CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

 

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella” (Joan Baez)

Por FerMan

 

En esta ocasión es importante hacer referencia al II Congreso del Encuentro Nacional Anti Corrupción (ENAC), realizado el 1 y 2 de octubre del año en curso en esta Ciudad de Chihuahua; evento en el cual se dio la participación de expositores locales, nacionales e internacionales expertos en el tema anticorrupción. El Encuentro Nacional Anti Corrupción se da en un momento donde el tema de la corrupción tiene gran auge mediático. Por supuesto que aplaudo dichos eventos porque son de suma importancia para que, tanto autoridades como la sociedad en general, se dé cuenta de la importancia del combate a la corrupción y se enarbole tan relevante acción. Una de las participantes en dicho evento llamó poderosamente la atención con el tema que expuso, me refiero a la Presidenta Ejecutiva de “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” la Dra. María Amparo Cesar Pérez, quien dentro de su interlocución señaló, palabras más, palabras menos que: “el gobierno de López Obrador está retrocediendo en el combate a la corrupción, pues ha manejado grandes cantidades de dinero público con total discrecionalidad, lo que coloca a su gobierno en un grave retroceso en el combate a la corrupción”, lo anterior es sin duda preocupante, puesto que definitivamente, el gobierno federal se está despachando con la cuchara grande en la aplicación de los recursos públicos, sin que informe sobre dicha aplicación, inclusive, han caído en el delito de malversación, puesto que han cambiado el destino de grandes sumas de dinero que se habían autorizado por el Congreso de la Unión para determinados fines y los han aplicado para otros, entre otras irregularidades. Todas esas acciones realizadas por el actual gobierno federal, en definitiva abonan al fenómeno de la corrupción, pues no solo se realizan al margen de la ley, sino que van en contra de los estándares internacionales señalados tanto en la “Convención Interamericana contra la Corrupción” como en la “Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción”, mismas que el Estado Mexicano ha ratificado y en consecuencia su observancia resulta de carácter obligatorio. El presidente Andrés Manuel López Obrador debería conocer el contenido de ambas convenciones, así como sus alcances y por supuesto debería saber que el disponer del erario público de manera discrecional fomenta la corrupción. “Fiat Justitiae, Péreat Mundus” 

 

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