SE TIENE QUE DECIR

La eficiente policía de los quesos
Por CACHO

Un sonoro y atronador triunfo de las autoridades federales ha resultado ser la prohibición por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de vender 19 marcas de ciertos quesos y lácteos, pues, a decir del titular de la dependencia, Ricardo Sheffield Padilla, aseguró que la decisión del Gobierno mexicano “es histórica, porque se cumple con la ley”.
¿Qué nunca, en los casi dos años de esta administración se había hecho cumplir la ley y por eso es histórica la decisión?
El funcionario también dijo, según reseña Reporte Índigo en su página digital que “se está cumpliendo con la nueva Ley de la Secretaría de Economía que ordenó la suspensión inmediata de la venta de 19 marcas de quesos y de 2 productos denominados como yogurt natural estructura de Calidad. Esta aplicación histórica nos permite abrir una nueva puerta a la defensa de los consumidores, el empoderamiento de todos nosotros con la información que es el instrumento que necesitamos”.
Claro que hay que celebrar que Profeco cumpla con su función, pues se trata de una dependencia muy cercana a lo que puede llamarse ornamental (por aquello de los floreros) que en sus procesos de conciliación sólo hace perder tiempo tanto a consumidores como a vendedores de productos y servicios y que su razón de ser, el ciudadano común y corriente, pocas veces queda satisfecho.
Con respecto a las acciones desarrolladas por la Profeco, el presidente López Obrador se pronunció en su conferencia de ayer y aseguró que la medida de prohibir la venta de quesos y yogures que incumplían con las Normas Oficiales Mexicana se debe a que “tenemos que cuidar la salud del pueblo”.
“Hay muchos productos químicos, adulterados y eso hay que cuidarlo. Todo lo que son productos chatarra, por eso el nuevo etiquetado. Ya no es con moche. Tienen que ser productos de buena calidad y, al mismo tiempo, no perjudicar a las empresas, además de no generalizar. No todo es ambición al dinero y la utilidad”, añadió.
Pero fiel a su costumbre, volvió a la carga con su adoctrinamiento ideológico y expresó que antes “el neoliberalismo implicaba cero regulación. Era como la libertad del zorro en el gallinero”.
Cero regulación.
¿Tiene manera de demostrarlo? Pues que lo haga y actúe en consecuencias, su empleado de Profeco dice que es histórico “porque se aplicó la ley”. Que lo sigan haciendo y no sólo con los quesos.
También el plomo mata.
Y no me refiero al saturnismo. Es claro que la violencia desbordada en el país ha dejado un gran número de víctimas fatales, de acuerdo con un reporte realizado por la empresa de investigación T-ResearchMX, denominado “La Guerra en Números”, hasta el 14 de septiembre del presente y contando a partir del uno de diciembre de 2018 (fecha en la que asumió López la presidencia de la República) se han registrado 60 mil 330 homicidios dolosos en el país.
A ese plomo sí me estoy refiriendo.
Y aquí coincido con el presidente “no nos comparen, no somos iguales” “ya no es como antes”.
Antes se combatía frontalmente al crimen organizado, el mayor autor de delitos federales como tráfico de drogas, tráfico de armas, secuestro, tráfico de personas, obviamente causando muertes dolosas al por mayor… y algunos del fuero común, como el robo de autos.
También en otros tiempos, se incautaban grandes cantidades de enervantes a lo largo y ancho del país, en la actualidad, aparte de que es difícil acceder a esa información, es mínima la cantidad decomisada.
Recuerde usted: “Abrazos, no balazos”
Pero como que están sobrando los abrazos y el crimen campea por todo el país, aunque ahora, desde Palacio, pretenden distraer la atención sobre los temas importantes para los mexicanos.
Actúa históricamente la policía de los quesos, pero históricamente se deja de actuar contra el crimen organizado en sus diferentes vertientes, si no, pregúntenle a Ovidio Guzmán López cómo lo ha tratado este gobierno. El único “pez gordo” arrestado, multipublicitado por el Gobierno federal es José Antonio Yépez Ortiz también conocido como “El Marro”… en 22 meses.
No se olvide la consulta -esta no es “patito”, porque costará 8 mil millones de pesos, así que raya en los límites de consulta fifí-, de que si quieres enjuiciar (inicialmente) a los ex presidentes. Ahora gracias a la sumisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al Ejecutivo, con su respectiva violación a la Constitución, se trata de ex servidores públicos que cometieron supuestos delitos durante y después de su función.
Pues si hay evidencia en contra de ellos, la ley obliga a actuar, no se consulta su aplicación o no, así de llano es el asunto.
El asunto de la pandemia ha venido a empeorar la ineficacia y la ineficiencia de la 4T, no se puede culpar al Covid-19 del menos 0.01 por ciento de crecimiento económico en el país del 2019. Y sí, los de la 4t no son iguales a los de antes, con aquellos había crecimiento, trabajo y combate al crimen organizado.
Este 2020 nos abre los ojos con la pandemia por Covid-19 -que por cierto, lleva en México oficialmente reconocida siete meses y medio- pues “cayó como anillo al dedo” para justificar un crecimiento negativo de -18.7% (menos 18.7 por ciento) en los dos primeros trimestres de este año; una pérdida de 719 mil 250 empleos formales y una inflación del 4.01 por ciento al mes de septiembre.
Lo anterior, con datos de México ¿Cómo vamos?, un colectivo de investigadores integrado por un grupo plural de académicos y expertos en economía y política pública mexicana. (https://mexicocomovamos.mx/index.php)
Habría que sumar a la cuenta de las desgracias que le quedan “como anillo al dedo” al mandatario nacional las muertes de menores a causa del cáncer, por carecer de los tratamientos que “los de antes” garantizaban a cualquiera por el sólo hecho de ser mexicano. Igualmente el retiro de apoyos a víctimas del cáncer de mama, los feminicidios, los decesos causados por la pandemia que sumaban hasta ayer más de 85 mil.
Y aunque los números que acabo de reseñar, dirían los defensores de oficio (o más bien, oficiosos) de López Obrador que son muy pocos, en comparación con los 129 millones de mexicanos que habitamos este país, aquí el asunto no es cuantitativo, es cualitativo.
Y esas vidas no tienen precio, es una deuda impagable para cualquier gobierno y más para uno tan displicente, negligente y justificante de su inamovilidad con respecto a los temas importantes. Es un gobierno, que si no fuera tan trágico, sería para llorar de risa.
Es un gobierno al que le interesan mucho la rifa de un avión que no se rifó, al igual que la venta de la nave, que no se ha hecho, ahora vamos por el penacho de Moctezuma y lo que más causa pánico, ahora los criminales ¡roban medicamentos contra el cáncer! Además, el mundo se confabuló en contra de la 4T porque le quieren vender carísimas las medicinas a México.
Una administración fallida que culpa ahora a la ciudadanía de ser causante de la diseminación brutal de la pandemia, que de acuerdo con el ilustrísimo gobernante de este país ha estado domada si mal no recuerdo desde el mes de abril, apoyado por su subsecretario (ojo, ése es su cargo) de Prevención y Promoción de la Salud, que ni la previene, ni la promueve.
Baste recordar a Hugo López-Gatell cuando descalificaba el uso generalizado del cubrebocas, al presidente López diciendo “no pasa nada, abrácense” “salgan a comer a las fondas” y la cereza del pastel del lisonjero funcionario de salud: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”. ¡Qué manera de cuidar un hueso!
Y qué caro pagarle un salario a una eminencia médica en el ramo de la epidemiología, para ser un simple “cuentamuertos”, y esto lo afirmo con todo el respeto para quienes hasta ahora han fallecido por causa del coronavirus.
Pues sí, ahora no son “como los de antes”, y sin justificar de manera alguna las pillerías, despojos y lo que usted quiera sumar contra la nación y el pueblo mexicano, aquellos al menos tenían vergüenza y renunciaban (o los hacían renunciar) por incompetentes. Sí había consecuencias para quienes erraban, ahora no, les dan palmadita en la espalda y casi les piden que vayan a traer el periódico.
Pues bien, la eficiente policía de los quesos le está comiendo el mandado a la policía federal que da abrazos y no balazos y sería bueno que fueran conformando la policía del coronavirus, a ver si de una vez por todas aplanan en realidad la curva del SarS-Cov-2, pues aún no la doman, aunque el presidente haya afirmado por meses que ya lo hicieron, y ya están previendo un rebrote.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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