“En un Estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres” (Suetonio. Historiador Romano).
Por FerMan
Nuevamente una voz ha sido callada; su acento nunca más se volverá a escuchar en este mundo; en esta ocasión me refiero al periodista que fue asesinado cobardemente en Ciudad Juárez el pasado jueves 29 de octubre por la noche, descanse en paz Arturo Alba Medina, mi solidaridad con el gremio de periodistas y mi más sentido pésame a sus familiares y amigos. Pero dicho acontecimiento criminal debe hacernos reflexionar si estamos haciendo bien las cosas, si estas funcionan o son efectivas y si las mismas están siendo fortalecidas o debilitadas por las autoridades.
Y me refiero a lo anterior porque es preocupante que a pesar de que existe un Mecanismo Nacional de Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, hechos tan lamentables como el ya mencionado, sigan sucediendo. Pero, al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al parecer no le importa que sigan acallándose las voces periodísticas, pues su gobierno ha ordenado la desaparición del Fideicomiso que atendía y apoyaba dicho Mecanismo de Protección a Periodistas, y por desgracia, ahora estamos viendo las consecuencias.
Independientemente del móvil que haya sido por el cual se privó de la vida al Periodista Alba, considero que el eliminar un Fideicomiso que se había logrado con tantas dificultades por parte del gremio periodístico, es por si mismo un acto criminal. Desafortunadamente, entre los 109 Fideicomisos eliminados por la 4T se encontraba el de los defensores de derechos humanos y periodistas.
El mensaje que se lee de dicho acto es sin duda estremecedor, pues entre otros, indica que al gobierno federal no le importa la libertad de expresión, el ejercicio periodístico y mucho menos, la defensa de los derechos humanos, síntomas todos de un gobierno totalitario y dictador. Si no hay quien alce la voz para visibilizar los abusos del poder, entonces no habrá verdadera democracia en nuestro país.
Tanto periodistas como defensores de Derechos Humanos son indispensables para la vida de un verdadero Estado de Derecho, su función es fundamental para el ejercicio de la democracia, nos guste o no, estemos de acuerdo o no con las opiniones vertidas, sin embargo, ello es lo que enriquece la democracia y permite que se tomen decisiones informadas.
Es por lo anterior que el gobierno de López Obrador, por más discursos que ofrezca sobre libertades y respeto de derechos humanos, con sus acciones está demostrando todo lo contrario. Sólo aquellos que no lo quieren ver, no lo advierten.
“Fiat Justitiae, Péreat Mundus”.