SE TIENE QUE DECIR

El instituto para robar al pueblo lo recuperado… ¿o cómo se llama?
Por CACHO

Solamente tres meses aguantó Jaime Fernando Cárdenas Gracia el desaseo -sólo por llamarlo de una forma decente- que impera en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), renunció, y lo hizo de manera estridente, cosa que el presidente Andrés Manuel López Obrador no le perdonó y por supuesto, lo denostó desde su oratorio particular, en cadena nacional.
Cárdenas Gracia se fue del INDEP porque había corrupción.
¿Quéeeee? ¿Acaso López no ha dicho hasta el cansancio que en su gobierno no existe tal cáncer de la administración pública?
Lo malo de esta situación es que aún hay muchos mexicanos que le creen sin cuestionar, sin sospechar, vamos, sin siquiera razonar la cadena de mentiras que a diario vierte sin pudor el que despacha en Palacio Nacional.
Veamos, el ahora ex funcionario de la 4T explicó en su carta de dimisión:
III. Combate a la corrupción.
1. Encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas – procedimientos de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional (el mayor beneficio para el Estado), mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al INDEP, y, conductas de servidores públicos contrarias a las normas-. En consecuencia, hemos presentado denuncias administrativas al órgano interno de control.
2. Por la manipulación de distintas piezas de joyería hemos presentado las denuncias penales a la Fiscalía General de la República.
Pero ya no hay corrupción, ajá.
Posteriormente, en entrevista que Cárdenas Gracia concedió al periodista Ricardo Rocha, reveló que “Yo exponía dudas, puntos de vista, tanto a los colaboradores cercanos al presidente (López Obrador) como al presidente mismo. Creo que esas dudas o comentarios que yo hacía no siempre gustaban”.
Insistió en procedimientos administrativos y en cumplimiento de normas administrativas, pero “a veces eso se veía como un obstáculo para la toma de decisiones”.
Agregó también que “Eso fue generando, en el plazo de estos tres meses, muchas molestias, pérdida de respaldo del Presidente, que yo lamento, y fue inevitable que se diera esa salida. Varias veces el Presidente cuestionó mi formación de abogado, mi carácter formalista, mi insistencia en los procedimientos”.
El ex titular del INDEP dijo no estar desilusionado con la cuarta transformación (4T), “pero cuando ya no se está bien en un lugar, es mejor irse”.
Explicó a Ricardo Rocha que “yo creo que la expectativa mía con el Presidente, con el gobierno federal, con sus colaboradores más cercanos eran que me iba a escuchar […] lo pude exponer y ellos esperaban, seguramente de mí, una lealtad que por supuesto la realicé, fui leal con ellos, soy leal con ellos, pero mi lealtad no era ciega, mi lealtad es reflexiva, creo que ahí comenzaron los problemas”.
Le aplicaron por lo visto la máxima cuatroteísta “estás conmigo o estás contra mí”.
Pero no sólo eso.
López Obrador arremetió, como es su costumbre contra quien se oponga a sus designios, durante la conferencia matutina del miércoles.
Y la soltó el presidente desde su púlpito inquisidor:
“No le entró, ayer hablamos que para ser servidor público, en un proceso de transformación pues se requieren ganas, para todo en la vida, se requiere con bien acciones, arrojo y no rendirnos, ayer dije el que se aflige se afloja, ni modo que enfrentemos un problema y nos de depresión”.
En otro momento, el presidente mencionó que “Limpiar era lo que tenía que hacer, pero no le entró. Ayer hablábamos de que para ser servidor público se requieren ganas (…) es una transformación. No es un día de campo, no son tamalitos de chipilín”.
Ya sabemos que para el presidente -quien fue un mediocre estudiante que duró 14 años para obtener un título universitario-, “los estudiados” son algo así como sus enemigos, podría afirmarse que son su némesis, él prefiere tener bajo su mando a gente ignorante y todo el que no lo es, lo considera su adversario.
Luego, si para él todo es posible ¿por qué no ha corregido los problemas de corrupción? Ya despidió a miles de burócratas para emplear a sus incondicionales (que por cierto, en un gran número, son inútiles a la función pública pero son 90% honestidad, que ahora se pone en duda, y 10% capacidad, que también, a título personal, pongo en duda.
Muy fácil es culpar a los demás de su propia ineficacia, ineficiencia, corrupción, mitomanía y deshonestidad, entre otras características evidentes de López.
Adiós a sus falaces principios de no mentir, no robar, no traicionar.
Una visión simplista que se le revierte, si los funcionarios que él nombra no dan los resultados que él quiere (aquí recuerdo las palabras de Cárdenas Gracia sobre su lealtad que no es ciega, pero sí reflexiva), si no se cumplen los caprichos del mandamás, ¿entonces no sirven los colaboradores?
Baste sólo recordar las renuncias de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Germán Martínez a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS y Javier Jiménez Espriu a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, entre otros…
Todas ellas, por desavenencias con el líder autocrático que lleva las riendas de éste país: Estás conmigo o estás en mi contra.
Volviendo al tema de la renuncia de Jaime Cárdenas, al finalizar su carta de dimisión, establece en cuanto a los riesgos más importantes que enfrenta el INDEP, lo que reporta en el punto número cinco que a continuación se transcribe textualmente:
5. Agradezco todo el respaldo de la Fiscalía General de la República, a través de su titular el Dr. Alejandro Gertz Manero. Queda pendiente conciliar la transferencia de los 2000 millones de pesos que en febrero de 2020 se remitieron al INDEP. Hasta la fecha esos recursos están invertidos, generan intereses y no han sido utilizados.
Ya se hizo bolas el engrudo…
En febrero, el fiscal general Gertz entregó frente a la audiencia nacional, en una mañanera, un cheque de 2 mil millones de pesos, (proveniente, de acuerdo con lo declarado en ese entonces de la recuperación de fondos que habían sido defraudados al Infonavit), para garantizar los premios de la no rifa del avión presidencial, más los mil quinientos millones de pesos aportados por empresarios en la cena realizada en Palacio Nacional la noche del miércoles 12 de febrero, más lo recaudado con la venta de cachitos y los 500 millones de pesos aportados por el gobierno para obsequiar números del sorteo al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI)…
¿Por qué falta aún conciliar dos mil millones de pesos? ¿Qué quiere decir el ex funcionario con dicho término? Porque dice que “esos recursos están invertidos, generan intereses y no han sido utilizados”.
Habrá que hurgar más a fondo en las finanzas del INDEP, o bien, en algunos bolsillos privilegiados de la Cuatro T, en donde “ya no es como antes, ya no hay corrupción, no nos comparen” y muchas sandeces más. Y siguen faltando los dos mil millones que le defraudaron al Infonavit.
Efectivamente, no se puede comparar con los ladrones de cuello blanco anteriores, sin justificarlos en absoluto, robaron sin que les puedan comprobar sus delitos; los que no quieren comparaciones con los de antes, los de ahora… son peores, pues arribaron al poder asegurando que corregirían dichos excesos y encarcelarían a quien resultara culpable.
Hasta ahora, luego de cinco meses de transición y 22 de gobierno, no lo han hecho y ya mostraron su verdadera cara, son corruptos, mienten, roban y traicionan.
Pues, se tenía que decir… y se dijo.

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