De nuevo a semáforo epidemiológico rojo
Por CACHO
Realmente es difícil encontrar palabras para expresar lo monumental de la estupidez del ser humano, en especial de quienes habitamos en el estado más grande de la República Mexicana. Y sí, debemos asumir la responsabilidad y muchos otros quizá la culpa por el retroceso tan grave que representa volver al confinamiento obligado y obligatorio a causa del Covid-19.
Mucho se ha criticado a las autoridades (en la mayoría de los casos con absoluta razón) por el descontrol que ha causado la pandemia en la vida de los mexicanos en general, hubo desde un principio un pésimo manejo en lo que respecta al cierre de fronteras y asilamiento de los brotes… pero eso ya es historia.
Lo que interesa es lo que hoy sucede: volvemos al rojo, a las restricciones, a la pérdida de movilidad, urbana, económica y social. Y no hay más a quien culpar que a los mismos chihuahuenses.
Los hospitales de la capital y de Ciudad Juárez están saturados, ¿por qué? Simplemente porque de acuerdo con el informe brindado ayer por la Secretaría de Salud estatal, se dio a conocer que batimos récord de contagios con 708 casos y a esto súmele 40 defunciones… todo un logro atribuible única y exclusivamente a la negligencia de la ciudadanía.
Sí, no nos hagamos los disimulados, sordos o locos. Hemos escuchado hasta el escozor que usemos cubrebocas, guardemos sana distancia, nos lavemos continuamente las manos con agua y jabón, si no podemos lavarnos, usar alcohol en gel y un largo etcétera. Sin embargo, ¿qué hicimos al pasar al semáforo amarillo?
Recordemos que fue una decisión para ir retomando la actividad productiva, la recuperación económica, brindar a miles de negocios que estuvieron cerrados, la oportunidad de revivir su actividad. Pero ¿qué pasó?
Parecía que la pandemia había sido derrotada. Una gran mayoría bajó la guardia, abarrotaron los parques, lugares de recreo, lo que los jóvenes llaman “antros” y restaurantes-bar, como si el semáforo epidemiológico estuviera en verde.
Desecharon en gran medida el uso de cubrebocas, se olvidaron de la sana distancia, del lavado de manos, del uso continuo de alcohol en gel… en fin, se actuó como si ya no hubiera pandemia y las consecuencias saltan a la vista.
Cuarenta muertos en un día; fueron 33 en Ciudad Juárez, cuatro más en Chihuahua capital, uno en Cuauhtémoc, uno en Camargo y uno en Jiménez, para totalizar mil 699 hasta el día de ayer.
Esto no se había visto en la entidad.
Sólo hasta que la sociedad se relajó y se permitió semejante descuido. Ahora habrá que pagar las consecuencias, y lo haremos todos, quienes nos cuidamos continuamente y quienes no lo han hecho, el Covid-19 es parejo y no discrimina.
Y aquí está la reacción de las autoridades, que muchos criticarán, pero sin justificar los extremos, es lo que nos merecemos: Volvemos al semáforo rojo en la totalidad del estado.
Por lo pronto, en Ciudad Juárez, que es donde mayor incidencia de casos se ha registrado, reducirán la movilidad (toque de queda disfrazado con palabras elegantes) de las 10 de la noche a las seis de la mañana, al menos por espacio de 15 días.
El gobernador Corral dijo ayer: se van realizar operativos en bares y cantinas, así como un operativo de vigilancia y sanción en transporte urbano y privado, vamos generar medias de sanción ejemplar para que no se arriesgue a la población chihuahuense.
Ya le dimos el pretexto para actuar con dureza, pues “nos soltaron la rienda y nos desbocamos”, ahora no queda otra más que aguantar el freno, pues parece ser que sólo así se creará conciencia en la sociedad.
Otras de las medidas:
a.- Se impondrá multas a personas que no usen cubre bocas.
b.- Se impondrán multas a las personas que conduzcan con más de dos pasajeros.
c.- De jueves a domingo ley seca en todo el estado, no se va vender ni a servir bebidas alcohólicas en ese periodo.
d.- De lunes a miércoles, hasta las seis de la tarde, estará permitida la venta de alcohol.
e.- Se realizará un protocolo en materia de transporte privado.
f.- Multas a quienes realicen a fiestas privadas.
¿Se oye muy fascista?
Pues a ver si así logramos entender la gravedad del asunto, y ni cómo atacar la decisión de las autoridades, la permisividad nos ha llevado hasta estas instancias. No justifico la dureza de las medidas a tomar, pero tampoco las condeno… la verdad, a la luz de los hechos, no hay de otra.
También habrá que recordar que los hospitales, públicos y privados han sido rebasados en su capacidad de camas para la atención. Que quede claro, al menos ayer, no había un solo espacio para atender a alguien con crisis, ni una sola cama en unidades de cuidados intensivos.
A esto no ha llevado el descuido, la negligencia y el valemadrismo.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.