La Dra. Wendoly Hinojos Escobar, catedrática de la Universidad Autónoma de Chihuahua, informó que la hipoacusia, también conocida como sordera parcial, es el problema más frecuente que presentan las personas, se trata de la disminución de la sensibilidad auditiva. Esto afecta a uno y ambos oídos y se puede presentar en diferentes tipos y grados.
En el 2007, la Organización Mundial de la Salud instituyó el Día Internacional de la Audición, con el fin de promover la detección temprana de cualquier tipo de problema o deterioro auditivo que se pueda presentar en las personas de todo el mundo.
De acuerdo a las estadísticas oficiales actualmente 3 de cada 1000 niños nacen con algún tipo de sordera o hipoacusia congénita, además 1 de cada 50 niños que pasan por Unidad de Cuidados Intensivos, desarrolla algún grado de este padecimiento. De acuerdo a la OMS, más del 60% de los casos de pérdida auditiva podrían evitarse, por lo que es muy importante la prevención.
La también especialista en audiología, otoneurología y foniatría indicó que existe la hipoacusia congénita y la adquiridas, esta última debido a infecciones durante el embarazo, complicaciones durante el periodo perinatal, tumores, exceso de ruido, enfermedad cerebrovascular, drogas, entre otros.
Por otro lado existen medicamentos que pueden producir daño auditivo, los más comunes son los antibióticos como la amikacina, gentamicina, estreptomicina, neomicina, y los quimioterápicos como el cisplatino, ciclofosfamida, bleomicina y carboplatino.
La Dra. Hinojos Escobar señaló que los problemas de audición se pueden detectar desde el nacimiento, mediante el tamiz auditivo (emisiones otoacústicas rápidas) así como con otras pruebas de metodología electroacústica y electrofisiológicas.
Sin el tamiz auditivo la hipoacusia es detectada tardíamente, en promedio a los 2 años de edad. En niños mayores de 2 años y adultos se realiza estudio de audiometria tonal y vocal.
Se considera fuera de la normalidad que una persona no escuche sonidos tan leves como 15 decibeles en niños y 20 decibeles en adultos. Existen diversos grados de hipoacusia: leve 25-39 db, moderada 41-69 db, severa 71- 90 db y profunda más de 90 db.
La docente universitaria ejemplificó que con una hipoacusia superficial de entre 30 a 40 decibeles un infante pierde un 50% de una conversación. La hipoacusia en la infancia tiene un impacto negativo en la adquisición y desarrollo del lenguaje ya que un niño que no puede percibir los sonidos, no desarrolla el lenguaje oral.
Las consecuencias del déficit auditivo impacta en todas las áreas de desarrollo e integración: familiar, intelectual, educativa, social, emocional y económica. Una pérdida auditiva superficial en adultos mayores de 60 años, se relaciona con la aparición y progresión más rápida de demencias.
Finalmente, la especialista invitó a toda la población a informarse más sobre este tema y tomar las medidas necesarias para cuidar su salud auditiva.