Esqueletos en el Closet

El Ferrocarril Gran Funk, una banda americana
Por Jorge Villalobos

 

La conciencia colectiva lo domina todo, pero tiene memoria de acceso aleatorio; es necesario hacer referencia al tema buscado para poder acceder a la información correspondiente. Entonces, nadie se acuerda del Grand Funk hasta que escucha alguna de sus rolas.
Es increíble el poder de convocatoria que poseyeron (y aún poseen) las rolas de esta banda, la sola mención de su nombre revive gloriosos recuerdos entre la cofradía rocanrolera. El poderoso Grand Funk fue una de las más aclamadas bandas de hard rock gringo a principios de los setentas, que se caracterizaba por su autenticidad, la frescura y el aplomo de su música, que aunque pueda a veces sonar simplona, contiene un vigor y una energía excepcionales, y su poder puede ser atestiguado aún hoy por cualquiera que haya escuchado sus rolas. Si bien la temática de sus canciones es en general frívola y nunca han sido considerados entre la élite rocanrolera de los virtuosos y los innovadores, sus contribuciones a la música del siglo XX pertenecen por tradición a la conciencia colectiva, que nunca los borra de su archivo.
Érase que se era un chavo ambicioso, aguzadillo y con vasta visión a futuro, Terry Knight. A mediados de los años sesenta lideraba su propia banda, Terry Knight and the Pack, que tuvo un moderado éxito local en Flint, Michigan, pero que se desbandó en 1968. Dos de sus exintegrantes, el baterista Don Brewer y el guitarrista Mark Farner, reclutaron al bajista Mel Schacher para formar una banda, y Knight tuvo la graciosa idea de proponerles ser su manager y productor.
Knight sugirió hacer un juego de palabras con el nombre del Grand Trunk Western Railroad, la línea ferroviaria que pasaba por la localidad de Flint, y la banda fue bautizada con el nombre de ‘Grand Funk Railroad’; el juego de palabras resulta aún más significativo al considerar que el estilo musical del trío no es el funk sino el hard rock.
En 1969 Knight consiguió que hicieran su aplastante debut en público en el Atlanta Pop Festival, y aunque no percibieron honorarios, el éxito de su actuación los puso inmediatamente en el mapa del rocanrol. La anécdota interesante es la de una mujer entre el público asistente a ese festival que dio a luz a su bebé justo durante la presentación del grupo novato, mientras el vocalista Farner pedía al público un poco de quietud para ayudar a la mujer a recibir a su bebé. En las notas del álbum ‘Survival’, Terry Knight refiere que la prensa informó que ese día nacieron dos infantes, uno de ellos llamado Grand Funk Railroad.
Es de reconocerse que antes de convertirse en el malo de la película Knight hizo su mejor esfuerzo por promover al trío, entre otras acciones, en ocasión del lanzamiento del álbum ‘Closer To Home’ alquiló una cartelera en el complejo comercial de Times Square en Nueva York, con un costo de cien mil dólares.
En menos de dos años el trío se convirtió en uno de los máximos exponentes del hard rock, reconocidos y respetados en todo el mundo, todas unas superestrellas ellos, que abarrotaban cualquier lugar donde se presentaran. Con excepción de su primer álbum (‘On Time’), sus siguientes cinco álbumes (‘Grand Funk’, ‘Closer To Home’, ‘Live Album’, ‘Survival’ y ‘E Pluribus Funk’) tienen certificaciones de ventas como álbumes de platino.
En 1972 se dieron diferencias entre el trío y su manager, el cual los demandó alegando que el grupo era de su propiedad, lo que llevó a un juicio en el que Knight se quedó con todo el equipo de la banda más los derechos sobre sus seis álbumes publicados. La banda solamente conservó el derecho a continuar usando el nombre, aunque durante un tiempo dejaron de usar el ‘Railroad’ (Grand Funk Railroad era nada más ‘Granfanc’ por pura facilidad de contracción lingüistica, igual que era más fácil decir ‘El Tri’ que Three Souls In My Mind Mexico City Rock And Roll Band y ‘Cridens’ que Creedence Clearwater Revival).
Luego del descalabro comenzaron una nueva etapa como cuarteto al unirse a la banda el tecladista Craig Frost, y hubo más álbumes (‘Phoenix’, ‘We’re An American Band’, ‘Shinin’ On’, ‘All The Girls In The World Beware!!!’). El éxito continuó en ascenso hasta 1974, pero luego comenzó el declive; intentando concluir sus compromisos contractuales con la disquera Capitol (a la cual le debían dos discos), en 1975 lanzaron el álbum en concierto ‘Caught In The Act’, pero a pesar de que era un álbum doble la disquera exigió un disco más, por lo que ya sin ganas volvieron al estudio para grabar ‘Born To Die’, compuesto por compromiso.
El mal sabor de boca les hizo pensar en la desbandada. Decidieron hacer un intento más cuando Frank Zappa manifestó su interés por producirles un álbum, pero luego del infructuoso ‘Good Singin’ Good Playin’’ decidieron que ya la mata no daba más y la banda se desintegró.
Aún así, Capitol Records capitalizó por partida doble con los álbumes de recopilación durante los años setentas: ‘Mark, Don & Mel: 1969-71’ (1972) fue lanzado inmediatamente después del conflicto con el manager Terry Knight, y ‘Grand Funk Hits’ (1976) recupera los éxitos de sus álbumes como cuarteto.
Para finales de los setentas Mark Farner se lanzó en plan de solista, casi desapercibido. Luego intentaron volver a la vitrina en 1981 con el álbum ‘Grand Funk Lives’ y en el 83 con el ‘What’s Funk’, pero el parche no vulcanizó bien y se acabó el clásico Grand Funk. En los años noventas reformaron el grupo con la adición de algunos otros músicos y desde entonces siguen al pie del cañón, lanzando algún que otro álbum en concierto o alguna recopilación ocasionalmente para sostenerse en el amplio mercado de nostalgia que hoy en día supone el rock clásico.
Entre las glorias del Grand Funk se cuentan la venta total de las entradas al Shea Stadium de Nueva York en 72 horas (en 1965 los Beatles llenaron el mismo local, pero los boletos duraron varias semanas en venderse), una carrera limpia y ascendente que nunca contó con el apoyo de las estaciones radiodifusoras ni de la crítica de la prensa, y haberse convertido con el paso del tiempo en la banda más representativa del rocanrol estadounidense de los setentas.
Los trofeos que adornan las paredes de los miembros del Granfanc en forma de discos sencillos de oro y platino por haber figurado en listas de popularidad son rolas muy conocidas entre los rockers de la vieja escuela: ‘We’re an American Band’, ‘Some Kind Of Winderful’ y ‘Bad Time’, más la resurrección de un viejo éxito lanzado en 1962 por Little Eva, ‘The Loco-Motion’ (la misma canción catapultó la carrera de una muchachita llamada Kylie Minogue en 1987, además de merecer una versión de Emerson, Lake & Powell); pero el imaginario popular y las ondas de frecuencia modulada también rindieron culto durante muchos años a rolas como ‘Feelin’ Alright’ (original de Traffic), ‘Gimme Shelter’ (de los Rolling Stones), ‘I’m Your Captain (Closer to Home)’, ‘Heartbreaker’, ‘Footstompin’ Music’, ‘Rock ’N Roll Soul’, ‘Shinin’ On’ y ‘To Get Back In’, por mencionar algunas de las más conocidas.
Para aquellos que tuvieron oportunidad de escuchar al Gran Funk en su momento la impresión es indeleble. Y no se trata nomás de echarles porras sino de darle a cada quien lo que se merece, y si el ferrocarril transportó tantas emociones, algún mérito debe tener.

* [25 abr. 2021. Foto: Michael Ochs Archives/Getty Images]. Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el Closet” son atendidos al correo electrónico villalobos7@gmail.com.

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