama conferencia (la mañanera) y otra es presumir unas cuantas de ellas ante líderes de más de 40 naciones en la Cumbre del Día de la Tierra.

Para empezar, comenzó hablando del petróleo.

Dijo que se han descubierto tres grandes yacimientos, pero que el oro negro que produzcan “se destinará básicamente a cubrir la demanda de combustibles del mercado interno, y se acabará con la práctica de exportar crudo, petróleo crudo y comprar gasolinas, de esta forma ayudaremos a evitar el uso excesivo de combustibles fósiles”.

Olvidó dar datos, no sus “otros datos” sino los reales: la producción diaria de Pemex ronda el millón 700 mil millones de barriles de petróleo diarios, su meta es, a contrapelo de los otros países productores de reducirla, aumentarla a 2 millones de barriles al día, aunque está en duda si tendrá la capacidad operativa para hacerlo.

Luego pasó al tema de la electricidad, anunció que se están modernizando las plantas hidroeléctricas, para reducir el uso de combustóleo en la producción de energía; que cambiaron turbinas por unas más modernas que generarán una mayor cantidad de fluido eléctrico y como plus, esta electricidad es limpia y barata.

Tsss, aquí “se le fueron las cabras al monte” y no les dijo que envió una iniciativa de Ley a la cual “no le cambiaron ni una coma” con la que obstruye la generación eólica y fotovoltaica, porque está en manos privadas y pretende que sea primero la Comisión Federal de Electricidad (CFE) la que venda su producción, sucia y cara (se usa combustóleo altamente contaminante y su costo de generación es más alto), fortaleciendo el antiguo monopolio.

Y no sólo eso, regresar al monopolio estatal con la CFE no es todo. También se están violando algunas de las cláusulas del Tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) en lo referente a la inversión extranjera en este rubro.

Es por eso que hubo una lluvia de amparos contra la Ley de la Industria Eléctrica, concedidos por el juez Juan Pablo Gómez Fierro.

Luego se dirigió de manera especial al presidente de EU, Biden. En sus propias palabras le dijo:
“La tercera propuesta consiste en compartir con ustedes, en especial con usted, presidente Biden, una experiencia exitosa, estamos aplicando el programa “Sembrando Vida”, que posiblemente sea el esfuerzo más grande de reforestación en el mundo, en ello laboran 450 mil campesinos y campesinas que reciben un jornal de 5 mil pesos mensuales para plantar árboles frutales y maderables en sus tierras o parcelas”.

Continuó: “se han sembrado ya 700 millones de plantas y se llegará a mil millones para abarcar un millón de hectáreas” (mil árboles frutales o maderables en un cuadrado de 100 por 100 metros, esto es, un árbol por cada 10 metros cuadrados bien acomodaditos).

También olvidó López decirle a Biden que, al menos en Veracruz, campesinos están quemando grandes extensiones, para “sembrar vida” y seguir mamando de la ubre del erario público.

Y luego, AMLO soltó su ideota:
La propuesta es que “juntos, ampliar el programa en el sureste de México y en Centroamérica para sembrar tres mil millones de árboles adicionales y generar un millón 200 mil empleos”.
Y suelta el sablazo.
“Nosotros asumimos nuestra responsabilidad económica y nos comprometemos a ayudar en la organización productiva y social, y ustedes, presidente Biden, podrían financiar el programa sembrando vida en Guatemala, Honduras y El Salvador”.
Y siguió, “agrego una propuesta complementaria, con todo respeto, el gobierno de Estados Unidos podría ofrecer a quienes participen en este programa, que después de sembrar sus tierras durante tres años consecutivos, tendrían posibilidad de obtener una visa de trabajo temporal, y luego, después de otros tres o cuatro años, podrían obtener hasta la residencia en Estados Unidos, o su doble nacionalidad”.
Remató: “El fenómeno migratorio, como lo sabemos todos, no se resuelve con medidas coercitivas, sino con justicia y bienestar”.

¿Y lo de yo no me meto en los asuntos de EU?

Recuérdese que nunca felicitó a Biden, sino hasta que fue oficialmente declarado presidente electo, aduciendo el pretexto de la Doctrina Estrada.

Sablearlo con billetes para Centroamérica y aparte, sugerir dar residencia o doble nacionalidad estadounidense a los campesinos a los que les tendría que pagar el gobierno norteamericano ¿no es inmiscuirse en los asuntos del otro?

Como dije antes, una cosa es su circo con focas amaestradas y otra son las grandes ligas, para usar el lenguaje que sí entiende López.

Es un presidente que avergüenza a los mexicanos mal representándolos en un foro mundial con mentiras y medias verdades y por otra parte, inmiscuyéndose en los asuntos internos de otras naciones, por los problemas migratorios.

Se alza como vocero de Guatemala, Honduras y Nicaragua y pretende ser quien le enseñe al matemático a sumar dos más dos, en el caso de la política migratoria norteamericana.

Tenemos un presidente mentiroso e intervencionista, ¡qué vergüenza!

Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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