Esqueletos en el Closet

 

Día de muertos MMXX: Lee Kerslake y otros

Por Jorge Villalobos

 

El título de esta columna proviene de una expresión del imaginario popular que se refiere a los secretos bochornosos o inconfesables que una persona pueda esconder, y lo adopté en 1995 como una referencia a que mi colección de discos LP estaba guardada dentro de un clóset (con acento en el diccionario de la Real Academia Española). No tiene nada que ver con la expresión “salir del closet”. Tampoco con las alegorías a la muerte representada con calacas que muchos relacionan con el rock. Pero veinticinco años después parecería que la columna y su título cada vez se relacionan más con la muerte, naturalmente, pues el tema principal es el rock ‘clásico’ cuyos exponentes en su mayoría tienen entre sesenta y ochenta años de edad en la actualidad o ya han fallecido, ‘ergo’, casi todas las entregas de esta serie mencionan a alguien que ya ha muerto.

Desde hace ya varios años es frecuente que los mensajes que recibo o envío con mis camaradas sean más o menos así: “Se murió Equis Ye”, “No la…, pero si apenas tenía sesenta-y-ene años, y acababa de sacar un disco”, “Pues sí, tenía morbus. Un nombre más para el panteón del rock. Y el mes pasado se murió Alfa Omega”, “¿Y ese quién era?”, “El tecladista de Beta Delta. Él sí ya estaba muy ruco”, y así por el estilo. Lo lamentamos y luego bromeamos acerca de otros que encarnan el refrán de “yerba mala nunca muere”, repetimos el chiste de que Keith Richard murió en la década de los noventas pero todavía no se ha dado cuenta y el de que Ozzy Osbourne cambió el nombre en su acta de nacimiento por ‘Zombie Osbourne’, y seguimos con nuestras propias vidas.

Y en este aciago año 2020 calan particularmente esos decesos. Es extensa la lista de muertes de rockers, célebres o desconocidos, jóvenes o viejos, por la causa que haya sido. Y en días como hoy es cuando se mide la trascendencia de los seres humanos, rockers o no rockers, por sus obras y por los quereres que hayan propiciado durante su paso por este valle de lágrimas.

Óscar Chávez falleció el 30 de abril, a causa del Covid-19. En lo personal guardo un grato recuerdo de él, tuve oportunidad de entrevistarlo en el año 2000. Se portó muy bien, conversó conmigo como si me conociera y me autografió el disco de ‘Los tangos prohibidos’. Su pérdida fue sentida por la comunidad del arte en México. Si bien no era un rocker, sus importantes contribuciones a la cultura y a la conservación de la música tradicional trascendieron también entre quienes gustamos del rock.

La semana pasada intenté un homenaje a la memoria de Kenny Rogers (http://www.laparadoja.com.mx/2020/10/esqueletos-en-el-closet-23), lo mismo que hace algunos meses a Neil Peart (http://www.laparadoja.com.mx/2020/07/esqueletos-en-el-closet-12), y el recuerdo de Eddie Van Halen merece la misma dedicación de mi parte. Espero que pronto será.

El más reciente de los que me enteré de que fallecieron fue Spencer Davis, líder de un grupo muy reconocido a mediados de los sesentas. En el transcurso del año he sabido de la muerte del violinista y cantante country Charlie Daniels (conocido mundialmente por su éxito “The Devil Went Down to Georgia”) y del cantante Little Richard (pionero del rock and roll).

Entre los nombres que conozco de los que han fallecido durante este año se cuentan:

Pianistas: Keith Tippett (King Crimson) y Lyle Mays (Pat Metheny Group).

Bajistas: Al Rex (que tocó con Bill Haley & His Comets durante los años cincuentas), Mark Stone (miembro de Genesis y Mammoth, los grupos de Eddie y Alex antes de convertirse en Van Halen), Gordon Haskell (King Crimson), Steve Priest (Sweet) y Josh Pappé (de los hardcore punks Dirty Rotten Imbecilles).

Bateristas: Frankie Banali (Quiet Riot, W.A.S.P.), Joey Image (Misfits) y Reed Mullin (de los punks Corrosion of Conformity y Teenage Time Killers).

Guitarristas: Jorge Santana (que formó parte del grupo The Malibus, luego conocidos como Malo, y acompañó en muchas ocasiones a su hermano mayor Carlos), Steve Holland (Molly Hatchet), Lou ‘L.A.’ Kouvaris (Riot) y Bob Kulick (que acompañó a Kiss en muchas ocasiones en el estudio y tras bambalinas, y tocó, entre otros, con W.A.S.P., Meat Loaf, Lou Reed, Michael Bolton, Dorothy Pesch y Ripper Owens). Mención aparte a Peter Green, el exguitarrista de los John Mayall’s Bluesbreakers que fundara la primera encarnación de Fleetwood Mac.

Vocalistas: Helen Reddy, Barbara Martin (The Supremes), Bonnie Pointer (The Pointer Sisters), Phil May (Pretty Things) y Tony Lewis (también bajista del grupo pop The Outfield).

Productores e ingenieros de sonido:

Keith Olsen trabajó con muchas bandas y solistas de pop y hard rock, su crédito aparece en álbumes de –por mencionar algunos– Fleetwood Mac, Foreigner, Grateful Dead, James Gang, Santana, Rick Springfield, Sammy Hagar, Kim Carnes, Eddie Money, .38 Special, Bad Company, Starship, Whitesnake, Ozzy Osbourne, Night Ranger, Kingdom Come, Magnum, Scorpions, Emerson, Lake & Palmer… más los dos primeros álbumes de Pat Benatar y uno de mis álbumes favoritos de Heart (y el menos exitoso de su carrera), ‘Passionworks’.

Derek Lawrence, entre lo más conocido de sus producciones se cuentan el sencillo debut de Jethro Tull (“Sunshine Day”), los primeros tres álbumes de Deep Purple y de Wishbone Ash y los dos primeros de Angel.

Martin Birch, quien grabó y produjo durante los setentas, ochentas y noventas lo más selecto de los álbumes clásicos de hard rock y heavy metal; su nombre está asociado con Deep Purple, Rainbow, Black Sabbath, Iron Maiden y muchos más, pero este párrafo solamente es un abono de algo más extenso que he de abordar, con vuestra venia, en el futuro cercano.

En este año 2020 también fallecieron dos miembros prominentes de la banda inglesa de hard rock UFO: el bajista Pete Way y el guitarrista Paul ‘Tonka’ Chapman. Ambos merecen un esqueleto en el closet futuro junto al tecladista Paul Raymond, que falleció el año pasado.

Ya son demasiadas promesas de homenajes a los rockers fallecidos en el 2020. Hagamos realidad una de estas ahora mismo.

Lee Kerslake falleció el 19 de septiembre del 2020, después de sufrir una batalla de varios años contra el cáncer de próstata. Kerslake inició su carrera de baterista profesional a finales de los años sesentas como miembro de los grupos The Gods, Head Machine y Toe Fat; en 1971 se unió a Uriah Heep, una de las bandas más subestimadas del hard rock. Al inicio de la década de los ochentas colaboró en la reconstrucción de la carrera de Ozzy Osbourne, y con esto inicia una anécdota variopinta, con ingratitud y traición, pero con final relativamente feliz.

Es necesario revisar varios detalles para comprender el contexto de la desventura que sufrieron Kerslake y su compañero Bob Daisley con Ozzy, o más bien con la compañera sentimental de este último.

En 1977-78 Black Sabbath estaba en franco declive. Su álbum más reciente (‘Technical Ecstasy’) fue un desastre de ventas en comparación con sus lanzamientos previos, y los conflictos del cantante Ozzy Osbourne con sus compañeros de banda a causa de su consumo de drogas y alcohol cada vez eran más graves. A finales de 1977, Ozzy abandonó al grupo en un arrebato, pero volvió en enero del 78 para grabar el álbum ‘Never Say Die!’ y hacer una gira por Europa y los EU. Durante su última gira Black Sabbath había sido opacado por las bandas que los acompañaron como teloneros (Boston, Ted Nugent y AC/DC) y, para evitar repetir la desagradable experiencia, pidieron a su representante, Don Arden, que el invitado en su gira de 1978 fuera una banda nueva y desconocida por el público. La compañía de discos Warner Bros. sugirió contratar a un grupo que acababa de lanzar su álbum debut, Van Halen, que además eran grandes fans de Black Sabbath. Error.

Van Halen se comió todo el mandado de Black Sabbath, según el testimonio de mi hermano Rodolfo, que asistió al concierto del 18 de noviembre del 78 en Midland, Texas. Cuentan las historias que al inicio del primer concierto de la gira los miembros de Black Sabbath se sintieron perdidos cuando escucharon con estupefacción a Eddie Van Halen interpretar su solo de guitarra “Eruption” mientras la multitud respondía con un entusiasmo que se mantuvo durante toda la presentación del grupo telonero y decreció cuando ellos salieron al escenario, y que el resto de la gira solamente sirvió para exacerbar el abuso en el consumo de Ozzy y poner un clavo en el ataúd del Sabbath (que todavía no estaba del todo sellado).

En 1979 Black Sabbath decidió expulsar a su cantante. La hija del representante del Sabbath, Sharon Arden, sugirió como sustituto de Ozzy a Ronnie James Dio (exvocalista de Rainbow) y el Sabbath revivió (esa es otra historia en la que también tuvo participación el antes mencionado productor Martin Birch, pero otra historia al fin).

Ozzy creía terminada su carrera musical, pero en ese periodo inició una relación sentimental con Sharon, quien lo convenció de formar una nueva banda y se ofreció a ser su representante, con ayuda de su hermano David Levy. Tras algunas audiciones encontraron a un guitarrista de excepción, Randy Rhoads, que en ese tiempo formaba parte del grupo Quiet Riot y daba clases de guitarra en la academia de artes que dirigía su madre. El estilo neoclásico con que tocaba Randy lo convirtió en una de las más grandes leyendas del heavy metal. Pero esa también es otra historia.

El bajista Bob Daisley ya era un músico reconocido por haber formado parte de Chicken Shack, Mungo Jerry y más recientemente de la banda de Ritchie Blackmore, Rainbow. Lee Kerslake acababa de renunciar a Uriah Heep y audicionó para formar parte de la nueva banda que estaba formando Ozzy.

La banda de hard rock formada por Osbourne, Rhoads, Daisley y Kerslake se llamaría Blizzard of Ozz. Pero cuando Jet Records lanzó su álbum debut puso en la portada un logotipo grande que rezaba “Ozzy Osbourne” y en letras más pequeñas “Blizzard of Ozz”, con lo que el público asumiría que “Ventisca de Ozz” era el título del álbum. Así pues, el grupo Blizzard of Ozz nunca existió y Ozzy inició su carrera “solista” por un “accidente” propiciado por una compañía de discos que era propiedad del padre de los representantes del grupo.

Es posible que el inmediato y apoteósico éxito del álbum fuera la causa de que Kerslake y Daisley perdonaran el protagonismo que le confirió la manager a su novio. El álbum fue lanzado en septiembre de 1980 en el Reino Unido y en marzo de 1981 en los EU. En los meses intermedios la banda hizo una gira por el Reino Unido y grabó su siguiente álbum, ‘Diary of a Madman’. La grabación terminó en marzo pero el álbum fue lanzado hasta noviembre.

En ese tiempo David Levy tenía demasiado trabajo con los negocios de su padre y le dejó la representación de la banda en exclusiva a Sharon Arden. Mientras se efectuaba el proceso de mezcla y producción del ‘Diary’ se planeó una gira por los Estados Unidos, donde ya estaba disponible el ‘Blizzard’. Según declaraciones hechas por el propio Kerslake, mientras revisaban los itinerarios proyectados para la gira, Ozzy notó que estaban programados dos conciertos en Nueva York en la misma fecha y, consciente de sus limitaciones, le comentó a Kerslake: “No puedo hacer dos conciertos en una noche, ¡no con mi voz!”. Ozzy le pidió a Kerslake que le expusiera la situación a Sharon en su nombre. En palabras de Kerslake: “Yo habría muerto por Ozzy, pues éramos una banda y yo lo quería mucho”, así que hizo lo que Ozzy le pidió y a partir de entonces se ganó el odio de Sharon. Aparentemente Sharon quería que Ozzy fuera la estrella y no estaba conforme con el hecho de que Kerslake y Daisley compusieran la mayor parte del material musical. Además se les ocurrió pedir su sueldo.

Kerslake y Daisley fueron despedidos antes de hacer la gira. Solidario, Randy Rhoads estuvo a punto de renunciar a seguir con Ozzy, pero ellos mismos le disuadieron al hacerle consciente de que sería un retroceso en su carrera musical. Tommy Aldridge (exbaterista de Black Oak Arkansas) y Rudy Sarzo (amigo de Randy Rhoads con quien había tocado en Quiet Riot) fueron contratados en sustitución del par de veteranos. En la fotografía de la funda interior del ‘Diary of a Madman’ en lugar de Kerslake y Daisley aparecen Aldridge y Sarzo, a pesar de que no tocaron una nota en la grabación.

Kerslake volvió a unirse a Uriah Heep y llevó consigo a Daisley para participar en el álbum ‘Abominog’, que fue una bocanada de aire fresco para la banda que estaba a punto de ahogarse. Kerslake continuó muchos años más con Uriah Heep, pero Daisley volvió a caer en la trampa de la manager de Ozzy.

Dicho en dos patadas: en 1982, después de la muerte de Randy Rhoads, Ozzy contrajo matrimonio con Sharon Arden. Luego de algunas aventuras intermedias, en 1983 Sharon recontrató a Daisley para volver a trabajar con Ozzy. Daisley escribió y compuso en su mayor parte el siguiente álbum de Ozzy (‘Bark at the Moon’) con la colaboración del nuevo guitarrista Jake E. Lee, pero todos los créditos de composición en el álbum están atribuidos a Ozzy Osbourne. Años después el propio Daisley reconoció que en su momento aceptó el soborno de Ozzy a cambio de su crédito como compositor, y Jake E. Lee se vio obligado a firmar un acuerdo con la representante en el que renunciaba a reclamar regalías y se comprometía a no divulgarlo. En caso de no firmar el acuerdo sería despedido de la banda y se contrataría a otro guitarrista para regrabar toda la música.

Pasaron los años. En 1998 Kerslake y Daisley entablaron juicio contra Ozzy y Sharon reclamando regalías y créditos por su participación en ‘Blizzard’ y ‘Dairy’. La respuesta de los Osbourne fue lanzar nuevas ediciones de ambos álbumes con las partes de batería y bajo regrabadas por los miembros de la banda de Ozzy en ese momento Mike Bordin y Robert Trujillo, con lo que el juicio interpuesto por Kerslake y Daisley fue desestimado por la corte judicial en el año 2003 (ante la insistencia de los fans, en el 2011 ambos álbumes fueron reeditados con la música original restaurada).

En el mismo año 2003 Kerslake y Daisley formaron el grupo Living Loud con el guitarrista Steve Morse, el vocalista Jimmy Barnes y el tecladista Don Airey (quien también trabajó con Ozzy sin recibir créditos de composición, aunque él no era miembro permanente de la banda). Living Loud fue un proyecto de un solo álbum, pero era el vehículo de Kerslake y Daisley para regrabar algunas de las canciones incluidas en los álbumes clásicos que ellos coescribieron con Ozzy y cinco canciones nuevas.

En el año 2007 Kerslake se retiró de Uriah Heep por problemas de salud. En el año 2016 conoció a la actriz y productora Tayla Goodman, con quien estableció amistad. En el 2018 comenzaron juntos la producción de ‘Not on the Heep’, un documental con testimonios de otros músicos sobre la vida de Kerslake. Goodman continuó la producción del documental tras la muerte de Kerslake y se espera que aparezca al público a finales de este año.

Antes de morir, Kerslake le envió una carta a Ozzy Osbourne para informarle de su estado de salud y pedirle su último deseo: recibir los álbumes de platino de “Blizzard of Ozz” y “Diary of a Madman”. En el año 2019 se celebró una ceremonia para incluir el nombre de Lee Kerslake en el Metal Hall of Fame (Salón de la Fama del Metal), que a nombre de Ozzy y Sharon Osbourne entregó también a Kerslake las placas de platino de los álbumes junto con una carta escrita a mano por Ozzy manifestando su deseo de que su salud mejorara.

Este año mi altar de muertos está dedicado a Lee Kerslake. Espero que a su espíritu le gusten el pan de muerto y el café cargado. Si de pasada se trae a Randy Rhoads, la fiesta va a estar buena.

* Comentarios, sugerencias, dudas o desavenencias acerca de “Esqueletos en el Closet” son atendidos al correo electrónico villalobos7@gmail.com.

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