Nocaut a la subcontratación
La intención de Andrés Manuel López Obrador para la eliminación de los outsourcing seguramente será un mecanismo benéfico, pues obligará a las empresas a realizar el pago de prestaciones a las que por ley tienen derecho los trabajadores y, que por desconocimiento o necesidad, aceptan condiciones que no van conforme a Derecho.
En mi opinión el cumplimiento de las obligaciones laborales, de seguridad social y fiscales, por parte de los empleadores en México no es negociable, es decir, no caben interpretaciones respecto al pago de salarios, prestaciones, beneficios, cuotas obrero-patronales, impuestos, entre otros.
La falta de vigilancia y sanciones rigurosas a las compañías que se dedican a la subcontratación, permitieron que las personas ingresaran a trabajar careciendo de un contrato por escrito, antigüedad, seguridad social, aguinaldo, Afore, Infonavit, vacaciones y prima vacacional.
El objetivo original del método de subcontratación era reclutar, seleccionar y administrar personal para otras compañías, bajo estándares de calidad que permitieran a las empresas despreocuparse de dichos procedimientos, sin embargo, con el paso del tiempo se volvió una fórmula para la evasión de impuestos y el pago injusto a los colaboradores.
Si el propósito del presidente es hacer algo bueno por la clase trabajadora, me parece que es algo que se le debe reconocer, (de lo poco diría yo) tal como lo hice cuando se aumentó el salario mínimo en un 20 por ciento, ahora sólo falta que los legisladores realicen bien su trabajo y no voten en masa, como comúnmente sucede sino que analicen correctamente la iniciativa y creen candados que eviten que dichas prácticas sigan ocurriendo.
Aunque debo reconocer que no todo es malo, pues para quienes generan empleo, la subcontratación aplicada de manera correcta y tal cual lo dicta la Ley Federal del Trabajo, ha beneficiado a múltiples empresas en el país al permitirles reducir gastos por contratación de personal, riesgos de sanciones por parte del Servicio de Administración Tributaria y a aumentar la rentabilidad.
Por último, señalo que la simulación debe desaparecer y para ello es necesario que empresarios y cómplices comiencen a ser castigados, pues sus prácticas desleales han ocasionado que las personas que entregan la vida en una empresa tengan cada vez menos beneficios.
Que mi expresión te haga pensar.