Esto dijo el Rector de la UACh sobre el Cuarto Informe

 

Integrantes del H. Consejo Universitario
Amigas y Amigos

Es tiempo de renovar en lo que creemos, es tiempo de creer en la Renovación. No se trata de un juego de palabras, sino de un postulado necesario ante nuestra realidad.

Durante décadas estuvimos en la creencia de que los cambios que se producían en nuestro entorno eran predecibles y que nuestra capacidad para resolver la incertidumbre era absoluta. Con la era digital, la interconexión en línea y los medios masivos de comunicación, pronto vimos que los patrones culturales estables tenían un proceso de metamorfosis y se volvían cambiantes.

Por desgracia, a ese mismo ritmo el deterioro ambiental se fue acentuando, lo que está generando una serie de problemas a los cuales, si no les ponemos un alto determinante y con visión de largo plazo, tendrían como resultado un apocalipsis. Por eso repito: Es tiempo de renovar en lo que creemos.

Justo es decir que la capacidad humana de adaptación personal y del entorno es una gran ventaja que tenemos como especie.

Desde hace tiempo grandes pensadores de todas las áreas del conocimiento han sido visionarios de las bondades y pesadillas que vive nuestro presente y de las áreas de oportunidad que tiene el futuro, siempre y cuando tengamos un diagnóstico de vanguardia.

Lo que planteamos al inicio de la Renovación y que hemos ido trabajando todos, nos hace decir con más fuerza que es “Tiempo de creer en la Renovación”.

Quiero reconocer a los cientos de maestros, mujeres y hombres esforzados que están trabajando en la creación de las Unidades de Aprendizaje (UDAS) para los diversos ciclos del modelo. A la directora y directores de unidades académicas, a los funcionarios, trabajadores y a toda la comunidad universitaria. Es gratificante observar cómo el modelo tiene apropiación colectiva.

Debemos tener en claro que nosotros fuimos formados para resolver los problemas de nuestro tiempo. Pero eso no puede ser extensivo a las nuevas generaciones. Su forma de aprendizaje, su entorno sociocultural y los problemas que van a enfrentar exigen una educación que piense en el mundo que les va a tocar a ellos y no a nosotros. Ese es uno de los grandes cambios de mira del modelo. Educación distinta para tiempos distintos. Dice la gran escritora Premio Nobel Doris Lessing: “Eso es el aprendizaje. Entender de repente algo que siempre has entendido, pero de una manera nueva.”

Debemos tener en claro lo que en Japón han llamado sociedad 5.0
¿Qué se plantea con la sociedad 5.0? Hay dos principios fundamentales, primero, no tiene una visión reduccionista o negacionista de lo que le ha precedido. Entiende desde su complejidad cada uno de los tiempos pasados. Encontrando un común denominador: el acceso a la ciencia y la tecnología ha estado muy distante de ser democrático y equitativo, de este gran desequilibrio han surgido enormes zonas del planeta relegadas, explotadas y por ende en la pobreza. La sociedad 5.0 plantea que en el centro de la transformación deben estar todos los seres humanos.

Segundo, los avances de la ciencia y la tecnología son irreversibles. Pero toca poner plena atención a que éstos, además de ser desarrollos tecnológicos, ayuden a reducir sustancialmente la brecha de desigualdad. Temas como el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la educación virtual son ejemplos de cómo se puede lograr esto.

La sociedad 5.0 acelera procesos como la robótica, el big data, las atmósferas virtuales, energías limpias, entre muchos otros. El reto para los ciudadanos está en la actitud de innovación, creatividad, procesos de reaprendizaje, mutación de paradigmas ante realidades disruptivas, trabajo colaborativo y capacidad de accionar ante la incertidumbre, entre muchos otros.

La Renovación Universitaria pone énfasis en estos valores, para que los jóvenes y maestros podamos participar de lleno en los tiempos que se vislumbran. Por ejemplo, la robotización plantea nuevos escenarios en el tema del empleo. El robot nos ahorra tiempo de ciertas tareas, el gran reto es saber invertir ese tiempo en la creación inteligente de nuevos escenarios de trabajo.

El tema es complejo, enfrenta riesgos y áreas de oportunidad. Justo por eso las universidades debemos ir a la vanguardia, para lograr que la sociedad 5.0 traiga más equidad y no se convierta en una pesadilla distópica.

Decía Jorge Luis Borges:
“La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa.”

Nuestra Renovación no reniega de la tradición, por el contrario, se nutre de ella pero la presenta transformada a los nuevos tiempos. Nuestra Renovación recupera “lo ajeno”, esto tiene un claro acento en lo multicultural e interdisciplinar. Por eso este proceso, siempre debe estar abierto y dispuesto a la metamorfosis, de la misma manera en que la larva se vuelve mariposa.

Covid-19
Decía Antonio Machado “En caso de vida o muerte se debe estar con el más prójimo.” Y esto resulta revelador en los tiempos del Covid-19. Un virus apenas visible ante un microscopio puso contra la pared al planeta entero. Todas nuestras certidumbres se desmoronaron. La salud y vida de cientos de miles de fallecidos en el mundo nos pusieron en estado de alerta. Hoy toca con toda la solemnidad y respeto hacer un alto para ser solidarios con sus familiares.

Seguimos viviendo en esta crisis. Dentro de todas las calamidades que esto implica, quiero subrayar que el liderazgo del Gobernador del Estado, Licenciado Javier Corral Jurado, acompañado por el asesoramiento de los exgobernadores, ha sido fundamental para coordinar los trabajos de prevención y tratamiento médico, además de tomar medidas para ir facilitando la actividad económica.

Bajo su convocatoria y capacidad de visión y organización, diversas instancias gubernamentales, instituciones de educación, sociedad civil y sector empresarial, entre otros, hemos hecho un frente en común.

Es menester ofrecer todo nuestro reconocimiento, que siempre será total pero nunca suficiente, a todos los profesionales del Sector Salud, que ya sea en la primera línea de fuego o atendiendo otras enfermedades han actuado con un grado heroico.

También a nuestras campesinas y campesinos, porque el alimento no ha faltado en nuestras mesas, y a las personas que desde los diversos sectores económicos no han dejado de trabajar para que podamos seguir con nuestras vidas.

La Universidad Autónoma de Chihuahua no se detuvo frente al Covid-19. Se puso de pie y siguió trabajando; ya fuera con el Sector Salud y el sector productivo, a través de los sistemas informáticos. Aquí seguimos luchando contra la adversidad, y no vamos a descansar.

Todavía nos falta un tramo por resistir y pelear. Sin bajar la guardia. Siendo muy estrictos con todos los protocolos. Pero, además, viene la era poscovid-19, que significa, entre otras cosas, reactivar el sector productivo, repensar los nuevos protocolos de convivencia, generar campañas preventivas y afrontar las consecuencias que todo esto traerá consigo.

Algunas personas manifestaban que la Renovación que planteábamos era muy aventurada o aceleraba procesos que podrían tardar décadas en suceder. A buena hora empezamos nuestro proceso. El Covid-19 nos hizo ver la urgencia de muchos de los cambios que se implementaron y que nosotros ya teníamos contemplados en algunos casos y en otros ya habían iniciado.

Objetivos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

La figura del Estado-Nación se ha venido replanteando de manera radical a partir de la caída del muro de Berlín y con mayor velocidad en la era digital y en las economías de mercado. En el balance del mundo globalizado se encuentran claroscuros muy marcados.

Sin embargo, quiero destacar la categoría de ciudadanía global. Hermanarnos en cuanto a las metas por lograr y sumar los esfuerzos para hacerlo. Más que una unión ideológica férrea, es un respeto a las diferencias y un énfasis a las coincidencias.

La desigualdad, el deterioro ambiental, la discriminación y la falta de buenos empleos son rasgos comunes a todo el planeta. Para erradicar esto y con el producto de las inteligencias más lúcidas del planeta, surgieron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

En la Declaración de los mismos, los Jefes de Estado del planeta “se comprometen a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los Derechos Humanos y promover la igualdad entre los géneros, el empoderamiento de las mujeres, de nuestras niñas y niños, para así, garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.

La pregunta que nos hacemos tiene un matiz desesperanzador: ¿Cómo vamos a dar respuesta afirmativa a la palabra empeñada?
Debemos hacer hasta lo imposible para dar todo lo que esté en nuestro alcance. Hay quienes dicen que nuestro nuevo modelo se parece poco al de otras universidades. Es cierto. Nuestro modelo sí está cumpliendo a cabalidad con lo que nos marca la ONU. Aprovecho la ocasión para pedirle a toda la comunidad universitaria que cada acción que hagamos tenga un reflejo, así sea menor a estos objetivos, a que los diseños curriculares, la investigación y la difusión de la cultura esté estrechamente vinculada a ellos.

En ellos las universidades debemos jugar un papel relevante. Si queremos hablar de vigencia en nuestra misión e impacto real en la sociedad, debemos hacer que el conocimiento impacte para acabar con la desigualdad.

Uno de los más importantes pensadores del Siglo XX fue Karl Popper y dijo:
“El aumento del conocimiento depende por completo de la existencia del desacuerdo”.

En varias ocasiones me han preguntado cuándo se termina en su totalidad el modelo. Les he comentado que, si es auténtico, nunca.

Por supuesto tenemos indicadores y planeación del mismo, en lo académico se han tenido avances muy relevantes, lo administrativo ya muestra pasos de importancia. Los alumnos pueden tener toda la seguridad de que el diseño e implementación de sus carreras está totalmente garantizado con profesionalismo y una gran expertise.

Uno de los rubros de mayor avance es la internacionalización. Está estrechamente vinculada a la ciudadanía planetaria.
La Asociación Mexicana para la Educación Internacional (AMPEI), responde a una megatendencia de nuestro tiempo, enlazar el planeta con respecto al conocimiento, el trabajo colaborativo y la inteligencia colectiva. A dicha asociación pertenecemos las mejores universidades de México. Esto se traduce en programas académicos, intercambio de investigación y puentes que se pueden reflejar en el sector productivo. Tan buenos son los resultados que nuestra Universidad, a través del maestro César Gutiérrez, preside dicha asociación.

Hace unos días dimos a conocer el Programa de Internacionalización Curricular México-Estados Unidos (PIC US-MX), y fue posible gracias al apoyo del señor diplomático Christopher Landau, quien es Embajador de los EEUU (Estados Unidos de América) en México. También fue fundamental el apoyo de mi amigo Arturo Cherbowski, Director Ejecutivo de Santander Universidades y Director General de Universia México.

Debo compartirles con orgullo que esta Universidad fue la que logró que fueran aceptados más proyectos en proporción a su número de docentes.

Decía el célebre científico y divulgador Carl Sagan que: “En algún sitio algo increíble espera ser descubierto”.

Debemos sentirnos orgullosos de la seriedad con que es tomado en cuenta nuestro trabajo, ya somos parte del Grupo Compostela de Universidades, uno de los más importantes consorcios a nivel mundial donde los frutos muy pronto se empezarán a ver.

Pero cuando decimos que es un modelo flexible, entiéndase un modelo abierto, en permanente mutación y construcción para responder a lo que la sociedad demanda, más aún, para adelantarnos a lo que traen los vientos del futuro.

Es flexible, porque el estudiante hace sus combinaciones para obtener su grado académico y así tenga una visión interdisciplinar. Chihuahua necesita, por supuesto, de personas con conocimiento, egresados que piensen de manera global y que actúen de manera local.

Las Universidades tenemos un reto que de entrada nos presenta tres directrices ineludibles:

Primero, poner la reflexión ética y política en el centro de la formación, sin importar la carrera que el estudiante curse. Este tipo de fenómeno puede dar ocasión para rehacer vínculos comunitarios y humanizar el pensamiento, pero también se corre el riesgo de que fomenten el individualismo voraz. Las Universidades tendremos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para lograr lo primero.

Segundo, va ligado con el primero, hacer de la visión científica un campo común de estudios, no podemos cometer el error de seguir formando humanistas sin la solidez de la ciencia. Debemos terminar la separación entre ciencia, arte y humanidades, en pos de formar un ser humano integral y multidimensional.

Tercero, el gran tema es construir puentes cada vez más grandes y visibles con la sociedad y sus necesidades. No desde la óptica paternalista de una universidad que ofrece soluciones a un determinado problema desde una óptica estrictamente disciplinar, aislada y sin la participación directa de los actores sociales. Ahora el reto es justo lo opuesto, construir soluciones con y desde las comunidades, con una mirada inter y transdisciplinar. Esto es repensarnos en la praxis. En la UACH, ya comenzamos.

En el mundo del lenguaje y la poesía, este año celebramos el centenario de nacimiento del poeta uruguayo Mario Benedetti, en uno de sus versos dice:
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías.

Seguimos con sueños y con la fuerza para alcanzarlos. Basta con escuchar nuestro corazón y darnos cuenta que nuestra misión con nosotros mismos y la comunidad es:

“Luchar para lograr, lograr para dar”. Muchas gracias.

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